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Los conectores entran en una nueva generación: así es el desconocido USB-C
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Los conectores entran en una nueva generación: así es el desconocido USB-C

El cambio anunciado por Apple no sólo implica modificar la forma del puerto en el ordenador, sino arrastrar a toda la industria a un nuevo estándar, con todas las dificultades que ello conlleva

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El tiempo en el mundo de la tecnología pasa como una apisonadora. Uno se compra un smartphone último modeloy al cabo de unos pocos meses está ya obsoleto. Sin embargo,el famoso USB ha mantenido el tipo en todo este tiempo. Las especificaciones han evolucionado paulatinamente, pero nadie se atrevía a modificarel formato. Hasta ahora, porqueApple, a quien no le tiembla el pulso a la hora de cambiar los estándares,certificó anteayerla muerte del USB, equipando en su flamante MacBook elUSB-C.El cambio no sólo implica modificarla forma del puerto en el ordenador, sinoarrastrar a toda la industria en un nuevo estándar,con todas las dificultades que ello conlleva.

¿Por qué ha rematado Apple el USB original?Fundamentalmente por una cuestión de espacio. Si hay algo que hace bien la firma de Steve Jobs es comprimir sus productos hasta límites insospechados. Y de hecho, ha logrado reducir el grosor de su portátil al del iPad original. No digan que no es meritorio. Ahora bien, estas estrecheces pagan su peaje y es que obligan a reducir el tamaño de los componentes a la mínima expresión.

Visto así, el tosco USB parecía algo anacrónico y desmedido a medida que los portátiles iban reduciendo su grosor, y Apple no se ha cortado un pelo a la hora de sentenciarlo a muerte definitivamente. Rigores de un nuevo hardware que exige minimalismo por todas las esquinas y que han obligado al fabricante a buscar un nuevo formato, que además se erige como el futuro conector para todo el segmento.

Uno para todos, todos para uno

USB-C, o USB “tipo-C”como también se le conoce, es un conector reversible (se acabó por fin el forcejeo con el puerto para acertar si lo conectamos de la manera adecuada) que cuenta con unas prestaciones que dejan muy atrás a las versiones precedentes. El puerto permite velocidades de transferencia de hasta 10 Gbps, o lo que es lo mismo, el doble que el USB 3.0, y lo que resulta más interesante, permite la carga de los equipos soportando hasta 100W, con lo que la carga de los equipos que conectemos a dicho puerto será mucho más rápida.

Pero sin duda, el aspecto ganador de este tipo de conector es que es soporta versiones anteriores (empleando adaptadores, lógicamente), con lo que inclusosuponiendo un cambio de calado, no implica un temido borrón y cuenta nueva. Y ahora que hablamos de adaptadores, este nuevo puerto nos va a obligar a acostumbrarnos a ellos mal que nos pese, puesto que esta faceta multidisciplinar del USB-C (carga, transmite datos y vídeo), facilita algo muy codiciado por los fabricantes: la eliminación de puertos.

Hasta la fecha, los hemos habituado a contar con un cable para alimentar el portátil, otro para conectarlo al proyector, y un tercero a la impresora o cualquier otro periférico que empleara el puerto USB. De hecho, y si lo recuerdan, el número de puertos disponible era todo un argumento de ventas para un ordenador. Quién nos ha visto, y quién nos ve. Con la irrupción del USB-C la tendencia es justo la contraria: será posiblemente el único puerto de su portátil. Para todo. Esta simplificación llevada al extremo facilita los diseños mínimos en lo que respecta al hardware, un lógico abaratamiento del coste de fabricación, y una conveniente simplificación a la hora de ir cargado de cables.

Este último aspecto es el que más ampollas ha levantado tras haber concluido la presentación del nuevo Mac ¿un solo puerto? Y sí, las redes sociales se llenaron de protestas: “¿Ysi quiero conectar el portátil al mismo tiempo que lo cargo?”“¿Ysi imprimo y quiero cargar el móvil al mismo tiempo?”. En efecto, todas estas circunstancias ahora ya no son posibles, salvo que nos compremos un adaptador de 90 euros. Bien pensado ¿en cuántas ocasiones reales se va a dar un conflicto en el uso del puerto? Pocas, en realidad, y para eso están los adaptadores. De poco van a servir las protestas, porque el “tipo C” ha venido para quedarse, y más vale acostumbrarse.

El tiempo en el mundo de la tecnología pasa como una apisonadora. Uno se compra un smartphone último modeloy al cabo de unos pocos meses está ya obsoleto. Sin embargo,el famoso USB ha mantenido el tipo en todo este tiempo. Las especificaciones han evolucionado paulatinamente, pero nadie se atrevía a modificarel formato. Hasta ahora, porqueApple, a quien no le tiembla el pulso a la hora de cambiar los estándares,certificó anteayerla muerte del USB, equipando en su flamante MacBook elUSB-C.El cambio no sólo implica modificarla forma del puerto en el ordenador, sinoarrastrar a toda la industria en un nuevo estándar,con todas las dificultades que ello conlleva.

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