El peor juego del mundo sirve para ayudar a los niños enfermos

Conducir un autobús en línea recta, a 70 kilómetros por hora, para llegar desde Tucson (Arizona) a Las Vegas (Nevada). Ocho horas de viaje por el desierto en las que no existe la posibilidad de pausar el juego. En eso consiste el peor videojuego de la historia, o al menos el más aburrido: Desert Bus.

Nadie en sus cabales aguantaría más de unos minutos al volante de este bus, pero en noviembre de 2007, un grupo de cuatro humoristas canadienses ideó Desert Bus for Hope.

Esta iniciativa consiste en un maratón, en el que el equipo se turnapara jugar durante horas y horas a Desert Bus. El truco está en que solamente juegan mientras la gente done dineroa Child’s Play, una asociación caritativa que entrega juguetes a niños ingresados en hospitales.

El dinero que es necesario acumular para que LoadingReadyRun, como se llama el grupo, continúe jugando, se incrementa con el tiempo. De esta forma, 8 euros bastan para que el maratón dure 8 horas al comienzo, pero para aumentar el período a 64 horas ya son necesarios más de 800 euros.

En 2007, los integrantes de LoadingReadyRun jugaron durante cuatro días y veinte horas seguidas y recaudaron más de 18.000 euros. El año pasado, en 2013, la suma ascendió a 418.000 euros tras seis días y once horas de suplicio. Este año, eso sí, el equipo de valientes conductores asciente a 16 personas.

En total ya han recaudado casi un millón y medio de euros desde 2007, y este año confían en batir su propio récord. El maratón comenzó el viernes 14 de noviembre, y de momento ya lleva recaudados más de 5.000 euros. Si el éxito continúa la tendencia de años anteriores, todo apunta a que este año el equipo conducirá al menos una semana. Suficiente para hacer el recorrido 21 veces.

Para aquellas personas que, además de ayudar con una causa benéfica, deseen conducir este autobús del tedio, existen aplicaciones que adaptan el juego original aiOS y Android cuyos beneficios van también destinados a la caridad.

Una broma de dos magos

Aunque Desert Bus tenga hoy en día una aplicación solidaria, ¿a quién se le pudo ocurrir semejante idea para un juego? Los creadores son undúo de magos y comediantes, muy populares en Estados Unidos, llamados Penn y Teller.Esta pareja intentólanzar en 1995 un videojuego compuesto a su vez de minijuegos cuyo único propósito era el de tomar el pelo a los amigos. Una broma para reírse de los hermanos pequeños.

El juego, llamado Penn & Teller’s Smoke and Mirrors, iba a aparecer para Sega Mega-CD, aunque nunca salió oficialmente a la venta. Por suerte han aparecido numerosas versiones pirata desde entonces.

El minijuego de conducción, considerado por Penn como el mejor de la colección, fue una crítica irónica a aquellos que pedían videojuegos realistas. Y es queuna cosa es cierta: no hay juego más realista y moralmente intachable que Desert Bus.

Y es que el juego es todavía peor de lo que parece. El paisaje, al conducir por el desierto, es inexistente, tan solo alterado por un mosquito que impacta contra el cristal a las cinco horas de viaje. Y ni siquiera hay pasajeros, por lo que el viaje es completamente inútil desde cualquier punto de vista.

La velocidad del autobús es frustrante. Y aquellos que sean capaces de jugar ocho horas hasta llegar a Las Vegas, descubrirán que el premio es un único punto, y la posibilidad de hacer el camino de vuelta, esta vez de noche, para conseguir otro.

Para empeorarlo aún más, el autobús gira ligeramente a la derecha por sí solo, por lo que requiere atención constante. Así se evitan los listillos que piensen en pegar el botón del acelerador con celo.

Aunque Penn & Teller's Smoke and Mirrors fue un estrepitoso fracaso, al dúo de ilusionistas parece agradarles el uso que se da cada noviembre a su juego. De hecho, la pareja envió pizza a los jugadores durante el primer maratón, además de donar personalmente. Si este año la maratón alcanza los siete días de duración, parece que tendrán que enviar bastante más comida.