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Una granja vende telarañas como si fueran obras de arte
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una nueva aplicación para este material

Una granja vende telarañas como si fueran obras de arte

La seda de araña es un material con una resistencia y tenacidad extraordinarias, pero un granjero de EEUU considera a los arácnidos más artistas que ingenieros

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Las telarañas son están compuestas de una fibra proteica que sintetizan las arañas. Su propiedades físicas y mecánicas han llamado la atención los científicos, ya que su seda podría utilizarse con fines prácticos como, por ejemplo, el de las suturas quirúrgicas. Pero también los artistas se han fijado en esta curiosa estructura biológica: una granja de Estados Unidos vende estas creaciones animales como si se tratara de auténticos cuadros.

Todo comenzó con una plaga de arañas en una granja de Vermont (EEUU) a mediados de los años 70, en la que el dueño, Will Knight, vio una oportunidad más que un desastre. Desde entonces, vende el trabajo de sus inquilinas, resaltado con un spray de pintura blanca, barnizado y enmarcado. El precio oscila entre los 25 y 30 euros, según el tamaño.

Knight asegura en su web que desde 1977 ha recolectado más de 16.000 telas de araña. Pero lo que este Spiderman de 88 años desconoce es que, a pesar de que cada una de ellas pueda considerarse como una obra de arte única, en realidad todas tienen una estructura idéntica, con un fuerte componente matemático.

Es poco probable que los arácnidos tengan nociones básicas de geometría, ni mucho menos sepan lo que es la mediana de un triángulo, el segmento que va desde un vértice del triángulo hasta el punto medio del lado opuesto. A pesar de eso la araña, a partir de una Y inicial, crea tres triángulos que divide por sus medianas. Cada triángulo dividido genera otros dos, por lo que el proceso se divide hasta que la estructura cuenta con más de 40 radios.

El siguiente paso consiste en tejer una espiral alrededor de dicha estructura para reforzarla. Curiosamente, esta parte no es pegajosa, y sirve para que la araña se acomode en el centro de la telaraña sin problemas, a la espera de percibir vibraciones que impliquen que una inocente presa ha caído en sus redes.

Estos conocimientos matemáticos innatos que tienen las arañas han sido utilizados para estudiar los efectos que causan las drogas en el cerebro. En 1948, el farmacólogo suizo Peter Witt drogó a estos animales con marihuana, mescalina, LSD, anfetaminas y hasta cafeína.

Los resultados mostraron telarañas mucho más originales y variadas que aquellas que vende Knight, y han sido repetidos numerosas veces en los años venideros. De hecho, la NASA analizó los cambios sufridos por las telas para desarrollar un modelo matemático con el que estudiar la toxicidad de las drogas, ya que cuanto más peligrosas eran, más deformada quedaba la estructura.

Colocadas o no, las arañas tejen hilos con una resistencia y elasticidad asombrosa. Y su tenacidad, que es la energía total que puede alcanzar un material antes de romperse, es incomparable a la de cualquier otra estructura. Esta propiedad la convierte en un firme candidato para el desarrollo de elementos de protección, desde vallas de seguridad hasta chalecos antibalas.

Por estos motivos, la seda de araña ha sido presentada tradicionalmente como el primer paso hacia nuevos materiales. Y como no provoca reacciones alérgicas ni rechazo alguno, también es idónea para coser heridas y órganos. Sin embargo, por muy prometedoras que sean sus aplicaciones, es difícil tener granjas como las de Knight para conseguir la cantidad necesaria, a pesar de que cada animal puede sintetizar hasta 90 metros diarios.

Los investigadores han intentado mejorar la ya de por sí impresionante seda de araña, y encontrar alternativas a su producción arácnida. Uno de los descubrimientos más sonados fue el de la Universidad de Notre Dame, que logró obtener telarañas a partir de gusanos transgénicos.

¿Qué sentido tiene utilizar gusanos de seda para fabricar algo que las arañas ya hacen? En primer lugar, las granjas de arañas (con el permiso de Knight) son complicadas de mantener, ya que estos arácnidos tienen tendencias caníbales, y son solitarios y poco dados a las relaciones sociales. Los gusanos de seda, como sabe cualquiera que los haya criado en una caja de zapatos, pueden convivir sin problemas. Además, un único ejemplar puede fabricar 1,5 kilómetros de este tejido en cada capullo, unas cantidades muy superiores a las de las arañas.

Los más escépticos podrán decir que la seda de araña es el material del futuro, y que siempre lo será. Mientras esperamos que las telarañas entren en los quirófanos, es posible decorar la casa con una de estas obras de arte únicas en la naturaleza.

Las telarañas son están compuestas de una fibra proteica que sintetizan las arañas. Su propiedades físicas y mecánicas han llamado la atención los científicos, ya que su seda podría utilizarse con fines prácticos como, por ejemplo, el de las suturas quirúrgicas. Pero también los artistas se han fijado en esta curiosa estructura biológica: una granja de Estados Unidos vende estas creaciones animales como si se tratara de auténticos cuadros.

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