Lo nuevo de Samsung es metálico, potente y lo más bonito que ha hecho hasta la fecha

No, las vacaciones no han pasado demasiado rápido. No estamos en septiembre todavía, aunque Samsung haya presentado un nuevo Note. Simplemente se ha adelantado al plazo habitual. Y es que desde hace años, la última semana de agosto o primera de septiembre es la fecha de llegada de uno de los Galaxy estrella, pero este año no, este año ha sonado la campana antes de tiempo y ya tenemos aquí los nuevos Galaxy Note 5 y Galaxy S6 Edge+. Por partes.

Note 5: cuerpo metálico y alto rendimiento

En primer lugar, la gran apuesta, el Note 5. La quinta versión de este modelo llega más fuerte que nunca. Y no es un tópico. Su cuerpo ahora es de aluminio y cristal, como el S6. Su pantalla no tiene los bordes curvados como los del S6 Edge, pero sí son curvados sus bordes traseros, lo cual es un guiño al diseño y además mejora el agarre. Y ahora, lo importante: ¿qué tal funciona? ¿qué tal es?

Samsung Pay es ganador antes de que empiece la partida, ya que es compatible con prácticamente cualquier datáfono del mundo desde el primer día

Para empezar, mantiene características como la portentosa pantalla Quad HD (2560 x 1440 píxeles) de 5.7 pulgadas. La RAM crece hasta los 4 GB, lo cual tiene mucho de positivo en un terminal orientado al usuario profesional y exigente. La cámara trasera es de 16 megapíxeles y tiene tanto estabilizador óptico como estabilizador digital de vídeo. La frontal ha crecido hasta los 5 megapíxeles para poder pasar como adulta en la era de los selfies.

Más: la batería tiene una capacidad de 3.000 mAh con carga inalámbrica de serie; batería que ya no es extraíble por cierto. Al modelo de 32 GB ahora le acompaña otro de 64 GB (ambos sin ranura microSD). Y por último, el definitivo game-changer, el trueno que ha congelado la sangre en las venas de los directivos de Snapdragon, el rival ya batido en el terreno de los procesador: el Exynos 7 Octa. Es el potente procesador, el verdadero núcleo del Note 5. Sólo ocupa 14 nanómetros, lo cual se traduce en un menor consumo energético, que a su vez implica… exacto, que la batería dure más.

¿Qué más? Si hablamos de Note no puede faltar el S Pen, el icónico lápiz óptico que acompaña y da sentido al terminal y a su software. E irremediablemente, TouchWiz, la capa con la que Samsung personaliza Android. En cualquier caso, hablamos de un terminal que se corona como el mejor Samsung del año, y presenta su candidatura como uno de los mejores teléfonos del mercado. Sin complejos ni aspectos clave, como pantalla, cámara o batería que pidan a gritos una mejora. Todo en este Note da el nivel.

S6 Edge+: continuidad en formato grande

Por otro lado, tenemos al Samsung Galaxy S6 Edge+. Detrás de este nombre lleno de información hay un producto que no cuesta nada entender: es el S6 Edge presentado en marzo, con un tamaño aumentado desde 5.1 hasta 5.7 pulgadas. Muy poquito más a nivel de hardware: una batería que también crece hasta los 3.000 mAh y el mismo procesador que en el Note 5.

El Note 5 se corona como el mejor Samsung del año, y presenta su candidatura como uno de los mejores teléfonos del mercado

El resto de novedades están dentro: si los bordes curvados del S6 Edge no suponían demasiado a nivel de utilidad, en el caso del S6 Edge+ se ha intentado ir un pasito más allá. El borde derecho ya no se limita a una serie de contactos favoritos, sino también a aplicaciones concretas a modo de acceso directo.

Asimismo, con los mencionados contactos favoritos tenemos un nuevo sistema de comunicación idéntico al visto en el Apple Watch: podremos enviarles toques en pantalla (que podrán sentir en forma de vibraciones), dibujos trazados o emoticonos de gran tamaño.

La última gran novedad de software, un sistema de emisión en streaming al estilo Periscope, pero que sólo funciona a través de YouTube, mediante invitaciones privadas (nada de emisiones en abierto), y entre usuarios del S6 Edge+. No pasará de anécdota.

La otra gran apuesta: Samsung Pay

Apple Pay, Android Pay, Samsung Pay. La originalidad de los fabricantes bautizando a sus sistemas de pago móvil equivale a la de quienes llaman “Rex” a su perro. Chanzas al margen, pudimos ver a Samsung Pay en acción, y comprobamos que tiene un factor tecnológico diferencial que le hace ganador antes de que empiece la partida.

En realidad es una tecnología que ya conocíamos y que ya venía (aún desactivada) en los S6 y S6 Edge, pero simplemente hace el pago con el móvil mucho mejor. Es MST (Magnetic Secure Transmission), y hace que el teléfono pueda crear campos magnéticos temporales de corto alcance cuando queramos iniciar un pago móvil. Así que es posible pagar con el móvil en datáfonos sin lector NFC, sino con el lector de chip habitual. Pero sin fricción ni tener que insertar nada en ninguna ranura, funciona hasta a 7.5 centímetros del lector. Como el NFC, en la práctica. Así, Samsung Pay es compatible con prácticamente cualquier datáfono del mundo desde el primer día.

El proceso del pago, además, es muy sencillo: con deslizar desde el borde inferior de la pantalla hacia arriba, bien sea en la pantalla de bloqueo o en la de inicio, aparecerán las tarjetas que hayamos asignado como si fuesen naipes. Seleccionamos la que queramos, pasamos el dedo por el lector de huellas para verificar que somos nosotros, y listo. Rápido y simple.