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El viejo icono de la hamburguesa está al borde de desaparecer
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El viejo icono de la hamburguesa está al borde de desaparecer

El icono con forma de hamburguesa se ha puesto de moda. Lo usamos para ocultar y develar el menú en webs y aplicaciones, pero multitud de expertos en diseño hablan ya de desterrarlo

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Nada de lo que aparece en la pantalla de tu ordenador, tu smartphone o tu tableta es fruto del azar. Cada símbolo, la disposición de cada elemento del diseño o la presencia o no de una determinada palabra son aspectos que se estudian al detalle antes de dar vida a una web. De hecho, hasta el icono más insignificante, aquel que nunca capta tu atención, tiene a sus espaldas un profundo debate entre diseñadores y desarrolladores. Como muestra, un botón (nunca mejor dicho).

Echa un vistazo a la esquina superior izquierda de esta web. ¿Qué ves? Independientemente del dispositivo que utilices, en ese punto habrá un símbolo compuesto por tres líneas horizontales. Señores y señoras, tienen ante ustedes al icono con forma de hamburguesa. Otros han creído ver un sandwich o hasta un perrito caliente. En cualquier caso, este elemento de apariencia inofensiva es el causante de una enorme batalla en el mundo del diseño web.

Comenzó a popularizarse hace unos años, con el despegue de las 'apps', y ahora está viviendo su época dorada con el auge del 'responsive design'

La discusión en torno al hamburger icon es bastante reciente. Comenzó a popularizarse hace unos años, con el despegue de las apps, y ahora está viviendo su época dorada con el auge del responsive design, la técnica de diseño adaptativo que hace posible que una misma página se ajuste a todos los tamaños de pantalla y siga luciendo igual de bien.

No obstante, su creación se remonta a los orígenes de los ordenadores personales. A principios de 2014, el diseñador estadounidense Geoff Alday se preguntó quién y cuándo había utilizado por primera vez el peculiar símbolo. Rastreando internet, encontró un vídeo que explicaba el funcionamiento de la Xerox 8010 Star, una máquina de 1981 que ha pasado a los anales de la informática por su interfaz, la primera que empleó mapas de bits en lugar de texto e introdujo elementos como las ventanas, los iconos, las carpetas o el puntero del ratón. Tanto Bill Gates como Steve Jobs la tomaron como fuente de inspiración años más tarde.

Todavía intrigado por la historia, Alday se puso en contacto con Norm Cox, el hombre que había diseñado la interfaz de aquella máquina de Xerox, que efectivamente admitió ser el padre de ese símbolo que ahora se ha puesto tan de moda. “Lo diseñé hace muchos años como un contenedor para las opciones de un menú contextual”, dijo orgulloso.

En su carta, Cox aseguraba que lo concibió como una especie de “señal de tráfico” para guiar a los usuarios, y que su diseño trataba de “imitar el aspecto de la lista del menú” que aparecía al hacer clic sobre el icono. No se percataron de su aspecto de hamburguesa. Por aquel entonces, solían explicar a los usuarios que era una especie de “rejilla de ventilación” para mantener refrigerada la ventana.

Bromas aparte, Cox no parecía muy consciente de la controversia que estaba generando aquel icono en pleno siglo XXI. “Ha sido genial ver que muchos de nuestros diseños pioneros de aquellos años han resistido el paso del tiempo y se han convertido en símbolos omnipresentes en nuestras interfaces”, señalaba en su carta. Ignoraba que, a pesar de haberse convertido en un botón omnipresente, son muchos los que pretenden desterrarlo.

¿Lo entienden los usuarios?

El icono con forma de hamburguesa ha dividido a los diseñadores y programadores en dos bandos: los que alegan que la mayor parte de los usuarios identifican sin problemas ese símbolo, y saben que desplegará un menú, y los que argumentan que reduce la usabilidad y es un obstáculo de cara a la navegación.

Se han realizado varias pruebas para averiguar quién tiene razón. En uno de los tests, los investigadores alternaron la utilización del par de iconos que aparecen en las imágenes superiores. De esta forma, pudieron comprobar que, de los 240.000 usuarios que accedieron a la aplicación, hacían clic en el botón “Menú” un 20% más que en el símbolo de las tres líneas horizontales.

A raíz de este hallazgo, son muchos lo que piensan que el icono de la hamburguesa puede convertirse en un obstáculo para la navegación. Si el usuario no deduce que el botón desplegará una lista de posibles destinos, si no resulta intuitivo salvo que se especifique con palabras, el hamburger icon puede provocar que las opciones del menú queden ocultas para algunos usuarios.

Sin embargo, hay otros problemas que ponen la usabilidad de este icono en entredicho. Incluso si los usuarios supieran entenderlo, podría estar violando una regla de oro del diseño. Aunque su ventaja sea reducir el tamaño que ocupa un menú desplegado en la pantalla, algo esencial en los diseños responsive, quebranta una de las premisas fundamentales a la hora de planificar una interfaz: evitar que el usuario haga dos clics (o más) cuando podría hacer solo uno.

Visto lo visto, no son pocas las razones que pueden esgrimir los detractores del controvertido icono con forma de hamburguesa. Tras conocerlas, seguro que examinarás con más detenimiento las webs que visitas a diario, y harás clic sin dudar en esas tres líneas horizontales para ver lo que te ofrece el menú. Es lo que el viejo y querido Norman Cox hubiera deseado.

Nada de lo que aparece en la pantalla de tu ordenador, tu smartphone o tu tableta es fruto del azar. Cada símbolo, la disposición de cada elemento del diseño o la presencia o no de una determinada palabra son aspectos que se estudian al detalle antes de dar vida a una web. De hecho, hasta el icono más insignificante, aquel que nunca capta tu atención, tiene a sus espaldas un profundo debate entre diseñadores y desarrolladores. Como muestra, un botón (nunca mejor dicho).

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