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¿Pesimista? Cuatro sectores emergentes que lidera España
  1. Tecnología
DESDE EL TRATAMIENTO DE AGUAS AL 'E-COMMERCE'

¿Pesimista? Cuatro sectores emergentes que lidera España

Aunque España arrastra severas crisis en sectores tradicionales, se ha posicionado con fuerza en otros como el agua, el grafeno o el comercio electrónico

Foto: España es el mayor exportador europeo de grafeno, y la empresa Avanzare encabeza la producción industrial global del nanomaterial.
España es el mayor exportador europeo de grafeno, y la empresa Avanzare encabeza la producción industrial global del nanomaterial.

Mientras sectores tradicionales, sobre todo en el mercado interno, como la construcción, se derrumban, España está encontrando otros nichos de innovación para aliviar la situación. Salvo en el caso del comercio electrónico, no los encuentra en casa, sino en el mercado internacional. Y mediante una fórmula de manual: innovación tecnológica e internacionalización. Suena a tópico, pero funciona.

En el caso de las energías renovables, no se trata de un sector nuevo, al contrario; y nos encontramos, además, en un escenario global de desinversiones gubernamentales en las que España está a la cabeza, con un 68% de recortes en incentivos.

Una fórmula basada en una fusión clásica: innovación tecnológica e internacionalización. Suena a tópico, pero funciona; y estos cuatro sectores son ejemplos perfectos

Sin embargo, su demanda aumenta, y la sostenibilidad del negocio pasa, más que nunca, por una excelencia tecnológica donde las firmas españolas -igual que en el sector del agua- están apostando para no perder los próximos trenes.

Por su parte, la producción de grafeno y el e-commerce representan, desde perspectivas muy distintas -los nuevos materiales y el consumo- sectores emergentes puros que marcarán el futuro a medio plazo, y en los que España está muy bien posicionada.

1. Exportación de grafeno

Desde 2011, cuando el ICEX anunció por primera vez que España había ascendido, en el contexto europeo, a la primera posición entre las naciones exportadoras de grafeno, la tendencia se mantiene. Más allá de la investigación en ciencia básica en nuevos materiales -en la que España es también una potencia notable- su producción industrial de grafeno es la mayor de Europa.

Aunque los investigadores asturianos del INCAR-CISC, que hace unas semanas presentaron un método revolucionario para producir el nanomaterial a bajo coste a partir del coque, un derivado del carbón, hablan de una barrera en el precio de producción que aún no se ha superado, la evolución de las empresas españolas contradice este hecho.

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Parece que no existen problemas de costes, sino de volumen de ventas: si los encargos fuesen a gran escala, nuestras firmas estarían ya en disposición de producir grafeno a un precio menor que el silicio.

Tres empresas son las responsables de estos índices. La primera, Avanzare, actualmente líder mundial en cuanto a producción: cada seis meses aumenta su capacidad en un 60%, facturan 3 millones de euros al año y exportan a 32 países. La segunda, Graphenano, también con un alta capacidad industrial, y que en su caso cuenta con un 10% de capital alemán. Y la tercera, Graphenea Nanomaterials, cuyas ventas de grafeno están destinadas, de momento, al campo de la investigación para grandes multinacionales, a la espera de encargos comerciales. Si eso ocurre, podrían llegar a un precio de 3 céntimos el centímetro cuadrado.

Aunque la mayor parte de la producción de grafeno es utilizada para fines experimentales -muchos clientes son aún pequeños laboratorios-, conviene estar en la pole position mientras las grandes multinacionales de la informática o la telefonía se deciden a levantar la bandera verde.

2. Tratamiento de aguas

Quizás por su situación geográfica se ha puesto las pilas antes que otros países tecnológicamente avanzados, pero lo cierto es que España es reconocida en la actualidad como la primera potencia mundial, por delante de Arabia Saudí, en el sector del agua, tanto en las técnicas de desalación y tratamiento como en el ámbito del regadío. Hoy por hoy, el sector crece una media anual del 5%, con una facturación de 23.000 millones de euros.

