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Seis meses de prohibición en España: la lenta travesía de Uber hacia la legalidad
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LA APP LUCHA POR VOLVER A OPERAR

Seis meses de prohibición en España: la lenta travesía de Uber hacia la legalidad

Seis meses después de haber sido declarada ilegal, Uber España continúa batallando para retomar su actividad cuanto antes. Pero no lo está teniendo nada fácil.

Foto: Uber sigue luchando por volver a operar en España
Uber sigue luchando por volver a operar en España

No está siendo un mes precisamente bueno para Uber en España. La aplicación de transporte con chófer cumple estos días sus primeros seis meses dentro de la ilegalidad y su lucha por volver a los cauces legales está siendo más complicada de lo que quizá cabía esperar.

Fue a mediados de diciembre del año pasado cuando un juez decretó el cese de actividad de la compañía, una paralización que el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Madrid amparaba, entre otras cosas, en el "daño inmediato" que la aplicación estaba causando al sector del taxi y en la "competencia desleal" que estaban sufriendo los taxistas de Madrid, Barcelona y Valencia, las tres ciudades en las que estaba disponible el servicio Uber Pop.

Desde entonces, la travesía de la compañía americana hacia la legalidad se ha visto envuelta en problemas y polémicas: su recurso del auto, las discusiones sobre su modelo, los conflictos políticos con el Gobierno, la apertura de nuevas vías de negocio... Han sido varios los volantazos de la aplicación para cambiar su rumbo, pero los esfuerzos, por ahora, siguen siendo infructuosos.

Recurso judicial y denuncia a España

Tras su cierre definitivo, que se produjo el pasado 31 de diciembre tras la denuncia de la Asociación Madrileña del Taxi, la aplicación anunció que recurriría el auto judicial para poder volver a operar cuanto antes. De manera paralela, continuó las negociaciones y conversaciones que, desde su llegada a España, inició con diversos agentes políticos tanto en el Gobierno central como en la Generalitat de Cataluña.

Sin embargo las conversaciones no llegaron a buen puerto y la reacción de Uber no terminó ahí. Tres meses después, la compañía denunció a España ante la Comisión Europea, ante la que elevó una queja argumentando que nuestro país estaría violando los principios del mercado interno dentro de toda la Unión Europea.

Pero España no fue el único país objeto de queja y polémica. Este jueves en Francia tenía lugar una protesta en la que más de 2.800 taxistas bloquearon el acceso a gran parte de los aeropuertos del país, generando numerosos disturbios, quema de coches y varias detenciones. Además, desde su llegada a Europa, Uber está manteniendo litigios judiciales en otros países como Alemania, Holanda y Bélgica, en los que también se está discutiendo sobre la legalidad de la aplicación y su posible modelo competitivo frente al sector del taxi.

De llevarte en coche... a llevarte la comida

Entre tanto, la aplicación empezó a buscar formas de mantenerse activa. Y una de sus ideas fue Uber Eats, unservicio disponible en Barcelona que permite a los usuarios pedir comida y recibirla en muy pocos minutos gracias a los conductores de Uber, que serían los encargados de llevar a cabo dichotransporte para, de este modo, seguir manteniendo su ligero umbral de ingresos.

La implantación de Uber Eats supuso un nuevo giro dentro de la política de la app, que de este modo buscaba retener a uno de sus activos más valiosos desde que entrase en España: los usuarios.

Así está su batalla judicial en España

A día de hoy, como decimos, Uber España cumple seis meses dentro de la ilegalidad... y no parece que esté pudiendo hacer progresos significativos. Y es que al cese de actividad ordenado por el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Madrid hay que unir una nueva causa: el juicio que tiene abierto en Cataluña tras la demanda interpuesta por la Asociación Profesional Élite Taxi y en el que está sufriendo algunos de sus mayores reveses.

En dicho juicio, Uber está teniendo que lidiar conlos dos grandes debates que giran en torno a su servicio: por una parte, la posible competencia desleal de su aplicación ante los taxistas; por otra, la debatible relación de la compañía con sus conductores.

La pregunta del millón: sus conductores... ¿son empleados?

Al margen de los aparentes problemas de competencia, cuya deslealtad pareceevidente alos juzgados madrileños, el juicio en Cataluña ha puesto también el foco en otro asunto no menos importante: ¿qué relación laboral existe realmente entre Uber y sus conductores? ¿Son empleados? ¿O meros usuarios?

En este sentido, la postura de la compañía ha sufrido algunos cambios. Y es que, a su llegada a España, Uber se autoincluyó dentro de la economía colaborativa para asegurar que sus conductores no eran empleados, sino meros usuarios de la aplicación.Sin embargo, han sido varias las veces que desde la compañía, sobre todo en Estados Unidos, se ha esgrimido las posibilidades de su servicio a la hora de crear empleo. Y el pasado Día Internacional de la Mujer Trabajadora, inclusó llegó a lanzar un comunicado prometiendo un millón de empleos para mujeres europeas en cinco años.

Para Trabajo, los conductores son empleados de Uber; para la 'app', simples usuarios.

Sin embargo, en el juicio que está manteniendo en Cataluña se está evidenciando un nuevo abandono del discurso del empleo, ya que la compañía se sigue definiendo como un mero intermediario tecnológico entre usuarios.

De hecho, el abogado de Uber llegó a delegar toda responsabilidad legal en los propios conductores: y es que si su demandante "entiende que hay competencia desleal porque alguien transporta viajeros sin tener licencia, son los conductores los que deberían estar aquí".

Sin embargo, la Inspección de Trabajo llevada a cabo lo tiene claro: los conductores de Uber sí son empleados de la compañía. En este caso, la inexistencia de contrato laboral alguno no elimina una relación laboral que, para Trabajo, parece evidente.

Habrá que esperar para ver cómo evoluciona este asunto, ya que su resolución no parece clara. Porque parece que los taxistas tienen la batalla legal bien encaminada, pero a Uber no le faltan ni recursos económicos ni abogados, y está claro que hará uso de ellos.

No está siendo un mes precisamente bueno para Uber en España. La aplicación de transporte con chófer cumple estos días sus primeros seis meses dentro de la ilegalidad y su lucha por volver a los cauces legales está siendo más complicada de lo que quizá cabía esperar.

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