Las 'apps' de 'streaming' en directo le abren un nuevo frente al 'pay per view'

Que la tecnología ha puesto patas arriba el modelo tradicional de consumo de contenidos es ya una verdad obvia y cotidiana, y las consecuencias se han hecho ver en la complicada relación que viven hoy en día las productoras, los consumidores y las distribuidoras de contenidos. Una relación en la que ha aparecido a última hora un nuevo actor: las aplicaciones que permiten a los usuarios retransmitir vídeos en directo.

Periscope es quizá la más conocida, a causa de su compra por parte de Twitter, junto a Meerkat, la pionera en el mercado. Con ellas, cualquiera puede grabar lo que esté haciendo y compartirlo a través de sus redes sociales. No es que sean los primeros servicios con esta función, pero están integrados con las principales redes sociales y están pensados para el móvil, de forma que miles de usuarios se han enganchado a esta moda en los últimos meses. ¿Por qué responder con un texto a la pregunta “¿Qué estás haciendo?”, si puedes hacerlo con un vídeo?

En muchos casos, lo que estamos haciendo es precisamente ver la televisión, o consumir alguna serie o película por la que hemos pagado en algún momento. O en la madrugada del domingo, ver el combate entre Manny Pacquiao y Floyd Mayweather, un evento deportivo cuyas expectativas lo habían convertido en un suculento negocio para los dueños de los derechos de retransmisión. Para verlo, habría que pagar sí o sí.

Vídeo de poca calidad, pero gratis

O no, porque además de los atajos ya habituales, de pronto Twitter se llenó de mensajes de usuarios que lo estaban retransmitiendo a través de estas aplicaciones. Nada de calidad de imagen y audio: hubo quien vio el combate como una imagen temblorosa y un sonido que era poco más que un eco, grabado por un aficionado que apuntaba hacia la televisión con su smartphone. Algunos incluso dieron con la retransmisión de un usuario que estaba junto al ring.

Según una portavoz de la compañía, Periscope recibió 66 peticiones de cierre de cuentas por parte de los dueños de los derechos de emisión durante el combate, de las cuales atendió 30. El resto habían dejado de emitir antes de que pudiese tomar medidas. “La piratería no nos encanta”, dijo Kayvon Keykpour en Twitter. “Respetamos la propiedad intelectual y anoche había mucha gente trabajando duro para responder (incluido yo mismo)”.

Los desarrolladores deberían tener herramientas para prevenir la violación masiva del copyright en sus aplicaciones, y no solo esperar las notificaciones

Pero no es un evento aislado, ni nuevo. Cuando hace un mes comenzó la quinta temporada de Juego de Tronos, el problema fue el mismo. De hecho, la cadena HBO, dueña de los derechos de la serie, pidió a Periscope que tomase medidas contra los usuarios que habían utilizado la app para retransmitir el capítulo a sus contactos.

En esa ocasión, Twitter advirtió a los usuarios de que cerraría las cuentas que incumpliesen sus términos: “la violación de los derechos de autor conducirán al cierre definitivo de la cuenta”. Algo que no contentó a los directivos de la HBO, que reprocharon a la app no tener un método de evitar el pirateo de sus contenidos: “Creemos que los desarrolladores deberían tener herramientas para prevenir la violación masiva del copyright en sus aplicaciones, y no solo esperar las notificaciones”.

De forma que si no teníamos aún cerrada la batalla por las descargas, llega otra nueva con las aplicaciones de retransmisiones en directo, que además traen consigo una dificultad añadida: la de que son efímeras. Aparecen en el momento de la emisión de contenidos protegidos, los retransmiten a un público mucho mayor que el que ha pagado por ellos y luego desaparecen. Está por ver si la amenaza de cerrar cuentas se cumple, y si sirve como elemento disuasorio.