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No es postureo: los futbolines en las empresas mejoran el rendimiento
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los trabajadores se sienten más jóvenes

No es postureo: los futbolines en las empresas mejoran el rendimiento

Mesas de ping-pong, canchas de baloncesto... no es extraño que empresas como Google apuesten por estos extras. Pero, ¿sirve de algo? Un estudio confirma su utilidad

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¿Buen rollito o una sabia estrategia? Google abrió la veda de la informalidad en las oficinas. Así se pasó del rigor de los trajes de las grandes urbes y centros financieros a un ambiente relajado, tal vez demasiado. Los trabajadores de las principales startups llegaban al trabajo en patinete y acompañados de su perro. La norma general es la distensión. Pero, ¿de verdad sirve para algo?

En un primer vistazo, la mayoría de los expertos concluyó que la estrategia de laxitud extrema iniciada por Google perseguía una relajación por parte de los trabajadores, con el objetivo de estar más a gusto y dedicar más horas al trabajo. Ahora, un equipo de investigadores alemanes ha descubierto que las empresas que fomentan entornos de trabajo infantiles persiguen algo más: engañar a la psique de sus empleados haciendo creer que son más jóvenes. Y la estrategia funciona.

Los investigadores de la universidad alemana de Constanza han querido hilar más fino y saber realmente qué es lo que se esconde detrás de esta estrategia de convertir la oficina en una especie de resort vacacional: mesas de ping-pong, futbolines, canchas de baloncesto y comida a demanda... El grupo de expertos ha efectuado un trabajo de campo entre más de cien empresas que emplean esta práctica para dar con un hallazgo inesperado: las compañías engañan a los empleados haciendo creer que son más jóvenes y así lograr un mejor rendimiento. Sí, la ecuación no es: ambiente relajado equivale a más productividad, sino que el ambiente más joven, eleva el rendimiento.

Nos creemos eternamente jóvenes

Los investigadores han basado su trabajo en un hecho contrastado en otro estudio: a partir de los 25 paramos el reloj, y aunque ya empecemos a peinar canas, seguimos con el espíritu universitario de los mejores años de juventud. El principio tiene su lógica: en plena juventud nuestras facultades están al 100% de su rendimiento y por extensión, esta eficiencia se aplica también al trabajo.

En el estudio participaron más de 15.000 empleados: los que se acercaban a los cuarenta y trabajaban en entornos 'infantilizados' rendían más

Mejor aún: los empleados son más maduros a medida que pasan los años, pero si se crea un clima laboral relajado, su cerebro se siente realmente identificado con los balones y zonas de recreo en el trabajo logrando un mayor rendimiento. En el estudio participaron más de 15.000 trabajadores y la correlación no tardó en llegar: los que se acercaban a los cuarenta y trabajaban en entornos laborales infantilizados rendían mucho más que los que lo hacían en las oficinas más serias y con traje y corbata.

Sin embargo, no todos los expertos comparten esta fría estrategia productiva: algunos sostienen que es el ambiente general relajado el que hace que los trabajadores den lo mejor de sí en todo momento. Es entendible que un entorno en el que el empleado es libre de disponer moverse a sus anchas, echar una cabezadita o bien jugar al futbolín, estará a priori más cómodo que quien tenga a su jefe en la chepa mirando el reloj.

La clave, según esta tendencia defensora de convertir la oficina en un “parque infantil”, reside en reducir el estrés del empleado: un trabajador con menos presión y al que se fomenta la creatividad, ofrecerá, a priori, un rendimiento superior que el que esté realmente quemado. Sin embargo, los expertos alemanes sostienen que es la juventud de espíritu la que realmente marca la diferencia: “en una empresa en la que los empleados se sienten jóvenes, el entorno presionará a los que no lo son a sentirse como tales, y mejorarán su rendimiento”, concluyen.

¿Buen rollito o una sabia estrategia? Google abrió la veda de la informalidad en las oficinas. Así se pasó del rigor de los trajes de las grandes urbes y centros financieros a un ambiente relajado, tal vez demasiado. Los trabajadores de las principales startups llegaban al trabajo en patinete y acompañados de su perro. La norma general es la distensión. Pero, ¿de verdad sirve para algo?

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