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Estudiantes crean en Barcelona una pared que se enfría sola
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reducirían el consumo de aire acondicionado

Estudiantes crean en Barcelona una pared que se enfría sola

Frente a la domótica y la automatización en los hogares inteligentes, este proyecto imita a la naturaleza para reducir la temperatura en el interior de las casas

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El futuro es de las cosas inteligentes: los teléfonos, los relojes, las televisiones… Incluso los edificios. Pronto nuestras casas conocerán nuestros hábitos y se abrirán, iluminarán y calentarán anticipándose a nuestras necesidades. Se trata de una apuesta por la tecnología para que determinadas tareas se vuelvan más eficientes, con el objetivo de ahorrar energía y dinero.

Pero ante los más sofisticados gadgets, otros proyectos buscan alcanzar el mismo objetivo pero con un enfoque radicalmente distinto: convertir a los edificios de alguna forma en sistemas similares a los seres vivos, empleando procesos presentes en la naturaleza que consiguen de forma eficiente y sencilla mantenernos más cómodos y seguros.

"El ambiente se convierte en un ser vivo, parte de la naturaleza y no fuera de la misma. Los edificios comienzan a trabajar como organismos basados en sistemas biológicos e interactuar con el ambiente y los usuarios", explica Areti Markopoulou, directora académica del Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña y jefa de un proyecto llevado a cabo con tres de sus estudiantes, Akanksha Rathee, Elena Mitrofanova y Pong Santayanon.Entre todas, han desarrollado un sistema por el que las paredes se enfrían solas, ayudando a disminuir el calor en días de altas temperaturas y contribuyendo así a reducir el gasto de aire acondicionado. Lo que han hecho es, básicamente, hacerlas sudar.

Reduce la temperatura 5 o 6 grados

Lo han llamado hidrocerámica, y se trata de una combinación de un hidrogel con materiales de soporte, como cerámica y tela, que responde ante la humedad y el calor. "Funciona como un dispositivo de enfriamiento por evaporación que reduce la temperatura hasta 5 o 6 grados y aumenta la humedad. La inteligencia pasiva hace que su rendimiento sea proporcional al calor en el ambiente exterior: enfría más cuando hace más calor fuera", cuenta Markopoulou a Teknautas.

Para ello, utiliza una clase de material llamado hidrogel, sustancias que absorben agua y pueden retener hasta 500 veces su peso.Cuando el aire a su alrededor se calienta, el agua comienza a evaporarse, lo que reduce la temperatura del aire que lo rodea unos 5 grados, según las pruebas y experimentos que ellos mismos han llevado a cabo. Es algo muy similar a la forma en que nuestro cuerpo nos refresca con el sudor cuando hace mucho calor.

La estructura del prototipo definitivo es como la de un sándwich. Empieza una capa exterior de acilla, cuya superficie está llena de perforaciones en forma de conos que permiten el acceso del agua y el aire hacia el hidrogel. Sigue con otra capa de tela, que absrobe agua y funciona como un transmisor de líquido, y que al ser elástica permite cambios de volumen en el hidrogel a la vez que lo mantiene en su posición. La última capa también está fabricada con arcilla, pero es más fina y está perforada, de forma que aumenta el enfriamiento.

"El prototipo final es similar a un ladrillo o azulejo, que podría ser utilizado para crear paredes o fachadas de enfriamiento pasivo. El uso de arcilla ha sido clave para optimizar el proceso de evaporación; sin duda todos conocemos el mecanismo pasivo del botijo", señala Areti.Solo habría que alimentar con agua la capa intermedia de ese ladrillo, algo que en su propuesta podría hacerse con un tanque que recoja el agua de la lluvia, por ejemplo, para que el ahorro sea mayor. El hidrogel absorbe el agua, y la retiene hasta que haga calor. Cuando sube la temperatura, el agua se evapora, reduciendo la temperatura y aumentando el nivel de humedad. De forma natural, el efecto es mayor cuanto más calor haga.

Alternativa de bajo coste para la construcción

Como parte del proyecto, los estudiantes pusieron a prueba el prototipo. Frente a una unidad de control, otra unidad equipada con la hidrocerámica logró reducir la temperatura en 5 grados y aumentar la humedad un 200%.

Se trata aún de un proyecto experimental, pero sus autores han hecho cálculos tanto de coste como de ahorro. “Fijando la temperatura del aire acondicionado solo un grado más alta, reduces un 7% el consumo total del aparato. Con la ayuda de la hidrocerámica podrías fijarla hasta 4 grados más alta de lo habitual”. En cuanto a los costes, todos los materiales son baratos y fáciles de conseguir. Aseguran que el metro cuadrado podría costar aproximadamente unos 28 euros.

El futuro es de las cosas inteligentes: los teléfonos, los relojes, las televisiones… Incluso los edificios. Pronto nuestras casas conocerán nuestros hábitos y se abrirán, iluminarán y calentarán anticipándose a nuestras necesidades. Se trata de una apuesta por la tecnología para que determinadas tareas se vuelvan más eficientes, con el objetivo de ahorrar energía y dinero.

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