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"¡Devuélveme mi teléfono!" Recuperar el móvil en casa del ladrón, todo un fenómeno
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gracias a las 'apps' de localización

"¡Devuélveme mi teléfono!" Recuperar el móvil en casa del ladrón, todo un fenómeno

Las autoridades estadounidenses han alertado de una oleada de usuarios que acuden a las casas de los ladrones que les han robado los 'smartphones'

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Un sudor frío recorre la espalda. Pero, ¡si estaba ahí hace un momento! Todo sucedió muy rápido y en un visto y no visto el móvil había desaparecido de la mesa. El bar estaba atestado con lo que en esos segundos de despiste cualquiera podía haber pasado y llevarse el preciado terminal sin que nadie, absolutamente nadie, viera nada anormal en la maniobra.

La pérdida de un smartphone es uno de los mayores disgustos a los que se puede enfrentar una persona en los tiempos que vivimos, y ya no es sólo por el dinero. En el pequeño dispositivo hemos confiado cada vez más información y su pérdida supone un roto de considerables dimensiones en el día a día de cada uno.

Por suerte, los fabricantes y desarrolladores se están esmerando en la lucha contra esta lacra y posiblemente la herramienta que mejores resultados estédando en este momento sean las aplicaciones de localización.

Poder localizar el móvil desde cualquier ordenador con una precisión sorprendente puede ser una solución para unos. Pero las autoridades estadounidenses están alarmadas ante un nuevo fenómeno: las víctimas de los robos están tomándose con cada vez mayor frecuencia la justicia con su mano. Y en los enfrentamientos la historia no siempre termina bien…

Cuando localizar tu 'smartphone' no es tan bueno

El New York Times se ha hecho eco de este preocupante fenómeno que trae de cabeza a las autoridades. El incremento de robos de smartphones ha crecido un 23% en menos de un año en la ciudad de San Francisco, por si nos sirve de referencia, pero a medida que aumentan los robos, crece la concienciación entre los usuarios que instalan con una creciente frecuencia aplicaciones de rastreoo bien activan las nativas que ofrecen los fabricantes.

Son muchos los usuarios que consiguen plantarse en casa del delincuente que les ha robado el teléfono, espetar aquello de “devuélveme mi móvil” y volver por donde han venido.

Así las cosas, en cuanto uno es consciente de que le han robado el móvil, además de denunciar la sustracción ante la policía, ahora puede saber dónde se encuentra, siempre y cuando el móvil esté encendido.

Pero siendo realistas, las posibilidades de recuperar un móvil mediante la denuncia policialson bastante escasas. La Policía se encuentra desbordada ante la avalancha de robos y únicamente tramita el papeleo de la sustracción con la esperanza de detener al delincuente por otro motivo y así poder localizar el terminal sustraído entre los objetos robados del ladrón. El plan B, como apuntamos, es localizar la ubicación exacta del móvil robado y presentarse para reclamarlo. Lo crean o no, son muchos los que consiguen plantarse en casa del delincuente, espetar aquello de “devuélveme mi móvil” y volver por donde han venido.

Esto es al menos lo que le sucedió a la profesora de yoga Sarah Maguire, que vivió en carne propia la desagradable experiencia de ver el iPhone sustraído de su apartamento en Hollywood.

La primera reacción de esta joven de 26 años fue la habitual: desplazarse a la comisaría más cercana y una vez ahí presentar una denuncia. Aquella opción le sonó a papeleo burocrático y estaba segura de que su denuncia acabaría amontonada entre miles y miles de otros en situación similar. De pronto lo recordó: Apple dota a sus dispositivos móviles de un sistema de localización bautizado como Find my iPhone (Encuentra mi iPhone) al que se puede acceder a través de la web.

placeholder Sarah Maguire (Fotografía Mónica Almeida/The New York Times).

Dicho y hecho. Probó fortuna y la hubo: el preciado terminal se encontraba en un suburbio de Los Ángeles a menos de una hora en coche. Tras pensarlo fríamente optó por algo cada vez más habitual y que temen las autoridades: presentarse en la dirección que le proponía el servicio. Y lo hizo.

Imaginen el trago: llamar a la puerta y decir que se viene a recuperar el móvil robado. Tras un tenso intercambio de palabras, el ladrón reconoció la sustracción y devolvió el iPhone a Maguire, pero las cosas no tienen por qué salir bien.

Un fenómeno que afecta a todos los gama alta

Las autoridades estadounidenses se están topando en situaciones que en ocasiones terminan de forma dramática, y no tanto por la reacción del ladrón, sino también porque muchas de las víctimas se presentan de malas maneras con un mazo o cuchillo a reclamar lo que es de ellos.

Los 'smartphones' son cada vez más sofisticados y es fácil que uno lleve en sus bolsillos un terminal que supera los 600 euros, todo un caramelo para los amigos de lo ajeno

¿Recuperar los móviles robados? En ello están, pero la Policía quiere ir aún más lejos: acabar el problema en su origeny de una forma definitiva. Es decir, evitandola causa que motiva los robos.

Los smartphones son cada vez más sofisticados y es fácil que uno lleve en sus bolsillos un terminal que supera los 600 euros, todo un caramelo para los amigos de lo ajenoque luego no tienen problemas en revender el equipo en internet y obtener pingües beneficios. Pero… ¿y si se consigue evitar esto último?

En este sentido las autoridades optan por hacer obligatorio el conocido como kill switch, un comando remoto que ejecuta la víctima una vez le han sustraído el móvil y que convierte a éste en inservible, para siempre. Su efectividad parece fuera de toda duda y técnicamente ya está demostrado que el sistema no plantea ni un solo problema para ser aplicado de forma masiva. Entonces… ¿por qué no se hace?

Fast Company señala con el dedo acusador a los operadores en Estados Unidos que se resisten como gato panza arriba a aplicar el kill switch, y según este medio, lo hace porque acabarían con una rentable fuente de ingresos en los seguros antirrobo que en muchas ocasiones se sugieren de forma machacona al cliente. Los operadores tienen una buena excusa para no aplicar el efectivo sistema: el temor a un ataque masivo de hackers que convirtiera los terminales de sus abonados en unos costosos pisapapeles.

Un sudor frío recorre la espalda. Pero, ¡si estaba ahí hace un momento! Todo sucedió muy rápido y en un visto y no visto el móvil había desaparecido de la mesa. El bar estaba atestado con lo que en esos segundos de despiste cualquiera podía haber pasado y llevarse el preciado terminal sin que nadie, absolutamente nadie, viera nada anormal en la maniobra.

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