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¿Es la 'bombilla eterna' española una estafa?
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Desarrollada por el empresario Benito Muros

¿Es la 'bombilla eterna' española una estafa?

Benito Muros llenó titulares en 2012 cuando aseguró haber conseguido una bombilla que nunca se funde. Pero las dudas y denuncias a su producto se suceden

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¿Es la 'bombilla eterna' española una estafa?

Hizo sus primeras apariciones en la prensa en el año 2012, pero de vez en cuando vuelve a protagonizar titulares. Tanto es así, que en 2019, cuatro años y medio después de haberse publicado este artículo, sigue ocurriendo. Y es que la historia de Benito Muros es irresistible. Un empresario de Barcelona que, inspirado por la célebre bombilla que brilla ininterrumpidamente desde hace 113 años, se empeñó en crear una versión moderna, en un desafío a la obsolescencia programada que nos rodea.

En verano de 2019, Muros regresó a las pantallas para defender su 'invento', que nunca ha logrado comercializar. Entre defensas de un modelo de consumo más racional y promesas de pasar casi un siglo sin bombillas fundidas, Benito Muros aseguraba haber logrado un producto que sería el primero de muchos para durar décadas, fabricados con responsabilidad y con conciencia social. Ha hecho de su filosofía toda una cruzada, promulgando "un modelo económico sostenible, justo y solidario" a través de una petición al Parlamento Europeo para la eliminación de la obsolescencia programada.

La base de su proyecto está en una bombilla que, en teoría, dura décadas sin fundirse (aunque no hemos encontrado especificaciones de tiempo en su web) y se puede reparar si es necesario. El secreto, explica, está en la sobredimensión sus componentes, elegidos y diseñados con resistencias mucho mayores de las que luego en la práctica tendrán que aguantar. "Si fabricas una silla que aguante 100 kilos, pero todos los que se sientan en ella pesan menos de 60, a no ser que le des de martillazos la silla te durará para siempre". Si por lo que sea se estropea, o surgen componentes más eficientes, la bombilla puede desmontarse para arreglarse o actualizarse.

El pasado verano, su bombilla, bautizada como Iwop (I, without opslolescence), comenzaba a venderse a través de Amazon, lo que supuso un paso adelante en su comercialización, aunque eso no zanjó la polémica en torno a ella.

"El producto no cumple lo que promete"

Porque tan pegada a los talones lleva Muros la curiosidad y el interés por su producto (aquí sendos artículos de El Mundo y La Vanguardia) como la polémica (recogida en un reportaje en Interviú esta semana). Las voces que le acusan de crear un producto engañoso pueblan la red a modo de posts y comentarios. Aseguran que esta bombilla eterna, que cambió hace unos meses este apellido por el más modesto "que dura toda la vida", presenta unas características que no son las que verdaderamente posee, empezando por algo tan sencillo como la potencia de iluminación y siguiendo por su supuestamente asombrosa duración.

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"El señor Muros asegura que su bombilla tiene 214 lúmenes por vatio, cuando el máximo para tecnología LED ronda los 150 lúmenes por vatio. Lo que promete, simplemente, no existe. La bombilla Iwop es una buena bombilla, está en la media del mercado, pero ni mucho menos es extraordinaria". Son palabras de Nacho Villén, director digital de Led y Spa, una empresa dedicada a la fabricación y distribución de productos de iluminación. En su blog, Villén ha recogido en más de una ocasión su opinión sobre el producto que vende Muros. Precisamente eso, vender, es lo que Muros hace mejor, asegura. "En marketing es inigualable, todos querríamos comprar lo que vende. Pero la realidad es que el producto no cumple lo que promete".

En marketing es inigualable, todos querríamos comprar lo que vende. Pero la realidad es que el producto no cumple lo que promete

Lamenta que los medios no hayan puesto a prueba la bombilla y se hayan limitado a dar cancha a Muros, y señala que hubo una intensa campaña de imagen por parte de una agencia de publicidad para conseguirle espacio en radios y periódicos, para darle a conocer y así conseguir más ventas.

El aludido responde a estos comentarios con la calma de quien ya los ha oído antes, asegurando que no hay trampa ni cartón en su bombilla. En su opinión, las críticas están alimentadas por algunos incidentes legales en los que él y su empresa se han visto envueltos y asegura que enviará encantado una de sus bombillas Iwop a Teknautas para que la probemos de primera mano.

