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¿Ordenador fijo o portátil? Ventajas, inconvenientes y precios
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SE ESTÁN EQUIPARANDO económicamente

¿Ordenador fijo o portátil? Ventajas, inconvenientes y precios

Los precios de los portátiles han caído hasta poder equipararse al de algunos portátiles. En este punto surge la cuestión, ¿portátil o fijo como PC principal?

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Hace unos años, los ordenadores portátiles estaban restringidos a un limitado manojo de perfiles profesionales o a entusiastas de la tecnología con el bolsillo ancho. Su precio triplicaba el de las unidades de sobremesa, y de ninguna manera podían competir con ellos en prestaciones. Con el paso del tiempo ambas arquitecturas se han ido acercando: primero, en términos de potencia y, recientemente, en el precio.

Hoy, aunque los portátiles no han llegado a converger en precio con los fijos, nos encontramos cerca de que esto suceda. El desplome en las ventas de ordenadores clásicos, a punto de deternerse, ha rebajado su precio en torno a un 15% en los tres últimos años. Así, cada día son más los usuarios que optan por un portátil como ordenador principal de la casa, mientras que otros se debaten entre modelos. A ellos va dedicado este artículo.

¿Para qué lo quiere?

Es una cuestión medular que no todos se plantean. ¿Para qué necesito mi ordenador? Los portátiles son equipos concebidos como estaciones de trabajo, que priman la movilidad y el gasto energético en detrimento de otros aspectos, como la calidad de la pantalla o, por qué no decirlo, la vida útil del dispositivo. Esto es así porque sus componentes están muy próximos entre sí, lo que genera una disipación del calor deficiente con respecto a sus hermanos mayores.

Los sobremesa son equipos más versátiles. Destacan en la medida que las necesidades computacionales crecen. Ya saben que el calor es uno de los motivos por los que baja el rendimiento del hardware, y las grandes cajas que albergan CPU dan pábulo a la implantación de sistemas de disipación térmica muy eficientes. Estos equipos están destinados a aquellos que anteponen la potencia, ya sea para editar vídeo, jugar a videojuegos o, simplemente, disfrutar de una experiencia multitarea sin picos de rendimiento.

Decíamos que la potencia es cosa de ordenadores fijos, pero solo por cuestiones de calor. En términos técnicos, los procesadores de última generación suelen tener una versión para portátiles, más pequeña y con un gasto energético más ajustado, lo que normalmente conlleva un precio final mayor. No obstante, hablando exclusivamente en términos de potencia, hay un empate entre arquitecturas. Eso sí, los portátiles con procesadores ambiciosos tienden a ser menos portátiles de lo debido.

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De cajón. Si quiere mover su ordenador con facilidad ha de decantarse por el portátil. Y esto no significa exclusivamente salir de casa con él sino, simplemente, poder moverlo de una habitación a otra o trabajar con él apoyado en las piernas desde cualquier sitio. Transportar un ordenador de sobremesa es una labor siempre farragosa, no solo por el peso, sino por la gran cantidad de cables y periféricos que lo componen.

Aunque ambos equipos están diseñados con una concepción modular, de piezas que funcionan de modo independiente, la arquitectura portátil es mucho más compleja. Cada fabricante diseña sus equipos a su modo y cualquier componente podría no valer en un portátil determinado, lo que limitará las posibilidades de expansión. Esto no sucede en un sobremesa, cuya único freno es el tamaño de la caja que los alberga, y que puede ser sustuida por un módico precio. Además, las piezas del fijo pueden reutilizarse para futuros equipos, haciendo que el cambio sea más económico.

Los adaptadores wifi de los portátiles suelen tener un mayor alcance que las de los sobremesa, especialmente si éstos no disponen de uno de serie y se resuelve desde el USB. Los portátiles de gama media y alta, además, montan conexiones bluetooth, útil en la relación con el smartphone y otros dispositivos inalámbricos. Incluso si optamos por conectarlo con un cable de red, que al cabo es la forma más eficiente de transferir datos, un portátil siempre nos brinda la opción de acercarlo al router, evitando tirar metros de cable a través del pasillo.

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En este apartado no cabe la más mínima duda: los sobremesa son más baratos y sencillos de mantener, además de contar con una mayor vida útil. El principal motivo es, como decíamos, el calor. Las altas temperaturas que alcanzan los portátiles suponen un desgaste para los componentes que termina por estropearlos antes que sus homólogos en el gran formato. Y, cuando esto sucede, la única opción para arreglarlo sin perder la garantía es llevarlo al servicio técnico de la marca y cruzar los dedos para que la factura no se dispare demasiado. Por otra parte, los portátiles están para moverse, siendo los golpes la primera causa de avería.

Las arquitecturas se acercan en los precios, si bien siguen mostrando diferencias en los extremos. De este modo, por 500 euros se puede obtener un fijo de ciertas garantías mientras que un portátil del mismo precio defraudará cualquier expectativa. Por la parte del rendimiento, un portátil potente sale por 1.750-2.500 euros, y por ese dinero se puede montar una configuración estratosférica en un sobremesa.

La gama media, no obstante, se ha compactado hasta la equivalencia. Una configuración i5 estándar sale por 400 euros en versión escritorio, al que hay que sumarle al menos otros 200 por el monitor. Y precisamente 600 euros es el precio de salida en esta gama para portátiles.

Claves

- Si lo que busca es potencia, elija sobremesa.

- Si va emplearlo para trabajar, y su desempeño no exige alardes computacionales, escoja una gama media portátil. Liberará espacio en el escritorio y ganará la posibilidad de llevar la oficina a cualquier lugar.

- La ampliación de ordenadores está en desuso. Hoy apenas se mejora la memoria RAM y/o la tarjeta gráfica en casos muy concretos, de modo que no lo tome como un factor determinante.

- Más importante es la posibilidad de arreglarlo. Un componente estropeado en un sobremesa se adquiere por intenet y se instala en el ordenador sin apenas conocimientos, y en un portátil podemos encontrarnos con más de una sorpresa. No compre ningún recambio para su portátil si no está seguro de que es compatible.

- Por último, existe una modalidad reciente, los All in One, que se encuentra a caballo entre los portátiles y los sobremesa. Es fácil de transportar, no requiere de espacio para la caja de la CPU ni de cablear la mesa. También han heredado algunos vicios de los portátiles, como los problemas de sobrecalentamiento, o la dificultad de reparación.

Hace unos años, los ordenadores portátiles estaban restringidos a un limitado manojo de perfiles profesionales o a entusiastas de la tecnología con el bolsillo ancho. Su precio triplicaba el de las unidades de sobremesa, y de ninguna manera podían competir con ellos en prestaciones. Con el paso del tiempo ambas arquitecturas se han ido acercando: primero, en términos de potencia y, recientemente, en el precio.

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