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No te creas todo lo que lees en Twitter: la cuarta parte es mentira
  1. Tecnología
según un estudio efectuado mediante 'crowdsourcing'

No te creas todo lo que lees en Twitter: la cuarta parte es mentira

Las informaciones falsas, fotografías sacadas de contexto y vídeos erróneos pueden volverse virales con enorme facilidad, a través de páginas y cuentas de tuiter ávidas por lograr visitas

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Las informaciones falsas, fotografías sacadas de contexto y vídeos erróneos pueden volverse virales con enorme facilidad, a través de páginas y cuentas de tuiter ávidas por lograr visitas. No siempre es fácil separar el grano de la paja, pero por suerte las nuevas tecnologías podrían echarnos una mano.

El Instituto Tecnológico de Georgia en Atlanta (GT) es uno de los grupos de investigación que trabaja en este campo, tal y como asegura New Scientist. Su base de datos Credbank combina el crowdsourcing con aprendizaje automático para filtrar y estudiar nuestras redes sociales. Un estudio presentado por ellos en una conferencia sobre web y redes sociales ha determinado que la cuarta parte de lo que leemos en Twitter podría ser mentira.

Todo comenzó cuando estos investigadores empezaron a rebuscar en el 1% de los tuits de su timeline, filtrándolos por temas y eliminando aquellos que fueran spam. Estos tuis fueron enviados a voluntarios humanos que se encargaron de confirmar, refutar y evaluar estos mensajes según su veracidad. En 96 días fue posible analizar 60 millones de mensajes sobre 1.000 noticias.

El resultado mostró que no se podía confiar en la veracidad de un cuarto de todos estos mensajes. Tanushree Mitra y Eric Gilbert, investigadores del GT, ponen como ejemplo el mayor bulo con el que se toparon el año pasado: el virus del ébola zombi. Se trata de un rumor sobre varias víctimas de esta enfermedad infecciosa que se habían levantado de la tumba tras la muerte. Obviamente era mentira, pero a pesar de ello fue compartido millones de veces en las redes sociales. Si aquellas personas que extendieron esta historia creían en ella o simplemente lo hicieron por puro sentido del humor, es otra cuestión.

El año pasado una historia sobre muertos del Ébola que se levantaban de sus tumbas fue compartida millones de veces

"La propagación de información y su verificación funcionan hoy a una escala diferente", asegura el investigador del MIT Iyad Rahwan. "Comprender la dinámica de los rumores y bulos nos permitiría construir herramientas que ayudaran a identificarlos".  En este sentido, un sistema desarrollado a partir de Credbank permitiría marcar tuits para evaluar su credibilidad: "Imagino un futuro donde las historias extrañas, la desinformación y los rumores están marcados con distintas tonalidades de rojo", asegura el investigador de la Universidad de Michigan, Christian Sandvig.

En este contexto, Google ha hecho sus pinitos mediante un servicio de búsquedas que evalúa cada página según el número de hechos verdaderos que contiene, en lugar de centrarse en los links que enlazan la web.

Las informaciones falsas, fotografías sacadas de contexto y vídeos erróneos pueden volverse virales con enorme facilidad, a través de páginas y cuentas de tuiter ávidas por lograr visitas. No siempre es fácil separar el grano de la paja, pero por suerte las nuevas tecnologías podrían echarnos una mano.

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