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El catamarán más tecnológico del mundo navega en Sanabria
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El catamarán más tecnológico del mundo navega en Sanabria

¿Quién dijo que naturaleza y tecnología están reñidos? El Helios-Cousteau demuestra que mezclar ambas cosas resulta en una experiencia memorable

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En un momento en el que la crisis obliga a muchos españoles a olvidarse por un tiempo de salir de viaje al extranjero, el sector del ecoturismo se ha convertido en una opción de valor para atraer clientes a paisajes nacionales llenos de atractivo. Casas y hoteles rurales, deportes de aventura y actividades en contacto con la naturaleza para todos los públicos se han convertido en alternativas a otras escapadas más lejos y más caras.

Aunque aparentemente está vuelta a la naturaleza poco a nada tiene que ver con la tecnología, ése no es siempre el caso. De hecho, una y otra pueden aliarse para dar pie a una experiencia nueva. Y eso es precisamente lo que hace la Estación Biológica Internacional (EBI), una empresa dedicada al turismo ambiental, en el Parque natural del Lago de Sanabria, en Zamora.

Por las cristalinas aguas del lago navega un catamarán, el Helios-Cousteau, que es único en el mundo: fue el primero en funcionar exclusivamente con energía eólica y solar, y además está equipado con todo tipo de tecnología con el objeto de dar a sus pasajeros una experiencia educativa única.

“Desde entonces se han creado otros barcos parecidos, pero solo nosotros cumplimos con los cuatro ceros: cero emisiones, cero residuos, cero decibelios y cero efluentes”, explica David de Salvador, director de la EBI. El catamarán funciona desde 2011, pero su desarrollo comenzó varios años antes.

Sin emisiones ni ruido

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De Salvador explica que empezaron a trabajar en él en 2009. “Nos concedieron el proyecto y nos pusimos a diseñar el barco. Diseñamos un sistema de placas solares y generadores eólicos que diesen servicio al barco. El problema era que no podíamos arriesgarnos a quedarnos sin energía por un día nublado, o sin viento, así que desarrollamos unos acumuladores de litio que nos diesen empuje si hacía falta”.

Generadores, acumuladores, fibra de carbono para construir el barco… “Enviamos el proyecto a varios astilleros y se negaron a construirlo porque decían que no era factible”, cuenta de Salvador. De hecho, explica, la Marina Mercante se negó a homologar el barco en primera instancia. “Tuve que ir en persona y explicárselo con detalle al responsable, y al final conseguimos la homologación reglamentaria”.

Enviamos el proyecto a varios astilleros y se negaron a construirlo porque decían que no era factible

Ante la negativa de los astilleros de llevar a cabo la construcción completa, la empresa tuvo que reunir a los profesionales de distintas áreas para hacerlo: expertos en energía solar, en electrónica, en navegación y un astillero que les proporcionase las piezas de fibra con las que está hecho el Helios-Cousteau.

El resultado es un barco de 20 metros de eslora y 6 de manga que en condiciones óptimas alcanza los 10 nudos de velocidad y que puede alcanzar una autonomía de 24 horas. Además, es totalmente silencioso. “Estamos en un entorno único, queremos respetarlo al máximo”. Para asegurar ese silencio, los motores se encuentran en una cámara aislante.

Cámaras y pantallas para ver bajo el agua

Esa es una de las primeras experiencias que tienen los viajeros a bordo. “Cuando suben, les pedimos que se relajen y cierren los ojos un momento. Unos segundos después los vuelven a abrir y ya estamos navegando, y no han oído nada”, cuenta divertido de Salvador.

Pero la equipación tecnológica del catamarán no termina ahí. El barco cuenta con grandes pantallas y todo un sistema de cámaras que muestran a los viajeros cómo funciona: “les enseñamos los paneles solares y calculamos la energía que están aportando a cada motor en ese momento, así como los propios motores en aislamiento”.

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A continuación, los buzos se sumergen con cámaras de alta definición y un sistema de comunicación por el que explican a los pasajeros qué están viendo en el fondo y estos pueden hacer preguntas. “A los niños les encanta hablar con los buzos, preguntarles cosas como si están muy hondos y si hace mucho frío en el agua”.

Un laboratorio a bordo

La visita incluye un repaso por la fauna y la flora del lago, así como los aspectos culturales de la zona (“por aquí cerca está la posada donde Unamuno escribió San Manuel Bueno Mártir”, cuenta de Salvador) y la observación del fondo del lago.

El catamarán cuenta con un pequeño laboratorio a bordo, en el que se analizan muestras del limo depositado. “Es otra parte de nuestra actividad, la investigación para la conservación del entorno. Nos dimos cuenta de que al público le interesaba, y a veces realizamos observaciones durante las visitas. Desde una cámara conectada a los microscopios, pueden verlo todo”, explica.

El Helios-Cousteu lleva ya dos años en funcionamiento y desde entonces miles de personas han vivido la experiencia de mezclar tecnología y naturaleza. "Queremos utilizar este instrumento para, de alguna forma, despertar conciencias. Sin ser radicales ni exagerados, pero demostrar que la tecnología está a nuestro alcance".

Actualización: En la primera versión de este artículo se indicaba que el Parque natural Lago de Sanabria está en Zaragoza. Obviamente, es incorrecto ya que se encuentra en la provincia de Zamora. El error ha sido corregido y pedimos disculpas a los lectores.

En un momento en el que la crisis obliga a muchos españoles a olvidarse por un tiempo de salir de viaje al extranjero, el sector del ecoturismo se ha convertido en una opción de valor para atraer clientes a paisajes nacionales llenos de atractivo. Casas y hoteles rurales, deportes de aventura y actividades en contacto con la naturaleza para todos los públicos se han convertido en alternativas a otras escapadas más lejos y más caras.

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