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Miko resuelve, a sus cinco años, problemas que muchos adultos ni comprenden
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calcula resistencias, raíces, volúmenes...

Miko resuelve, a sus cinco años, problemas que muchos adultos ni comprenden

Con su edad los niños todavía no han comenzado Primaria, pero este pequeño de origen filipino demuestra en YouTube sus geniales dotes matemáticas

Foto: (Imagen cedida por el padre de Miko)
(Imagen cedida por el padre de Miko)

Miguel Secillano III (o Miko, como le llaman sus padres) es un niño de cinco años totalmente normal, que juega y hace las travesuras propias de su edad. Sin embargo, en otros aspectos es un chico muy singular, que resuelve problemas que muchos compañeros de más edad serían incapaces de entender. De hecho, es posible que algunos de sus cálculos se les resistieran a muchos alumnos de la ESO (y quizá a algunos adultos).

De origen filipino aunque afincado en Florida (EEUU), Miko destacó desde una edad temprana. "Con dos años ya leía, fue entonces cuando supimos que tenía buena memoria y lo animamos a leer más", explica a Teknautas Philip John Secillano, el padre de la criatura. A los tres podía señalar cualquier país con su capital y su bandera en un mapa.

Al cumplir los cuatro, empezó a mostrar interés por las matemáticas, y entonces su padre comenzó a enseñarle aritmética. Ahora, Miko ha cumplido cinco años y ya es capaz de calcular el volumen de figuras geométricas y resolver problemas de circuitos eléctricos.

Para Secillano, la clave consistió en "promover" aquellos campos en los que su hijo mostraba interés, inclinaciones que en los últimos tiempos incluyen la física, la anatomía y los idiomas. "Quiere aprender español y chino mandarín", asegura el padre.

No es de extrañar, visto lo visto, que Secillano le abriera un canal de YouTube y una página de Facebook. En el primero de todos estos vídeos, Miko nombraba los estados de EEUU con sus correspondientes capitales. Esta prueba inicial tuvo lugar en septiembre de 2013, cuando el niño tenía con tres años. Ahora, con cinco, ya resuelve raíces cuadradas de cuadrados perfectos.

Galería: Un pequeño genio de las matemáticas

"El nivel que muestra Miko es el propio de un niño de cuarto de primaria", explica a Teknautas el fundador de Smartick, una startup educativa que enseña matemáticas, Javier Arroyo. Sin embargo, "algunos de los vídeos, como el que muestra al niño calculando resistencias y corrientes, alcanzan casi el nivel de la ESO", añade.

El fundador de Unicoos, startup especializada en enseñar ciencia a través de YouTube, David Calle, opina lo mismo: "El circuito paralelo se da en los primeros años de la ESO con niños de 11 y 12 años, y a algunos les cuesta bastante". El experto asegura que con cinco años muchos niños "no saben casi ni hablar", y que lo normal es no saberse las tablas de multiplicar hasta los 8 o 9 años, "o incluso los 11 en algunos casos".

Calle, impresionado por las habilidades del muchacho, considera que se expresa "con una claridad excepcional" y no cree que se lo sepa "de memoria". De hecho, asegura que se expresa como un profesor: "No habla para sí mismo, sino como si hubiera alumnos escuchándole". Por este motivo no duda de la autenticidad del pequeño genio, que no mira a la cámara esperando que le "chiven" algo, sino que lo tiene todo en la cabeza y lo explica palabra por palabra.

Los conocimientos de este pequeño, que ni siquiera ha empezado todavía el colegio, no terminan ahí. También conoce los elementos de la tabla periódica con sus números atómicos, y es capaz de separarlos en gases nobles, metales y demás clases. E incluso sabe cuáles de ellos son radioactivos.

Arroyo explica que, con esa edad, los niños saben contar con los dedos o utilizando objetos, pero no pueden hacer cálculos mentales. El experto asegura que, en su experiencia, jamás ha visto a un pequeño tan precoz: "Tenemos un alumno de cinco años que es muy bueno, pero no llega a esto".

El fundador de Smartick explica que un niño de la edad de Miko contaría hasta ocho utilizando los dedos uno a uno. Los mejores, según Arroyo, ya sabrían que una mano tiene cinco dedos y pasarían directamente a contar tres. Pero esta pequeña estrella de YouTube es capaz de mucho más: calcular velocidades, raíces cuadradas, áreas geométricas y conversiones horarias.

Según Arroyo, y aunque las capacidades de Miko sean innatas, tampoco hay que despreciar la tarea de su padre. "El niño ha estado muy estimulado por su familia y aprende por curiosidad, como todos", porque alguien tiene que explicarle los conceptos matemáticos que luego aplica. Calle opina que un caso así no es nada común, sino "excepcional", aunque también defiende el papel de su progenitor en la hazaña.

Un problema al que se enfrentan los niños superdotados es el de explotar todas sus capacidades. Miko cumplirá seis años en diciembre, y Secillano asegura que de momento va a un colegio en el que "disfruta" y que "sacia" sus ganas de aprender. Aunque, consciente del potencial de su hijo, aclara que si esto no fuera suficiente lo educarían en casa con profesores particulares. "En un par de años me deja sin trabajo", bromea Calle, ingeniero y profesor de ciencias, "este niño es un crack". Que no se preocupe, porque Miko quiere ser piloto cuando crezca.

Miguel Secillano III (o Miko, como le llaman sus padres) es un niño de cinco años totalmente normal, que juega y hace las travesuras propias de su edad. Sin embargo, en otros aspectos es un chico muy singular, que resuelve problemas que muchos compañeros de más edad serían incapaces de entender. De hecho, es posible que algunos de sus cálculos se les resistieran a muchos alumnos de la ESO (y quizá a algunos adultos).

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