¡Ups! Tim 'cocina' el último error de Apple: ¿un iMac corriendo con Windows?

Una foto, no ha hecho falta mucho más, para desatar una tormenta en las redes sociales y azuzar, todavía más, el cruce de acusaciones entre los amantes de Apple y Microsoft.

El lío se armó el pasado día 6, cuando Tim Cook se presentó en la moderna planta de producción de la firma en Austin, en el estado de Texas. Ya se sabe, la clásica revista de tropas para lucimiento de la potencia productiva de los de la manzana, sobre todo tratándose de la línea de montaje del Mac Pro, uno de los ordenadores más transgresores que han presentado los de Cupertino.

El CEO de la firma paseaba aleatoriamente por las líneas de producción cuando se detuvo para observar detenidamente el trabajo de un operario. Un momento estrella que el equipo que gestiona las redes sociales del directivo no dejó escapar: clicky foto a Twitter. No había peligro de ningún tipo. O por lo menos eso parecía.

Faltaron segundos para que se desatara una tormenta termonuclear en la red social. Los retuits y las respuestas se multiplicaron fuera de control y el equipo de social media vio pronto el motivo del desaguisado: los iMac que se empleaban en los procesos de control no llevaban OS X, la plataforma de la casa, sino que exhibían impunemente Windows como sistema operativo.

¿Un dato menor y sin importancia?

Que los ordenadores de la manzana funcionen con Windows no es algo nuevo,y de hecho son varias las soluciones que lo permiten a la perfección. Pero el desliz del equipo de Cook cobra dimensiones de error de bulto si tenemos en cuenta que hace tan solo unos díasel liderísimo se había cachondeado abiertamente del lento ritmo de adopción de Windows 8 en comparación con Mavericks, la última versión de OS X.

El de Alabama hizo sangre constatando un hecho inapelable en ambas plataformas: los usuarios de OS X actualizan de una manera mucho más homogénea que los de Windows y Microsoft parece que no termina de consolidar una versión de su plataforma de una manera estable, y sobre todo, convincente.

El gigante de Redmond tiene un serio problema con la fragmentación de la plataforma y la resistencia de los usuarios a abandonar versiones con una antigüedad que ya produce rubor, como el caso de XP que todavía sigue contando con una potente base de usuarios pese a los martillazos propinados desde la sede de Microsoft.

El condenado se resiste a morir, y sus usuarios se encuentran casi al borde del motín. Cook lo sabe y Apple tiene un arte especial a la hora de meter el dedo en el ojo a su sempiterno rival: la gráfica que mostró en la pasada keynote era insultantey fue mostrada con ese desdén condescendiente que enciende en llamas a unos y divierte a otros. Las filias y fobias a flor de piel en una estrategia alimentada a partes iguales por ambas marcas: ya no se trata de conseguir clientes, sino correligionarios, yonquis del dogma irrefutable de “el mío es mejor” en el que, sin saberlo, hacen el juego a su presunto enemigo.

Una realidad que incomoda a Apple

Nada hace más feliz a Apple que un ataque a su marca o sus usuarios porque radicaliza las posiciones y este movimiento se traduce inequívocamente en ventas. Por este motivo la foto de Cook tenía un morbo especial. Ya era demasiado tarde para retirarla y su medio millón largo de seguidores hicieron el resto compartiendo un momento, que por cierto, refleja una realidad que, esta sí, incomoda a Apple.

El 'ratio' de adopción de Mavericks es insultantemente alto si lo comparamos con el de las últimas versiones de Windows

Tim Cook tiene razón y los datos sin indiscutibles: el ratio de adopción de Mavericks es insultantemente alto si lo comparamos con el de las últimas versiones de Windows, pero si nos abstraemos un poco de la pasión de la que se benefician las marcas, hay un análisis más fino de fondo que aborda abiertamente Preston Gralla en Computerworld: Windows 8 está presente en 220 millones de ordenadores, mientras que Mavericks en apenas 40 millones.

La constatación de este dato representa fielmente el talento de Apple a la hora de manejar la imagen y cómo ha ganado la batalla en este terreno: contando Mavericks con apenas la quinta parte de la base instalada con respecto a Windows 8, se permite el lujo de ningunearlo como si fuera un sistema operativo en sus últimos estertores. Hay otro dato todavía más revelador que minimiza el pitorreo en directo de los de Cupertino: Windows 8 es una versión de pago y Mavericks una actualización gratuita, con lo que cabría esperar que la adopción de Windows 8 sería bastante superior en caso de ser gratuita, aunque aquí entramos en el terreno de las especulaciones.

Gralla cierra el artículo con lo que parece un dato absolutamente contundente: Windows cuenta con el 91% de la cuota de mercado mientras que OS X apenas supera el 4%, según las mediciones de Net Applications, aunque esta gráfica parece en realidad fuego amigo puesto que demuestra claramente la gran fragmentación que parece no conocer fin en Windows.

¿Un iMac con Windows? ¿Y por qué no?​

Así las cosas, la foto tiene su morbillosobre todo si tenemos en cuenta que Apple no suele cometer este tipo de errores con frecuencia. No podemos decir lo mismo de Microsoft, que parece empeñada en seguir el juego a su eterno rival mostrando en ocasiones una gran torpeza, como el caso de aquella tosca pegatina sobre el logo de Apple que sirvió de munición para los devotos de la manzana.

La célebre foto de Tim Cook muestra en el fondo una realidad que ni Microsoft ni Apple quieren admitir: los usuarios de ordenadores optan libremente por el hardware y la plataforma que más les conviene o apetece sin preocuparse demasiado de tapar logotipos con pegatinas o descalificar a los que optan por soluciones diferentes. ¿Un iMac con Windows? ¿Y por qué no? ¿Qué hay de malo en tener un portátil de Apple, un sobremesa con Windows y un móvil Android?

Al final, es el consumidor quien elige y en la mayoría de las ocasiones decide no seguir el juego de los grandes que se benefician de esta polarización. Y la prueba de esto que comentamos la tiene Apple bien cerquita… Entre sus empleados y en la planta de Austin.