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La máquina que podría terminar con las colas en los aeropuertos
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ha sido probada en los estadios del mundial

La máquina que podría terminar con las colas en los aeropuertos

Miles de viajeros hacen cola en los aeropuertos de todo el mundo cada día. Algunas alternativas buscan cómo agilizar los trámites para coger un avión

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En plena época vacacional, no son pocos los que se resignan a uno de los trámites más desagradables por los que hay que pasar para llegar a nuestro deseado destino veraniego: el paso por un aeropuerto. Colas, esperas, registros de seguridad... Nos hemos acostumbrado a que la paciencia sea un bien indispensable en nuestro equipaje de mano y a recurrir a él desde que pisamos un aeropuerto hasta que salimos del siguiente.

Sin embargo, cada vez más gente cuestiona algunos de los protocolos relacionados con los trámites aeroportuarios y no son pocos los que proponen alternativas que hagan del proceso una experiencia, si no agradable, al menos sí menos estresante, pesada, larga e incómoda.

Una de esas alternativas podría servir para reducir significativamente los controles de seguridad que se realizan a la entrada de las zonas de embarque. Se trata de una máquina llamada Qylatron Entry Experience Solution, que se ha puesto a prueba en una de las puertas de entrada al estadio Arena de Baixada durante cuatro partidos del reciente Mundial de fútbol. En vez de situar a guardias para revisar las bolsas y mochilas de los asistentes, esta máquina, similar a una enorme colmena, se ha encargado de controlar que nadie introdujese objetos prohibidos en las gradas.

Cinco habitáculos funcionando al mismo tiempo

El sistema cuenta con cinco habitáculos distintos para escanear las bolsas y mochilas de los asistentes, de forma que trabaja más rápido. Además, no hace falta que una persona examine una a una las pertenencias, sino que cuenta con una serie de sensores y detectores que identifican distintos tipos de amenaza en solo unos pocos segundos.

El procedimiento es sencillo: el aficionado dejaba que la máquina leyese su entrada, y depositaba su bolsa en el habitáculo indicado, cerraba la puerta y atravesaba el escáner corporal. Mientras tanto, el Qyklatron habría analizado el contenido del habitáculo, y decidido si estaba libre de amenazas y objetos vedados, en cuyo caso iluminaba la puerta el color verde y el usuario podía retirar sus pertenencias, o si necesitaba ser revisado por un encargado de seguridad, iluminando entonces la puerta de color rojo.

La compañía no ha querido desvelar muchos detalles de cómo funciona su tecnología. Sin embargo,sabemos que incluye sensores químicos y de radiación para detectar explosivos, y que con sensores de rayos X puede dibujar el contenido de las bolsas, que pasa por un software capaz de aprender a identificar objetos prohibidos, como armas de fuego o navajas.

Su participación en el campeonato de fútbol ha supuesto todo un desafío para el Qylatron. No solo ha habido que enseñar a la máquina a encontrar armas de fuego, blancas o incluso explosivos. La FIFA también prohibe la entrada a los estadios de objetos tan variopintos como paraguas, banderas de más de cierta superficie, megáfonos, vuvuzelas y bengalas.

En este casono fue el software el que hizo todo el trabajo, sino que se empleó lo que Lisa Dolec, CEO de la empresa creadora, llama modo colaborativo: la máquina busca los objetos prohibidos tradicionales (armas y similares), mientras un operador en una habitación aparte rastrea los vedados específicamente en estos partidos. Una colaboración hombre-máquina que "logródetener muchas bolsas problemáticas".

Pasada con éxito la prueba en Brasil, la compañía planea seguir ampliando los usos para Qylatron, situándolas en emplazamientos críticos entre los que, de momento, no están los aeropuertos. La normativa de seguridad aérea es especialmente crítica y requiere tiempo para modificarse, pero si las pruebas siguen desarrollándose con éxito, es de esperar que esta tecnología venga al rescate de los sufridos viajeros para hacer su paso por el aeropuerto, al menos, un poco más sencillo.

Ciencia para ordenar el embarque

Pero no solo la tecnología podría hacer nuestros vuelos más placenteros y cómodos. También la ciencia se puede aplicar a algunos de los procesos que implica coger un avión, como es el embarque en la propia aeronave. Lo más habitual, a no ser que llevemos en la mano un billete para clase business, es que nos toque hacer cola frente al mostrador de embarque para entrar atropellados y pillar el primer sitio a la vista, en un proceso lento, agobiante y pesado.

¿No hay una forma de hacer esto de forma sencilla, ordenada y eficaz? Varios estudios han intentado dar respuesta a esa pregunta, probando con distintos métodos para organizar a los viajeros.El sistema más utilizado es llenar las filas del avión desde la cola hacia el morro, que es por donde suben los pasajeros. De esta manera se llena ordenadamente y va quedando espacio en el pasillo para que entren los siguientes viajeros.

UnitedAirlines lleva unos años empleando un protocolo distinto, llamado WILMA (window, middle, aisle, ventana, medio, pasillo), con el que llena los aviones de fuera hacia dentro para evitar que un pasajero ya sentado tenga que levantarse para dar paso a otro que llega, así como los típicos atascos en el pasillo mientras los de delante se colocan y recolocan.

Pero según el astrofísico Jason Steffen, este no es el mejor método. Cansado de esperar para subir a un avión, en 2008 ideó el método que lleva su nombre, y que publicó en forma de paper científico. Su propuesta fue crear un patrón alternando filas y asientos de la parte de atrás hacia delante, de forma que nadie tuviese que esperar a que se sentase el pasajero que fuese ante él.

Puso en marcha un experimento con un grupo de voluntarios que subió y bajó de un avión siguiendo varios sistemas distintos y midió el tiempo utilizado. Utilizando el método de atrás hacia delante, 72 pasajeros tardaron 6 minutos y 11 segundos en ocupar sus asientos; con el método WILMA fueron 4 minutos y 13 segundos. El método Steffen resultó ser el más eficiente, con un total de 3 minutos y 36 segundos.

En plena época vacacional, no son pocos los que se resignan a uno de los trámites más desagradables por los que hay que pasar para llegar a nuestro deseado destino veraniego: el paso por un aeropuerto. Colas, esperas, registros de seguridad... Nos hemos acostumbrado a que la paciencia sea un bien indispensable en nuestro equipaje de mano y a recurrir a él desde que pisamos un aeropuerto hasta que salimos del siguiente.

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