Es noticia
El cambio climático fue la gota que colmó el vaso en la guerra de Siria
  1. Tecnología
agravó una dura sequía

El cambio climático fue la gota que colmó el vaso en la guerra de Siria

Pudo ser un factor importante que contribuyera a iniciar el conflicto árabe, potenciando una sequía que arruinó las cosechas y provocó la migración masiva hacia las ciudades

Foto: La sequía que azotó Siria, Turquía e Iraq en 2006 es la mayor registrada en esa zona
La sequía que azotó Siria, Turquía e Iraq en 2006 es la mayor registrada en esa zona

Desde su inicio en 2011, la guerra civil siria le ha costado la vida a más de 200.000 personas y los desplazados ya se cuentan por millones. Diversas causas políticas y sociales han contribuido al conflicto, pero un nuevo estudio señala al cambio climático como la gota que pudo desbordar el vaso en el país mediterráneo, al agravar la sequía que tuvo lugar entre 2006 y 2010 hasta convertirla en la más larga y dura jamás registrada en la zona. Es, además, la primera vez que se relaciona el calentamiento global con un conflicto del siglo XXI.

“Existen evidencias muy fuertes que indican que el calentamiento global hizo que la última sequía fuera la más grave de la historia de Siria”, explica a Teknautas el climatólogo de la Universidad de California en Santa Bárbara y autor principal del estudio publicado hoy en la revista PNAS, Colin Kelley. El investigador añade que esta situación “tuvo un efecto catalítico que desembocó en el colapso de la agricultura y la migración masiva hacia las ciudades”. El aumento de la población, sumado a la pobreza y la mala gestión gubernamental condujo, junto a otros factores, a un estado de agitación social que explotó finalmente en marzo de 2011.

La enorme sequía tuvo efectos inmediatos: la producción agrícola cayó un tercio, algo devastador en un país donde la agricultura representa un cuarto del PIB. El ganado casi desapareció por completo en el noreste de Siria, el precio del cereal se dobló y aumentaron las enfermedades infantiles asociadas a la malnutrición. El resultado: un millón y medio de personas huyeron del campo hacia unas ciudades que ya estaban saturadas de refugiados de la guerra iraquí.

“No queremos decir que la sequía causara la guerra”, aclara el investigador de la Universidad de Colombia y coautor del estudio, Richard Seager. “Tampoco que fuera debida al cambio climático”, remarca Kelley. Sin embargo, "la falta de agua fue mucho más severa por el calentamiento global" y colaboró, junto al resto de factores, "para llevar la situación más allá del límite". De hecho, el climatólogo añade que“el aumento de la población en las ciudades ocurrió justo antes de la revolución”.

Por supuesto, esta migración masiva provocada por la dura sequía no es la única responsable de la guerra. Kelley y sus colegas señalan que Siria ya era especialmente vulnerable por otros factores, desde la sobrepoblación general del país a la sobreexplotación ilegal de las aguas subterráneas. Y, por supuesto, el régimen de Al-Assad no ayudó mucho a todos los refugiados que acudieron por la sequía.

Un calentamiento de más de 1⁰C

La falta de agua no es extraña en esta región, que ya sufrió escasez en las décadas de los 50, 80 y 90; pero la vivida en el siglo XXI fue la peor y más larga que se haya registrado. De hecho, Kelley explica que “tres de las cuatro sequías prolongadas más graves del último siglo han ocurrido en los últimos años, lo que implica que el cambio climático está aumentando su frecuencia”.

Desde 1900 la zona se ha calentado más de un grado centígrado y la estación de lluvias ha reducido su duración un 10%

Y es que los investigadores comprobaron que desde 1900 el área del Creciente Fértil –región que comprende la actual Siria– se ha calentado entre 1⁰C y 1,2⁰C y la duración de laestación de lluvias se ha reducido en torno al 10%. Según el estudio, esta tendencia concuerda con los modelos de calentamiento global antropogénico, por lo que “no se puede atribuir a las variaciones naturales”.

El equipo de Kelley considera que el calentamiento global ha tenido dos efectos en esta zona. En primer lugar debilitó las corrientes de aire que traen nubes cargadas de lluvia desde el Mediterráneo, reduciendo así las precipitaciones durante la estación húmeda que tiene lugar entre noviembre y abril. Además, la subida de las temperaturas aumentó la evaporación de la humedad del suelo en verano, lo que remató la situación de un año ya de por sí seco.

Kelley considera difícil determinar el efecto que pueda tener el cambio climático sobre conflictos futuros. No obstante, “si continúa su trayectoria actual hay fuertes razones para creer que será un factor cada vez más importante conforme avance el siglo XXI”.

Crímenes, guerras e imperios caídos por el clima

Esta no es la primera vez que un estudio relaciona los cambios en el clima con el aumento en los conflictos humanos. En 2013, una investigación publicada en la revista Science aseguraba que el aumento en las temperaturas o las lluvias aumenta la violencia a todas las escalas, desde crímenes a guerras civiles y disturbios.

El trabajo de Edward Miguel señalaba diversas causas para este aumento del caos. Por ejemplo las económicas, cuando las cosechas quedan arruinadas y la desesperación por parte de los agricultores termina por desembocar en violencia. Pero también la propia biología del ser humano, ya que tal y como el propio Miguel aseguraba a Sinc, “el calor nos predispone más a la violencia”. El mismo investigador advertía de que el aumento de 2⁰C en la temperatura global “podría aumentar hasta en un 50% el número de guerras civiles”.

Otros estudios también han señalado los cambios en el clima como un factor importante en la caída de imperios en el Creciente Fértil, región donde se encuentra Siria. Es el caso del imperio acadio, que se colapsó hace más de 4.000 años debido a una severa sequía. Una situación que podría repetirse en los próximos años si continúa el aumento de las temperaturas.

Desde su inicio en 2011, la guerra civil siria le ha costado la vida a más de 200.000 personas y los desplazados ya se cuentan por millones. Diversas causas políticas y sociales han contribuido al conflicto, pero un nuevo estudio señala al cambio climático como la gota que pudo desbordar el vaso en el país mediterráneo, al agravar la sequía que tuvo lugar entre 2006 y 2010 hasta convertirla en la más larga y dura jamás registrada en la zona. Es, además, la primera vez que se relaciona el calentamiento global con un conflicto del siglo XXI.

El redactor recomienda