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Yoshi's Woolly World: ¡es tan blandito que me quiero morir!
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NINTENDO EXPLORA NUEVAS FÓRMULAS DE PLATAFORMAS

Yoshi's Woolly World: ¡es tan blandito que me quiero morir!

Ha tardado veinte años, pero la segunda aparición de Yoshi como protagonista no ha defraudado. Se trata de un título encantador que nadie en su sano juicio rechazaría

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Pocos, muy pocos, son los juegos capaces de gustarle a cualquiera, incluso a aquellos que no juegan a nada. Podríamos hablar de Tetris, Brain Training, Candy Crash, Buscaminas y pocos más. El Yoshi's Woolly World que hoy tratamos quizá no pertenezca a este club, pues es algo más complejo, pero desde luego tiene la capacidad de emocionar visualmente a cualquiera.

Porque enlo nuevo de Nintendo abunda la belleza. Una vez más, la experiencia jugable se potencia con un entorno adorable, diseñado a partir de patrones de punto y agradables melodías. En esencia es un plataformas, heredero directísimo de Mario, que aporta ligeras novedades en la mecánica de juego y el diseño de niveles. De hecho se le puede considerar una continuación de aquel Super Mario World 2: Yoshi's Island publicado en 1995 y que ya bosquejaba algunos elementos de juego propios, como el lanzamiento de objetos o la capacidad de sostenerse unos segundos en el aire, algo que se integró posteriormente en la saga de Mario.

Así, Yoshi's Woolly World no está concebido para el reto. De hecho el juego ofrece una modalidad, la "relajada", en la que el protagonista puede volar. Y ya saben que volar en un plataformas significa "paseo plácido". No obstante, que sea fácil no significa que sea corto o despreciable. Atesora al menos once horas de juego si avanzamos linealmente, y al menos otras veinte en resolver todos los puzles secretos que propone el título. Si juega ocasionalmente, digamos tres horas a la semana, es muy probable que esté más de un mes para terminarlo, y eso está por encima de la media.

Yoshi's Woolly Worldestá para disfrutar del camino. En cuanto arranque el juego se verá sonriendo como un bobo ante este Yoshi de lana, blandito, que se aplasta al caer, se deshilacha al saltar y pasa miedo en escenarios oscuros. Cómo decía Agnes en Gru, "es tan blandito que me quiero morir". Por el camino Nintendo saca músculo con su Wii U, tan señalada por el déficit de potencia con respecto a su competencia, demostrando que de su alta resolución de mentirijillas se pueden sacar productos redondos. ¿Para qué tanta gráfica, si lo nuestro son los muñecos sin textura?, se debieron preguntar en Kyoto.

Cabe destacar, por último, el sublime diseño de los niveles. La mayoría son distintos no en cuanto a objetivo, sino a mecánica de juego. ¿Qué significa esto? Que es realmente complicado aburrirse una vez que se ha cogido el tranquillo, porque no hay dos misiones iguales. Para esto Yoshi le viene al pelo a Nintendo, ya que es, junto a Kirby, uno de sus personajes más polifacéticos. Dependiendo de lo que coma, el pequeño dinosaurio será capaz de disparar, de volar... hasta de convertirse en gigante y arrasarlo todo.

El modo cooperativo, que Nintendo exploró con éxito por primera vez en la anterior generación de consolas, aporta a Yoshi's Woolly World un extra más que interesante, pues cambian las dinámicas y se envenena la jugabilidad. Es terriblemente divertido jugar con un amigo, pero lo es aún más hacerlo después de adquirir cierta experiencia. Por contra, una vez se engrasa la pareja y aprende a competir, el reto de pronto se viene abajo, algo que no sucede en juegos del estilo como Mario Kart o el propio Legend of Zelda.

Les llevamos diciendo varios meses que Nintendo está de dulce y cada juego que sacan es más inspirado que el anterior. Quizá Yoshi's Woolly World peque de falta de originalidad y, si me apuran, de un reto capaz de picar a los más jugones, pero merece la pena ser probado por cualquiera, aunque sólo sea por su faceta artística.Perfecto para cualquier niño y muy aconsejable para adultos que hayan dejado atrás la edad del pavo.

Pocos, muy pocos, son los juegos capaces de gustarle a cualquiera, incluso a aquellos que no juegan a nada. Podríamos hablar de Tetris, Brain Training, Candy Crash, Buscaminas y pocos más. El Yoshi's Woolly World que hoy tratamos quizá no pertenezca a este club, pues es algo más complejo, pero desde luego tiene la capacidad de emocionar visualmente a cualquiera.

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