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Este pájaro viaja 16.000 kilómetros cada año... sin motivo alguno
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la mayor migración de este tipo

Este pájaro viaja 16.000 kilómetros cada año... sin motivo alguno

El mérgulo antiguo se desplaza desde Canadá a Japón anualmente, y luego regresa a su hogar. Una migración que los expertos no logran explicar, ya que el clima de ambos puntos es bastante similar

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Las largas migraciones no son raras en muchas especies de aves. Desde las golondrinas a los patos, cada año estos animales recorren miles de kilómetros huyendo del invierno hasta encontrar climas más agradables donde los alimentos no hayan quedado enterrados por la nieve. Semejante aventura anual no tendría sentido si no fuera cuestión de vida o muerte. Sin embargo, existen aves que viajan, sin motivo aparente, de una zona templada… a otra.

Es el caso del mérgulo antiguo (Synthliboramphus antiquus), un ave de la familia de los frailecillos emparentada también con las gaviotas. Cada año recorre 8.000 kilómetros por el Pacífico Norte, desde Norteamérica hasta Asia (y luego regresa). Se trata de la primera migración de este a oeste registrada por un pájaro marino, tal y como ha publicado la revista Ibis. Y lo mejor de todo es que no se conoce la función de este viaje.

Para determinar las costumbres migratorias de un ave tan poco conocida, Gaston y su equipo utilizaron geolocalizadores colocados en varios ejemplares

“Es todo un misterio, y parece un viaje horriblemente largo como para hacerlo sin motivo”, explica a New Scientist el investigador del Centro Nacional de Investigación en Fauna de Ottawa (Canadá), Anthony Gaston. La odisea registrada gracias a los geolocalizadores colocados a varios ejemplares no es para hacerla en balde: desde el archipiélago canadiense de Haida Gwaii, en la Columbia Británica, hasta las aguas comprendidas entre Japón y China. Ida y vuelta, casi nada.

El mérgulo antiguo es la única ave conocida que cruza la zona norte del océano Pacífico, y por eso resulta todavía más desconcertante que, en apariencia, el viaje no tenga un fin definido. “No conozco ningún otro pájaro que cubra semejante distancia de este a oeste, y menos que finalice su recorrido en unas aguas muy similares”, comenta Gaston.

Unos 270 kilómetros al día

Para determinar las costumbres migratorias de un ave tan poco conocida como esta, Gaston y su equipo utilizaron etiquetas geolocalizadoras colocadas en 2013 a varios ejemplares de mérgulo antiguo. Al año siguiente recuperaron los datos de cuatro de estos animales y descubrieron con asombro que los pájaros habían cruzado lentamente el Pacífico Norte entre julio y noviembre hasta llegar a Japón.

'Es todo un misterio, y parece un viaje horriblemente largo como para hacerlo sin motivo'

En febrero, con los últimos estertores del invierno, las aves regresaron a Canadá, esta vez con mayor velocidad, ya que el viaje duró tan sólo un mes. Estos 16.000 kilómetros en total convierten a estos mérgulos en los mayores migradores de su familia, doblando la mayor registrada por su primo, el arao de Brunnich. Esto implica que el misterioso pajarillo recorre unos 270 kilómetros al día, a lo largo de 4 o 5 horas de vuelo.

¿Por qué abandonar las aguas canadienses, que ya albergan a muchas aves marinas en invierno, para desplazarse hasta un clima semejante como el de Japón? Gaston explica que la única explicación plausible es que el mérgulo antiguo sigue recorriendo la misma ruta migratoria que sus antepasados. Esta especie se originó en Asia, pero colonizó Norte América en el pasado. Quizá hace miles de años las diferencias climáticas sí hacían que el viaje valiera la pena. Por eso hoy todavía se embarca en una aventura (en apariencia inútil) de 16.000 kilómetros, siguiendo esa mentalidad también humana de continuar haciendo las cosas como siempre se han hecho.

Las largas migraciones no son raras en muchas especies de aves. Desde las golondrinas a los patos, cada año estos animales recorren miles de kilómetros huyendo del invierno hasta encontrar climas más agradables donde los alimentos no hayan quedado enterrados por la nieve. Semejante aventura anual no tendría sentido si no fuera cuestión de vida o muerte. Sin embargo, existen aves que viajan, sin motivo aparente, de una zona templada… a otra.

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