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Microsoft y el caos controlado de Windows 10: ¿piratas sí o piratas no?
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ha dado hasta nueve versiones de su política

Microsoft y el caos controlado de Windows 10: ¿piratas sí o piratas no?

Al principio insinuó que todos los usuarios de determinadas versiones previas podrían tener Windows 10 gratis, incluidos los piratas, pero desde entonces no ha dejado de contradecirse

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Como en las películas del genial Ozores: sus atropellados discursos lograban el objetivo buscado, que no era otro que volver loco a su atribulado interlocutor. Y lo conseguía, claro. Algo así parece estar intentando Microsoft, salvando las distancias, con la política de licencias del inminente Windows 10.

En un inicio, se anunció a bombo y platillo que la actualización a esta nueva versión de la plataforma sería completamente gratuita para todos aquellos usuarios de determinadas versiones previas. Quedaba la patata caliente por resolver: ¿contemplaba Microsoft la actualización de las licencias piratas? El asunto tenía su calado, porque en el mercado negro circula una cantidad desmedida de licencias por las que no se había pasado por caja, y en especial, en China, donde el pirateo del software se cifra ya en un 74% de las licencias en uso, según un estudio.

Y en un principio, parecía que sería así. Los de Redmond confirmaron que la actualización cubriría a las licencias legales y las piratas, en una suerte de amnistía con la que se quería poner fin a la circulación descontrolada de su software. Pero… ¿se aplicará este principio en el resto del mundo?

Desde Microsoft la han liado parda anunciando los diferentes tipos de licencias de Windows 10: hasta nueve diferentes posibilidades

Desde Microsoft la han liado parda anunciando los diferentes tipos de licencias de Windows 10: hasta nueve diferentes posibilidades, según se cuente, de la plataforma. Un jarro de agua fría para los que celebraban la transparencia y uniformidad en torno a Windows que parecía haber tomado la compañía.

Ni va a ser una única licencia, ni tampoco queda claro el alcance de la gratuidad en su actualización. A pocas horas de publicar la política de versiones de la plataforma, ha sido la propia compañía la que ha hecho pública la letra pequeña en lo que atañe a la legalidad de las versiones.

Ed Bott en ZDNET pone el dedo en la llaga para destacar lo confuso del texto que se refiere a las actualizaciones: queda claro que los propietarios de una licencia de Windows 7, 8.1 y Windows Phone 8.1 podrán dar el salto gratuitamente (durante el primer año), pero las empresas tendrán que pasar por caja, según se desprende de la maraña de comunicados.

Las licencias piratas lo seguirán siendo

La estrategia que persigue Microsoft es convertir en gratuita la plataforma para el usuario doméstico (insistimos, por el momento, el primer año). Pero… ¿quién paga la fiesta entonces? Conviene recordar que la compañía fundada por Bill Gates centra su negocio en la venta de software ¿cómo piensa rentabilizar este gratis total? El gigante ganará dinero a través de los fabricantes de ordenadores que incorporen el sistema operativo de fábrica, y también, en el jugoso mercado de las empresas.

Se trata de un galimatías de versiones, licencias y mercados en el que hasta la mismísima Mary Jo Foley, la columnista con más prestigio en lo que a asuntos de la firma se refiere, parece atascarse. ¿Se trata entonces de una estrategia de marketing o de un complejo entramado a través del cual se pretende cobrar lo que se ha presentado como gratuito? Pues bien, en una lectura rápida del asunto, el usuario particular podrá actualizar gratuitamente, pero el corporativo, dependiendo de la versión, tendrá de alguna manera que pasar por caja.

Y luego está el asunto de las licencias piratas. El primer anuncio de la casa fue que todos los usuarios (los que hubieran pagado y los que no) podrían actualizar libremente a Windows 10. La deducción lógica sería pensar que Microsoft deseaba blanquear estas licencias para, de alguna manera, tener cierto control sobre las mismas.

Pero no. En este donde dije digo, digo Diegolos de Nadella han dado un inesperado giro de tuerca estos últimos días anunciando que las licencias piratas seguirán “siendo consideradas” piratas. ¿Qué quiere esto decir? Buena pregunta. Ars Technica especulacon que se trata de una manera de evitar que los usuarios de versiones ilegales saturen el soporte oficial de la compañía (sólo faltaba tener que asignar recursos a quien no ha pagado), aunque también podría tratarse de una forma de dejar la puerta abierta a posibles inspecciones en las empresas.

Ahora sólo nos falta conocer la fecha final de lanzamiento de esta versión, y según los últimos rumores, se mantiene el objetivo de este verano, y con el lanzamiento suponemos que la casa aportará más detalles sobre el asunto de las licencias.

Como en las películas del genial Ozores: sus atropellados discursos lograban el objetivo buscado, que no era otro que volver loco a su atribulado interlocutor. Y lo conseguía, claro. Algo así parece estar intentando Microsoft, salvando las distancias, con la política de licencias del inminente Windows 10.

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