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El mejor regalo para el 'peque': todo un ordenador por sólo 100 dólares
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BASADO EN EL revolucionario 'RASPBERRY PI'

El mejor regalo para el 'peque': todo un ordenador por sólo 100 dólares

Mientras los grandes fabricantes se devanan los sesos para sorprender al mercado, un joven británico les ha superado con un sencillo modelo 'low-cost'

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Comenzó pidiendo 100.000 dólares y ha acabado con más de un millón en el bolsillo ¿Hasta qué punto puede ser un proyecto Kickstarter exitoso? Que se lo cuenten al londinense Alex Klein, que ha puesto patas arriba la red con su revolucionaria idea. Y no es para menos. Cuando Toshibas, Lenovos y demás fabricantes se devanan los sesos maquinando cómo sorprender al mercado con sofisticados ordenadores, cada vez más compactos, cada vez más cargados de RAM y sensores, este joven británico les ha robado la cartera y casi sin despeinarse.

Todo comenzó en realidad a mediados de 2012, cuando el mercado recibió con los brazos abiertos otro proyecto proveniente del Reino Unido: el Raspberry Pi. Aquella miniatura era descaradamente parca y sencilla, tanto que no hubiera superado ni el primer brainstorming en cualquier marca de postín. Y sin embargo, enamoró.

El Raspberry era un brindis al bricolaje, al hágalo usted mismo en estado puro, pero en lugar de ensamblar un armario, lo que uno iba a confeccionar era un ordenador con espíritu Linux y totalmente abierto para que cada uno pudiera emplearlo como desease. Klein observó fascinado aquello, pero enseguida vio que a aquella idea, pese a ser brillante, le faltaban ingredientes.

Un ordenador incompleto

El Raspberry estaba muy bien, pero no dejaba de ser un ordenador incompleto: ni pantalla, ni teclado, ni ratón. En realidad, era perfecto para el mercado al que se dirigía: los manitas y los entusiasmados en crear a partir de esa pequeña joya low-cost. Pero, ¿por qué no cerrar el círculo y entregar en la misma caja un ordenador completo basado en aquel equipo? Klein lo vio claro.

A la gente le encantaba ensamblar objetos por el simple hecho de confeccionarlos y productos como la cámara DIY Konstruktor habían arrasado. Y la idea de montar su propio ‘LEGO’ computerizado resultaba cada vez más tentadora, pero convertirse en un fabricante de ordenadores desde el salón de tu casa y en pijama suena a chiste. Menos mal que está el crowdfunding para rescatar a estos locos genios. El joven pertrechó todo lo necesario para seducir a la comunidad con su proyecto: el ordenador de ensamblar a precio de derribo. Había nacido Kano.

El principio era muy sencillo: estirar el recorrido de Raspberry Pi cerrando el círculo de forma que el usuario comprara un ordenador completo. Bueno, casi. Kano vendría en una caja con la CPU, un teclado, la fuente de alimentación, una tarjeta SD y pare usted de contar. Lo único que quedaba fuera era el monitor, algo demasiado voluminoso y caro que sin duda rompería el embrujo del producto. Todo esto con un embalaje informal y casi infantilizado, en una estrategia muy similar a la planteada por la Konstruktor: Kano podía servir como regalo tanto para un niño como para un adulto

¿Hay realmente diferencia?

El producto reivindica al niño que llevamos dentro y el gancho ha funcionado, máxime sabiendo que el kit saldrá a la venta por menos 100 dólares. El proyecto ha pulverizado marcas y el británico cuenta con capital más que suficiente para darle a la manivela sin preocupaciones. Todo va viento en popa y no parece que vaya a haber problemas de cara a comercializar el revolucionario kit el próximo mes de junio.

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Y ahora que hablábamos de niños… Si hay uno, grande en este caso, que se lo pasa pipa repasando los proyectos de Kickstarter es el mismísimo Steve Wozniak. Él mismo creó el primer Mac a golpe de destornillador y es un fan confeso de las ideas alocadas que surgen del crowdfunding. Así, mientras el vídeo en el que se muestra cómo ensamblar Kano en poco más de minuto y medio se acerca a las 300.000 visitas, el bueno de Woz no ha resistido la tentación y ha catapultado todavía más el proyecto (como si lo necesitase) al adquirir él mismo su kit.

¿Qué es lo próximo para este jovencísimo emprendedor? Crear una comunidad de desarrolladores que creen apps para su criatura. Y la parte didáctica, por supuesto: la idea es que Kano sea uno más en las escuelas y de la misma manera que los chavales estudian matemáticas o física, puedan aprender cómo es un ordenador por dentro, cómo montarlo y también, cómo crear sus propias aplicaciones.

Comenzó pidiendo 100.000 dólares y ha acabado con más de un millón en el bolsillo ¿Hasta qué punto puede ser un proyecto Kickstarter exitoso? Que se lo cuenten al londinense Alex Klein, que ha puesto patas arriba la red con su revolucionaria idea. Y no es para menos. Cuando Toshibas, Lenovos y demás fabricantes se devanan los sesos maquinando cómo sorprender al mercado con sofisticados ordenadores, cada vez más compactos, cada vez más cargados de RAM y sensores, este joven británico les ha robado la cartera y casi sin despeinarse.

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