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Desde el punto de vista de la investigación, España también es el primer país europeo en número de publicaciones científicas sobre el agua, aunque en el caso de las patentes registradas no obtiene buena nota.

Además, ningún otro país del mundo ha sido capaz de una transformación tan radical en las técnicas de regadío, pasando en 30 años de un 90% de hectáreas regadas por inundación a sólo un 30%. Y desde una perspectiva empresarial, el know-how de las compañías españolas es, hoy por hoy, imbatible, con importantes mercados en África y Latinoamérica. Sólo una anécdota: en un reciente concurso público para la instalación de una desaladora en Omán, cinco de las siete propuestas eran de firmas españolas.

En ese sentido, son los grandes grupos -Acciona, Ferrovial, FCC o Sacyr- los que se están repartiendo el pastel de la exportación, controlando de forma casi absoluta el mercado de las infraestructuras de desalinización. España también es el cuarto país del mundo en capacidad de desalinización -tres millones de metros cúbicos por día- aunque muchas de estas infraestructuras han sido, con razón, objeto de polémica: después de inversiones millonarias, están paradas.

3. Crecimiento del comercio electrónico

Quizás el hecho de que España sea líder europeo en uso de smartphones, con un 66% de penetración, tenga que ver con el hecho de que también sea el país del continente con mayores perspectivas de crecimiento para el comercio electrónico.

Aunque existen ejemplos muy valiosos de empresas españolas que han alcanzado niveles de internacionalización récord, como Barrabés, la tienda especializada en productos de montaña, de momento la mayoría del negocio está en casa.

De momento, es el turismo, actividad económica tradicional de España, el principal negocio. En cuanto a nombres propios, el líder es El Corte Inglés, con una facturación online que ronda los 400 millones de euros al año

No obstante, las cifras son buenas. Según el último informe Forrester, España será el mercado europeo que experimentará un mayor crecimiento del comercio electrónico hasta 2017, con una tasa de aumento del 18% anual, llegando a los 9.100 millones de euros. Según las mismas previsiones, Europa alcanzará los 191.000 millones de euros en ventas dentro de cinco años, liderando el mercado mundial.

De momento, es el turismo -actividad económica clásica en España- el principal negocio. En cuanto a nombres propios, el líder es El Corte Inglés, con una facturación online que ronda los 400 millones de euros al año.

4. Energías renovables

Es, desde hace años, una de las banderas de la Marca España, y es muy habitual que los políticos la ondeen en público, el último José Manuel García-Margallo, ideólogo del nuevo documento destinado a vender las bondades del país a los inversores internacionales, un dossier donde las renovables ocupan un lugar significativo.

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No es para menos. Sólo tomando el ejemplo de las patentes, España es el quinto país del mundo que más registra en el sector -sobre todo en energía solar, el 43,6% del total-, por detrás de Estados Unidos, Japón, Alemania y Reino Unido.

Sin embargo, organizaciones ecologistas como Greenpeace piensan que se está tirando por la borda el esfuerzo de los últimos años con el Real Decreto-Ley 9/2013, una legislación mediante la que se minimizan los incentivos a las energías renovables, primas que según el Ministerio de Industria han originado una burbuja que ha encarecido la factura de la luz.

En cualquier caso, más allá de los problemas internos -no son exclusivos de España- causados por la falta de sostenibilidad en el crecimiento del sector y un intervencionismo sin rigor, las compañías españolas se sitúan entre las principales del mundo a la hora de exportar tecnología en el campo de las renovables.

Nuevos mercados como China y Latinoamérica están preparados para abrazar grandes proyectos en los que estas firmas están obligadas, ahora sí, a ser competitivas, objetivo sólo posible mediante la inversión en innovación, tanto a nivel de materiales -por ejemplo, los puntos cuánticos podrían sustituir también al silicio en la fabricación de paneles solares- como de automatización.

Mientras sectores tradicionales, sobre todo en el mercado interno, como la construcción, se derrumban, España está encontrando otros nichos de innovación para aliviar la situación. Salvo en el caso del comercio electrónico, no los encuentra en casa, sino en el mercado internacional. Y mediante una fórmula de manual: innovación tecnológica e internacionalización. Suena a tópico, pero funciona.

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