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El motivo que te hará sacar a los cuervos de la lista negra
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no afectan tanto al resto de aves

El motivo que te hará sacar a los cuervos de la lista negra

La presencia de cuervos en un ecosistema no tiene tantos efectos negativos en otras especies de aves como se creía, e incluso puede ser beneficiosa

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En los cuentos, los cuervos son una señal de mal augurio, y aliados de brujas y otras presencias oscuras. Una mala fama que trasciende al mundo real, pues la mayoría de la gente cree que roban, comen huevos de otras aves y limitan las poblaciones del resto de pájaros, a pesar de que estas aves son extremadamente inteligentes.

Sin embargo, un reciente estudio publicado en la revista Ibis ha demostrado que su presencia no tiene tantos efectos negativos en las especies de aves que depreda como se creía. Tras analizar más de 326 interacciones entre los córvidos y sus presas, los investigadores concluyeron que la mala reputación de los cuervos no está del todo justificada.

Para ello, han examinado los resultados de 42 estudios científicos que analizaban el impacto de seis especies de córvidos en un total de 67 especies de aves susceptibles de ser sus presas, entre las que destacan aves apreciadas por los cazadores como las perdices y paseriformes. Los resultados mostraron que su coexistencia con otras especies de aves tiene mucho menos impacto en la supervivencia y reproducción de estas de lo que se pensaba.

“El hecho de que exista la depredación por córvidos no implica necesariamente que las poblaciones de sus presas vayan mejor o peor”, ha explicado a Teknautas Beatriz Arroyo, coautora del estudio e investigadora en el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC). De hecho, se ha demostrado que en algunos casos la presencia de cuervos produce efectos beneficiosos en el ecosistema, ya que ayuda a mantener en equilibrio el número de aves de otras especies.

No son los más fuertes ni la única amenaza

Los córvidos –el grupo de aves que incluye cuervos, cornejas y urracas– suelen ser objeto de numerosos programas de control poblacional, tanto en ámbitos cinegéticos como de conservación. Estos se basan en la creencia de que eliminarlos del ecosistema es bueno para otras aves, cuyas poblaciones se ven limitadas por su presencia.

Son depredadores natos, pero no son la única razón para explicar que las poblaciones de especies se reduzcan: “Son una causa de mortalidad o del fracaso reproductor de los nidos, pero no implica que la población global quede afectada porque hay muchos otros factores”, explica Arroyo.

“Se puede decir lo mismo de la caza: hay veces que afecta a la población, pero según cómo se lleve a cabo puede hacer que las poblaciones declinen o no declinen”, aclara la investigadora

“En el 81% de los casos estudiados, los córvidos no supusieron un impacto detectable en sus presas potenciales. Además, en el 6% de los casos, se observaron incluso algunas relaciones aparentemente beneficiosas”, señala Arroyo.

En estos casos de correlaciones positivas, la presencia de más cuervos no se traducía en un menor número de presas sino en el efecto contrario: “Lo que se ha visto es que en algunos sitios donde había menos cuervos había también menor número de sus presas habituales”.

Más huevos pero no más aves

Para comprobar el impacto de los córvidos, los investigadores realizaron varios experimentos en los que aislaron a cuervos y urracas, entre otros depredadores, para observar cómo influían en la reproducción y abundancia de otras aves.

Al retirar a los córvidos de su hábitat se observó que la supervivencia de los pollos y el número de huevos de otras aves aumentaba en el 46% de los casos. Sin embargo, pese a las creencias generalizadas, apenas tuvo influencia en el aumento o disminución del tamaño de las poblaciones, que se redujeron en menos del 10% de los casos.

Los resultados revelaron que si se eliminan los córvidos pero no otros depredadores, el impacto en la productividad de sus presas sería positivo sólo en el 16% de los casos. Mientras que sin córvidos ni otros depredadores como los mamíferos, la productividad mejora en el 60% de los casos.

Depredadores en equilibrio

Los resultados sugieren que cuervos y urracas, entre otros, tienen menos impacto en sus presas que otras amenazas, aunque “también existe una depredación compensatoria”, apunta la investigadora.

Al eliminar sólo los córvidos sigue habiendo otros depredadores como las rapaces, que no se pueden controlar porque están protegidas. “Hay un depredador menos pero no tiene un efecto en las poblaciones, bien porque el efecto de los cuervos sea mucho menor que el del resto de depredadores, o bien porque se acaban compensando”, explica Arroyo.

“Aunque hayas eliminado uno, no quiere decir que mueran menos presas por depredación”. Es decir, que los depredadores se reparten la comida disponible de tal forma que si uno de ellos come menos o no come, el resto come más y el número total de animales depredados se mantiene.

No es lo mismo un cuervo que una urraca

El trabajo también compara las diferentes entre los diferentes grupos de córvidos: “Las urracas tienen mucho menos impacto”, declara Arroyo. En el 62% de los casos, los cuervos perjudicaron la reproducción de sus presas, mientras que las urracas influyeron negativamente en un 12%.

A pesar de todo, los autores creen que es necesario “ser cautos” a la hora de hacer conclusiones precipitadas sobre el impacto que tienen urracas y cornejas sobre las poblaciones de sus presas. “Las medidas de gestión son frecuentemente ineficaces e innecesarias”, concluye Arroyo en el artículo publicado en SINC.

Los córvidos se alimentan de los huevos que encuentran en los nidos de otras aves, lo que implica a todas las especies agrícolas y cinegéticas: “El control de urracas en España suele hacerse para intentar mejorar las poblaciones de perdiz”, comenta Arroyo.

En los cuentos, los cuervos son una señal de mal augurio, y aliados de brujas y otras presencias oscuras. Una mala fama que trasciende al mundo real, pues la mayoría de la gente cree que roban, comen huevos de otras aves y limitan las poblaciones del resto de pájaros, a pesar de que estas aves son extremadamente inteligentes.

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