"Son prototipos, no productos terminados"

Los incidentes a los que Muros se refiere son una serie de desencuentros y denuncias que han tenido lugar con inversores, empleados y socios desde que en 2012 comenzó a trabajar en este proyecto, incluyendo un comunicado de la empresa OEP Electrics, en la que trabajaba Muros, desligándose de él y de su proyecto. De entre esa maraña de denuncias y enfrentamientos, quizá el más llamativo sea el que tuvo con José Luis Marcos, ingeniero, que durante un tiempo trabajó como director técnico en la empresa de Muros y que fue quien desarrolló la bombilla que este vende.

Atraído por su filosofía en contra de la obsolescencia, Marcos comenzó a colaborar con Muros de forma esporádica, como asesor técnico, y después de forma estable, como diseñador de Iwop, que sería el símbolo de ese cambio en la forma de consumir y de ver el mundo. Lo que comenzó como un proyecto apasionante se fue volviendo un problema y una carga, ya que Marcos asegura que no cobró en todo ese tiempo más que unas escasas dietas para cubrir sus gastos. "Estuve más de un año sin contrato, sin sueldo y sin seguridad social", asegura.

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Pero además de su situación laboral, Marcos denuncia que el resultado de su trabajo, que Muros ya comercializa está incompleto. "Podía desarrollar hasta un punto, a partir de ahí necesitaba un equipo en el que no quería invertir, así que no pasé de los prototipos. Eso es lo que son, prototipos, no productos terminados". Confirma la explicación de Muros sobre la sobredimensión de los componentes de la bombilla para hacerla más duradera, aunque es más modesto que Muros, calculando en unas 50.000 horas su vida útil, que es la estimada para una bombilla con tecnología LED, como es Iwop.

Problemas de seguridad con la bombilla

Al engaño a los consumidores, habría que añadir un posible riesgo al utilizar la bombilla Iwop. Marcos cuenta no sólo que se cambiaron materiales que él utilizó en sus diseños por otros más baratos y menos seguros, sino que la obsesión de Muros por hacer la bombilla reparable va en contra de la seguridad. "Si las bombillas normales no son reparables por un particular es porque para acceder a los componentes tienes que romper el casquillo. Esto es así por una cuestión de seguridad: si la cubierta no aguanta cierto grado de torsión, que ejercemos al enroscarla o desenroscarla, puedes recibir un chispazo, una descarga". Comenta que trató de explicar esto al empresario en varias ocasiones, sin éxito.

Esto no coincide con la versión de Muros, que apunta a la mala fe del ingeniero, a sus intentos de chantaje para llevarse su tecnología y a la sospecha de que recibe financiación de empresas multinacionales

Él mismo sufrió un accidente de este tipo mientras hacía unas pruebas a una remesa de bombillas Iwop cuando aún trabajaba para Muros, y que al avisar a este y a sus socios para que localizaran esos lotes y los recuperasen, fue ignorado. Su relación laboral terminó poco después, sin haber cobrado nunca un sueldo, sin haber firmado un contrato y sin haber sido dado de alta en la seguridad social.

Claro que esto no coincide con la versión de Muros, que apunta a la mala fe del ingeniero, a sus intentos de chantaje para llevarse su tecnología y a la sospecha de que recibe financiación de empresas multinacionales interesadas en sus desarrollos. De hecho, ha interpuesto contra él una denuncia por apropiación indebida de propiedad intelectual, injurias y administración desleal entre otros cargos. Está previsto que el proceso judicial comience durante este mes de enero.

Mientras tanto, la bombilla Iwop sigue a la venta. Se puede comprar en la web de la empresa de Muros (ya no aparece entre los resultados de Amazon), a un precio que, como mínimo, triplica el de una bombilla normal: 33,88 euros. Si cumple con lo que promete, quizá sea una inversión razonable. Si no, será la bombilla más cara que muchos hayan adquirido nunca. En cualquier caso, en Teknautas esperamos tener una pronto para ponerla a prueba.

Hizo sus primeras apariciones en la prensa en el año 2012, pero de vez en cuando vuelve a protagonizar titulares. Tanto es así, que en 2019, cuatro años y medio después de haberse publicado este artículo, sigue ocurriendo. Y es que la historia de Benito Muros es irresistible. Un empresario de Barcelona que, inspirado por la célebre bombilla que brilla ininterrumpidamente desde hace 113 años, se empeñó en crear una versión moderna, en un desafío a la obsolescencia programada que nos rodea.

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