Cinco tecnologías que se resisten a morir

Al presentar hace pocos días Microsoft un sencillo teléfono por 19 euros sin conexión a internet, Jo Harlow, vicepresidenta corporativa de la división de telefonía de la empresa, cifró en miles de millones las personas en el mundo que aún no cuentan con un móvil. La mayoría seguramente carecerá de estos aparatos por causas económicas, pero también son muchos los que renuncian a usar ciertos dispositivos por otras razones.

Una de ellas es la fiabilidad que proporcionan algunas tecnologías consideradas obsoletas, ya que están menos expuestas a fallos debido a que han sido probadas hasta la saciedad. Pero hay otras causas para seguir usando productos de electrónica e informática idénticos a los que se vendían hace décadas. Por ejemplo la curva de aprendizaje, que es menos acentuada.

Otra razón de peso para usar ciertas tecnologías es disponer físicamente del soporte en el que se almacena una película o música. Aunque esta idea les parecerá rancia a muchos en plena efervescencia de los servicios de almacenamiento online y de streaming, lo cierto es que el cierre inesperado de Megaupload probó en su momento lo volátiles que pueden ser los datos almacenados en la red.

Al vinilo, CD y DVD les queda cuerda para rato

Si uno echa un vistazo a las películas que se venden en la filial española de Amazon se encontrará con bastantes sorpresas. Una de ellas es que en el momento de escribir estas líneas hay 736.502 títulos disponibles para DVD frente a los 61.583 que hay disponibles para Blu Ray.

Más curioso aún resulta que este último sistema esté incluso lejos de alcanzar las 201.982 películas que hay disponibles en VHS. Aunque la inmensa mayoría de estas fueron comercializadas hace tiempo porque apenas se lanzan ya novedades en el vetusto sistema que desarrolló JVC en los 70.

Pero al DVD sí parecen quedarle unos cuantos años de vida en el horizonte. La tienda de Bezos ha incorporado 136 títulos en ese formato en los últimos 31 días frente a los 57 que se han lanzado en Blu Ray. Algo que parece indicar que muchos a la hora de ver una película no les importa demasiado si se distingue o no hasta el último detalle de lo que aparece en pantalla.

Otro formato que se resiste a morir es el CD. A pesar de que cada vez existe una mayor tendencia a no almacenar físicamente nuestra música por el auge de servicios como Spotify, los viejos discos compactos aún sigue resultando interesantes para algunos. Un buen ejemplo lo constituyen los melómanos que quieren disfrutar de la música clásica con gran fidelidad.

Ellos son los que fundamentalmente siguen comprando discos compactos en su versión de más calidad: el Super Audio CD (SACD). El formato sigue vivo porque supera la calidad de la mayoría de los archivos musicales que se descargan de internet o los que escuchamos en servicios de streaming. Además, de momento es complicado encontrar tiendas online que vendan canciones con ficheros de audio de alta definición. Mucho más difícil aún es encontrar servicios para escuchar música online con ese nivel de calidad.

Por otra parte, si hay un soporte musical al que se daba por muerto y está viviendo una segunda juventud ese es el disco de vinilo. En los últimos 30 días se han añadido 123 nuevos títulos al catálogo de la filial en nuestro país de Amazon. Es sabido que si estos están bien prensados y disponemos de un buen equipo para reproducirlos proporcionan un excelente sonido. Pero muchos también apuestan por el LP debido a su tamaño. Un detalle que hace que las carátulas ganen en relevancia. Algo bastante importante para los coleccionistas de música.

Satélites espía que hacen fotos en carretes

Aunque a muchos les parezca imposible que alguien siga usando carretes para hacer fotografías por algo más que por un impulso romántico, lo cierto es que algunos siguen haciéndolo por motivos puramente prácticos.

Si a Scarlett Johansson un hacker logró sustraer de su móvil las famosas fotos en las que aparecía desnuda, imagínense de lo que son capaces los servicios de espionaje para obtener ciertas instantáneas. Por eso, aunque parezca mentira el pasado 6 de mayo Rusia puso en órbita un satélite espía, el Kobalt M-9, que usa película fotográfica para almacenar las fotos que hace. Esta se revela cuando tras varios meses en órbita el aparato finaliza su misión y cae a la Tierra.

Les parecerá una locura pero lo cierto es que aún no hay nadie que haya logrado hackear una película fotográfica. Además, en el caso de que alguien quisiera hacerse con las fotos del Kobalt cuando este vuelve a la Tierra el dispositivo cuenta con un mecanismo de autodestrucción.

Además, la película fotográfica de medio y gran formato supera con frecuencia la calidad que proporcionan muchos equipos digitales de gama profesional. Lo que la hace idónea para realizar ciertos trabajos que precisan gran resolución si no disponemos de los 9.000 euros que cuesta como mínimo una cámara digital de formato medio.

Teléfonos del siglo XX para combatir problemas del siglo XXI

Lejos de desaparecer los teléfonos móviles que no son capaces de conectarse a internet siguen siendo una opción para muchos si deseamos salvaguardar nuestra privacidad. Aunque esto puede sonar exagerado no lo es tanto si tenemos en cuenta que acaba de ser hackeado el Blackphone, un smartphone que hace precisamentw hincapié en la seguridad.

La mayoría de los que compran uno de estos sencillos teléfonos en realidad valoran su enorme autonomía, que son económicos y muy sencillos de utilizar. Y esto último cada vez es más importante pues el desarrollo de los sistemas operativos móviles no siempre viene acompañado de una simplificación en el manejo.

Estos son algunos de los numerosos ejemplos que demuestran que usar tecnologías que no son de vanguardia no se debe sólo a una mera cuestión de melancolía. Al fin y al cabo son las grandes empresas de tecnología las que suelen determinar lo que está o no obsoleto. Y la suya es una opinión de lo más interesada...