Los móviles abocan a Samsung al 'profit warning'

Resulta difícil ya mirar hacia otro lado. En lo que llevamos de año Samsung lleva mostrando claros síntomas de que algo no va bien, y no parece una fiebre pasajera precisamente, sino que podría ser el primer aviso de algo de mucho más calado a lo que se estaría enfrentando el mayor fabricante de smartphones del mundo.

Buena prueba de ello es que, tal y como apunta el diario The Wall Street Journal, es la primera vez que los coreanos acompañan a la previsión del resultados al cierre del trimestre de un documento en el que se dan las pertinentes explicaciones sobre lo sucedido. Hasta la fecha, los números eran tan elocuentes que no era necesario adornarlos con nada más, pero ahora las preocupantes cifras presentadas por el gigante en la previsión del cierre del segundo trimestre del año han obligado a la dirección de la casa a mover ficha para calmar los ánimos de los inversores.

¿Qué es lo que ha sucedido exactamente para que en una horas se desate la tormenta? Pues bien, Samsung ha avanzado la previsión de resultados al cierre del segundo trimestre del año, y amigo, hay tela que cortar.

La firma sigue arrojando unos espectaculares beneficios pero se comienzan a ver las orejas la lobo al anunciar una caída de los beneficios del 24%

La firma sigue arrojando unos espectaculares beneficios pero se comienzan a ver las orejas la lobo al anunciar una caída del 24% con respecto al mismo periodo del año anterior, un batacazo que obliga a revisar las previsiones y aumentan la presión de los inversores que aprietan fuerte con su “qué hay de lo mío”.

Como hemos apuntado, tanto el WSJ como el New York Times han destacado el hecho de que sea la primera vez que la marca sale al paso de una previsión acompañándola de un informe en el que analiza las causas de lo sucedido e intenta aplacar los ánimos de los inversores. Y no es para menos, sobre todo ante la magnitud de lo que se tiene enfrente: el origen del espectacular recorte en los beneficios está en la caída de las ventas en el segmento de los móviles, algo que, si bien es coyuntural, podría haber pillado con el pie cambiado a los asiáticos.

El segmento de los móviles se tambalea

Si lo recuerdan, la clave de lo que podría estar sucediendo se la avanzamos la semana pasada: Samsung no ha logrado hacerse lo suficientemente fuerte en ninguno de los segmentos del mercado de la telefonía móvil, y esto quedaría en evidencia al comprobar cómo uno de sus principales rivales, Apple, estaría exprimiendo mucho más jugo de un limón viejo que ellos mismos con un modelo recién presentado en la gama premium, la que más margen proporciona.

Es decir, que los de Cupertino con su pétreo matrimonio plataforma-iPhone estarían aprovechando de una manera más eficiente los últimos recursos de un segmento en declive por pura saturación que los coreanos con su empacho de modelos.

La dirección de la firma a buen seguro que vio peligrar el asunto con cierta distancia y apretó el paso azuzando el marketing, con una campaña en la que ridiculizaban precisamente al iPhone. Lo que sucede es que su impacto podría haber empeorado todavía más las cosas al reducir el menguante margen en este tipo de productos.

Por resumirlo en una frase, Apple obtiene más beneficios en un mercado con un índice de penetración cada vez más pequeño y con una inversión mucho más reducida en marketing que Samsung, que cuenta con un catálogo de modelos mucho más extenso e invierte muchísimo más en su promoción. Y eso que todavía no hemos visto el nuevo iPhone.

Uno puede pensar que si el declive del mercado es coyuntural, ¿por qué les va tan bien a unos y tan mal a otros? La respuesta está en las estrategias adoptadas.

Una cuestión de estrategia

Tim Cook tuvo claro que su segmento era el premium y desoyendo el clamor de los medios que casi exigían un iPhone low cost, siguió perfeccionando una estrategia que tan buenos resultados le está proporcionado, pero ahora en otros mercados. ¿Qué país está en plena expansión y con una clase alta con cada vez más posibles? China, en efecto. Y es ahí donde el iPhone se está haciendo fuerte poco a poco.

Lo de Android parece que con el tiempo se está convirtiendo en un regalo envenenado y un preocupante flanco en la estrategia de Samsung

Conviene recordar que los de Cupertino ya anunciaron sus intenciones el año pasado celebrando una keynote específica para este mercado, algo insólito en la firma. Samsung lo hace, pero en menor medida dado es que mucho más vulnerable al ataque de los múltiples rivales con lo que comparte plataforma, como Xiaomi, que juega en casa y parece que está haciendo muy bien sus deberes.

Lo de Android parece que con el tiempo se está convirtiendo en un regalo envenenado y un preocupante flanco en la estrategia de Samsung, que también vería debilitadas sus ventas en la gama baja de la telefonía móvil azuzada por los infinitos fabricantes con terminales a precio de risa con los que también comparte plataforma. Tal vez por esto la socorrida excusa de la “baja demanda” pueda darles un poco de oxígeno en un año que se presenta incierto para el fabricante, sobre todo porque en su mea culpa adelantado plantea como solución el esperar a tiempos mejores, o lo que es lo mismo, esperar que la misma estrategia dé sus frutos con los nuevos modelos de Galaxy que la marca presentaría este año.

Lo que sucede es que, como hemos indicado, los de la manzana también apretarán previsiblemente en el mercado de los phablets anunciando un mega iPhone con el que podría estrangular un poco más a su gran rival en este mercado, que fue precisamente inaugurado por ellos con el Note.

Pero es que además el panorama todavía promete ser peor, puesto que IDC vaticina un constante declive en las ventas de smartphones, lo que ha motivado que algunos analistas urjan una “revisión en la estrategia” del fabricante en el mercado de la telefonía móvil.

Así las cosas, nos enfrentamos a un 2014 lleno de incertidumbres y en el que se puede esperar de todo. Por el momento, los coreanos han anunciado que piensan aguantar el tipo con su estrategia y en pocos meses sabremos si la decisión es la adecuada o si por el contrario, toca entonar otra melodía.