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El CEO de T-Mobile la lía y consigue que le echen de una fiesta de la competencia
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BAILÓ Y BRINCÓ EN LA CELEBRACIÓN DE AT&T

El CEO de T-Mobile la lía y consigue que le echen de una fiesta de la competencia

"¿Una fiesta de AT&T? Tenemos que ir". Hay gente que no conoce el no por respuesta y luego está John Legere, el CEO del operador de telefonía T­Mobile US

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"¿Una fiesta de AT&T? Tenemos que ir". Hay gente que no conoce el nopor respuesta y luego está JohnLegere, un verso libre a bordo de una de las firmas más pujantes de Estados Unidos: el operador detelefonía T­-Mobile US.El de Massachusetts llegó a la firma en septiembre de 2012y la nota de prensaque anunciaba su fichaje es lo último, diremos, convencional, que se le conoce.

Eldirectivo llegó a la firma con el bagaje de unos excelentes resultados cosechados en Global Crossing, unafirma dedicada también a las telecomunicaciones en la que le dio la vuelta al asunto. Ya se sabe, de losque llegan, ponen todo patas arriba y de la noche a la mañana convierten las cifras del rojo al negro. Y quenadie le pregunte cómo.

Este atípico personaje fija un objetivo y lucha por lograrlo sin pararse a pensar enel método. Si no es ilegal, adelante con él. La última que se le conoce es que ha logrado reventar la fiestaque organizó a todo trapo su bestia negra, AT&T, en pleno CES.

Para situarnos, AT&T es el operador de siempre de Estados Unidos, el que desplegó las líneas y queahora ocupa la imagen de dinosaurio en un mercado mucho más dinámico. La firma ocupó el monopolio dela telefonía en aquel país hasta que en 1984, las autoridades decidieron abrir el mercado. Todo esteperiodo sirvió sin duda para ganarse bastantes antipatías entre los usuarios, que por lo general, llevan mallo de pasar por el aro.

Pues bien, T-­Mobile US representa justo lo contrario: una firma pequeñita (es enrealidad uno de los largos tentáculos de la gran multinacional alemana), con ganas de bronca y ponersedel lado del usuario ofreciendo todo tipo de facilidades. El terreno perfecto para que personajes comoLegere saquen todo lo que llevan dentro. No es una firma acostumbrada a los grandes despachos nicostosos fastos: pequeños y muy dinámicos, esa es su ventaja competitiva.

Con camiseta rosa y ganas de juerga

Como para perdérsela. El directivo transgresor telefoneó a su director financiero y se apuntaron a la fiestade su rival. "Iba por la música", reconocería divertido después. Legere superó sorprendentemente todos losfiltros de la organización y a nadie en la misma pareció sorprendido al saber que el máximo responsable dela firma rival acudiera a una fiesta de carácter privado. Y ahí se plantó. Cazadora de cuero bajo la cuallucía la llamativa camiseta rosa de T-­Mobile. Y la quería enseñar.

En la instantánea se veía a un Legere exultante no se sabe si haciendo el signo de la victoria o poniendo orejas de burro al propio Chen

Pero el rumbo de los acontecimientoscambió cuando Roger Chen, periodista de CNET invitado al acto, no dio crédito a lo que veían sus ojos:¿John Legere sonriendo y dando brincos en la fiesta de AT&T? Demasiado bueno para ser verdad. Seacercó como un rayo y tuiteó la foto a sus miles de followers. En la instantánea se veía a un Legereexultante no se sabe si haciendo el signo de la victoria o poniendo orejas de burro al propio Chen. Él esasí. Zas. Bofetón en toda la cara de AT&T. Legere la había vuelto a liar.

Y no tuvo tiempo de quitarse la cazadora y sacarse fotos con su camiseta rosa. La seguridad rodeó al deMassachusetts en cuestión de segundos como si se tratara de un macarra barriobajero que iba a liarla yfue invitado a abandonar el acto con diligencia. Gol de Legere y autogol de AT&T que dado el traspiés, lomejor hubiera sido dejarle que armara un poco de bulla hasta que se aburriera. Echarle fue la mecha queprendió la llama y justo lo que quería.

La paquidérmica estructura del operador quedó de nuevo enevidencia ante un divertido corredor de maratones que deja claro que vive su trabajo con una pasión a laque no estamos muy habituados. La foto del ejecutivo quinqui fue viral y sus seguidores entusiasmados.Cómo no querer a este personaje.

"Ven con nosotros, el CEO de AT&T nunca te contestará"

Pero no es el primero, ni nos tememos, el último episodio del efervescente CEO de T-­Mobile. Su cuenta deTwitter es fiel reflejo de su carácter y sus hazañas. Como cuando peleó a brazo partido por robar a uncliente de AT&T y fulminó a su adversario abiertamente en la red social al afirmar "ven con nosotros: elCEO de AT&T jamás te contestará en Twitter". Tan sangrantemente real que era imposible no irse con él.

El efecto Legere se nota ya en la cuenta de resultados del pequeño operador que registra unas tasas de crecimiento de escándalo

O como cuando entró en una tienda del mastodóntico operador justo en el momento en el que no habíanadie: ni clientes, ni empleados, ocasión que aprovechó el directivo para escribir el hashtag "#CRICKETS"(grillos), aludiendo al canto de los grillos cuando no se oye nada más.

Pero más allá de la anécdota, el efecto Legerese nota ya en la cuenta de resultados del pequeñooperador que registra unas tasas de crecimiento de escándalo. Si fuera tenista hubiera sido Michael Changsacando de cuchara ante un soberbio Lendl, pero no, es un directivo accidental que vive con pasión sutrabajoy se curra los clientes uno a uno y tuit a tuit.

Radiante, resolutivo y muy pasional, este amante deBatman ha decidido cambiarlo todo en T­-Mobile. Hasta el nombre: ya no es un operador, es un"desoperador". Genio y figura.

"¿Una fiesta de AT&T? Tenemos que ir". Hay gente que no conoce el nopor respuesta y luego está JohnLegere, un verso libre a bordo de una de las firmas más pujantes de Estados Unidos: el operador detelefonía T­-Mobile US.El de Massachusetts llegó a la firma en septiembre de 2012y la nota de prensaque anunciaba su fichaje es lo último, diremos, convencional, que se le conoce.

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