Madrid, 1860-2013

Si hay algo de lo que se sienten orgullosos los madrileños es del dicho de que en la capital, nadie es extranjeroporqueen realidadtodo el mundo viene de fuera. En Madrid no hay familias viejas niantiguos linajes, es una ciudad nueva que vivió una evolución vertiginosa. Escenario de muchos capítulos importantes del pasado siglo en nuestro país, su cara ha cambiado en el último siglo y medio.

Un ejemplo: en el lugar que hoy en día ocupan los edificios de Nuevos Ministerios,terminabaantes la Avenida de la Castellana. Allíse reunía la alta burguesía madrileña a finales del siglo XIX y principios del XX para disfrutar de uno de los deportes más populares entre las clases altas por entonces: las carreras de caballos. Era el emplazamiento del Hipódromo de la Castellana, en el que también se celebraron exhibiciones aéreas y, cuando empezó a ponerse de moda, los primeros partidos de fútbol.

Mientras tanto, las clases bajas preferíanotros entretenimientos, como las corridas de torosque se celebraban, no en la Plaza de las Ventas, que no existía aún, sino en la Plaza de Toros de Madrid, que se encontraba en Goya, entre las calles Fuente del Berro y Narváez. El mismo lugar que hoy ocupa el Palacio de los Deportes.

Datos espaciales, demográficos y de servicios

Un equipo del Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CCHS), pertenecienteal CSIC, llevaaños recopilando información geográficay demográfica histórica de Madrid y parte de su trabajo acaba de ser puesto a disposición del público. Se trata de un portal web llamado HISDI-MAD, en el que han publicado unaInfraestructurade Datos Espaciales (IDE), es decir, un mapa que integra datos espaciales, demográficos y de servicios,en el que se puede apreciar la evolución histórica de la capital desde 1860 hasta ahora.

Han utilizado como base el Plano de Madrid y pueblos colindantes de 1902 por el cartógrafo Facundo Cañada López, al que han superpuesto otros planos y mapas. Los datos estadísticos han salido del Registro Longitudinal de Población Histórico de la Ciudad de Madrid entre 1980 y 1935 y de los Anuarios Estadísticos de la ciudad entre 1897 y 1935.

Pero este mapano estásolo para observalo: la información está estructurada en capas de forma que se puede manipular y combinar como quiera el usuario. Las posibilidades de exploración son casi infinitas. Por ejemplo, se pueden comparar dos mapas a elegir entre diversas épocas (hay uno para cada década aproximadamente desde 1860 hasta hoy). Unos son planos dibujados, otros son fotografías aéreas y otros, cartografías catastrales.

Así se puede ver, por ejemplo, como en los años 30 desaparece el mencionado Hipódromo de la Castellana y la avenida se ensanchajunto alos edificios de Nuevos Ministerios. La Castellana siguió extendiéndose hacia el norte y en el plano aéreo de los años 56-57 ya puede verse el estadio Santiago Bernabeu (que por entonces se llamaba Nuevo Estadio Chamartín).

La Puerta del Sol ha sufrido muchas transformaciones en los últimos 150 años, y todas se pueden ver en estos mapas, igual que los alrededores del Museo del Prado (en la imagen), la Estación de Atocha o las cuadriculadas manzanas del barrio de Salamanca.

Además de los planos de la ciudad, el equipo dirigido por Diego Ramiro, jefe del departamento de Población del CCHS, ha recopilado datos de miles de edificios como hospitales, colegios, museos, teatros, estaciones, instalaciones deportivas y otros servicios como parques públicos, vías de trenes y tranvías, lavaderos, fuentes, baños públicos, cárceles o cementerios.

Con toda esa información extraída de los archivos municipales, han confeccionado un mapa de cómo era Madrid en el año 1900, y lo han puesto al alcance de cualquiera con un poco de curiosidad. Los puntos de interés aparecen señalados en el mapa, acompañados de fotografías del sitio y links a páginas con más información sobre el lugar en cuestión.

Consultando estos datos sabemos que a principios del siglo XX había en Madrid ocho cementerios, de los que hoy en día solo existen tres: el Cementerio de la Moncloa, el de los Santos Justo y Pastor y el de San Isidro. O que junto a la Calle San Bernardo de encontraba la única prisión de mujeres de la ciudad.

Las líneas del tranvía eléctrico partían de la Puerta del Sol y recorrían la ciudad, aunque en algunos tramos, como el que va de Cuatro Caminos a Fuencarral atravesando el barrio de Tetuán, aún funcionaban con calderas de vapor.

En cuanto a instalaciones deportivas, los madrileños tenían predilección por una actividad en concreto: el frontón. Había hasta siete lugares en la ciudad donde se podía practicar este deporte, frente a un hipódromo, un solo campo de tiro al pichón y ninguno de fútbol ni de baloncesto.

Incorporar a los mapas datos demográficos

El proyecto de Ramiro y sus colegas encantará a todos los curiosos de la historia, especialmente a los madrileños, que pueden investigar con todo el detalle que quieran cómo ha cambiado la ciudad en el último siglo y medio, pero su objetivo es aún más ambicioso.

El equipo está incorporando poco a poco datos demográficos extraídos del Padrón y del Registro Civil de la ciudada las IDE, de forma que se coloque a las personas en el mapa histórico del momento en el que vivieron, junto al paisaje urbano que les rodeó. La intención es descubrirdesde el presente el pasado de la ciudad: cuánta gente vivía en Madrid, en qué barrios, cómo era su salud, dónde estaban sus hospitales o colegios, qué deportes practicaban, en qué parques paseaban, de qué enfermaban y dónde eran enterrados, entre otra grandísima cantidad de datos.

"La idea es que podamos terminar creando lo que se llama historias de vida, seguir la biografía de personas anónimas concretas que vivieron en Madrid en otras épocas", explica Ramiro.

El trabajo a realizar, señala Ramiro, es ingente: "Desgraciadamente, en España no ocurre como en otros países, como por ejemplo Holanda, donde muchos ciudadanos se ofrecen voluntarios para analizar datos de los registros, en busca de información sobre sus antepasados. Lo que estamos haciendo es trabajar como hormiguitas, analizando miles de documentos en papel o en microfilms".

Ramiro asegura que Madrid es una de las pocas ciudades grandes de Europa que conserva todos esos documentos, por lo que cuando consigan integrar toda esa información, será una de las bases de datos cartográficas y demográficas más completasdel mundo. De momento, solo han hecho pública una parte de su trabajo, pero será más que suficiente para enganchar a los amantes de la historia, de los mapas antiguos y de la ciudad de Madrid en general.