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Facebook te conoce mejor que tu madre (y que tú mismo)
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gracias a los 'likes' que hacen los usuarios

Facebook te conoce mejor que tu madre (y que tú mismo)

Evaluar la personalidad de los demás es una característica humana imprescindible para la sociedad, que los ordenadores podrían hacer muchísimo mejor

Foto: Jens Buettner
Jens Buettner

Cada día evaluamos la personalidad de nuestros congéneres. Es un juicio de gran importancia social a la hora de tomar decisiones y hacer planes tales como votar, casarse o contratar a alguien. Cuanto más acertado sea este examen, mejor será la elección. Aunque somos bastante buenos en esto, un estudio acaba de demostrar que los ordenadores son aún mejores a la hora de reconocer la personalidad de otro ser humano.

“Los ordenadores pueden derrotarnos en nuestro juego, pulido durante millones de años de evolución, y que ha sido crucial para el éxito y la supervivencia”, explica a Teknautas el investigador de la Universidad de Stanford (EEUU) y coautor del estudio publicado hoy en la revista PNAS, Michal Kosinski. “De hecho, un sencillo modelo informático con una buena base de datos puede ganarnos fácilmente”, añade.

Y es que los resultados mostraron, gracias a una muestra de más de 86.000 voluntarios, que las predicciones llevadas a cabo por los ordenadores son más acertadas que las de un amigo de Facebook. El modelo informático basó su juicio en los likes de los usuarios en Facebook. Los voluntarios, por otra parte, evaluaron el carácter de otras personas a partir de un test de los conocidos como "cinco grandes" de la personalidad –extraversión, apertura al cambio, responsabilidad, amabilidad e inestabilidad emocional–.

Para el estudio se utilizó la red social de Mark Zuckerberg por ser la mayor fuente de hullas digitales. Sus 1.350 millones de usuarios utilizan los likes para expresar sus intereses, desde grupos musicales a deportistas, pasando por restaurantes y periódicos. Esta información permite hacerse una idea de los gustos de cada persona: su orientación política, sus marcas favoritas y sus actividades preferidas, por ejemplo.

Curiosamente, las predicciones informáticas sobre el usuario también fueron más acertadas que las de la propia persona. “Podría decirse que los ordenadores te conocen mejor que tú mismo”, explica el investigador de la Universidad de Cambridge y coautor del estudio, Wu Youyou.

La inspiración para el estudio llegó tras ver la película Her (Spike Jonze, 2013), y aunque según Kosinski las novias virtuales todavía están lejos de ser una realidad, las aplicaciones de este descubrimiento no son pocas. Conocer mejor a la gente permite ofrecer anuncios más personalizados, contratar al candidato óptimo, estudiar la carrera más adecuada y hasta encontrar pareja online de forma más eficiente.

No queda ahí la cosa, porque los científicos podrían utilizar todos estos datos para futuras investigaciones sin tener que molestar a los participantes con cientos de preguntas. Y todavía hay más, porque los investigadores aseguran que, en el futuro, la gente podría delegar los juicios psicológicos a los ordenadores, que ayudarían a tomar decisiones importantes en la vida, desde dónde trabajar hasta con quién salir. “Es posible que estas decisiones impulsadas por los datos mejoren las vidas de la gente”, aseguran en el estudio.

Pero, ¿cómo es posible que los me gusta de Facebook puedan servir para diagnosticar la personalidad? Según Youyou, los gustos de la red social dan pistas muy relacionadas con los cinco grandes. “Los participantes con una alta apertura a la experiencia tienden a darle me gusta a Salvador Dalí, la meditación o las charlas TED”, explican en el artículo, “mientras que aquellos con gran extraversión prefieren la fiesta, Snookie y el baile”.

Según la investigación, la precisión del modelo informático a la hora de evaluar la personalidad es superior al de familiares, y muy superior al de amigos y compañeros de trabajo. El cónyuge, eso sí, es la única persona que el algoritmo no fue capaz de derrotar. A pesar de esto, Youyou admite que los cinco grandes sólo representan algunos aspectos de la personalidad, por lo que el juicio humano podría ser mejor para reconocer otros rasgos más sutiles de la personalidad.

Control y manipulación a través de la personalidad

El estudio publicado en PNAS también tiene sus limitaciones. Youyou explica que los algoritmos predicen mejor la apertura al cambio que la inestabilidad emocional. Según el investigador, esto es debido a que las pistas sobre la apertura son “altamente visibles” en el medio online, como las preferencias por el arte, literatura y cine, al contrario que el neuroticismo.

Con todo, no es de extrañar que los ordenadores jueguen con ventaja a la hora de determinar la personalidad de la gente. No sólo por su capacidad de almacenar cantidades ingentes de información, sino porque los modelos estadísticos que utilizan para analizarla no se ven afectados por los sesgos humanos. Los seres humanos, eso sí, son mucho más flexibles y pueden cazar pistas menos evidentes.

Que los ordenadores conozcan tan bien a sus dueños tiene también su lado oscuro. Y es que muchos usuarios se mostrarían recelosos del mundo digital de saber que gobiernos y empresas pueden conocer su personalidad con mucha más exactitud que su mejor amigo. Esto incluso podría utilizarse para manipular a la gente: existen estudios que demuestran que los anuncios son mucho más persuasivos cuando se adaptan a la personalidad del sujeto.

Samantha, la novia virtual de Joaquin Phoenix en Her quizá esté un paso más cerca, aunque todavía no asome por el horizonte. Pero que los ordenadores sean tan hábiles para reconocer nuestra personalidad también obligará al desarrollo de nuevas leyes y tecnologías.

Cada día evaluamos la personalidad de nuestros congéneres. Es un juicio de gran importancia social a la hora de tomar decisiones y hacer planes tales como votar, casarse o contratar a alguien. Cuanto más acertado sea este examen, mejor será la elección. Aunque somos bastante buenos en esto, un estudio acaba de demostrar que los ordenadores son aún mejores a la hora de reconocer la personalidad de otro ser humano.

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