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El lado oscuro de Twitter: una activista, blanco del acoso en la red social
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SUFRE AMENAZAS DE MUERTE Y VIOLACIÓN

El lado oscuro de Twitter: una activista, blanco del acoso en la red social

Una victoria para el feminismo británico desencadenó en apenas unas horas un bombardeo continuo de mensajes insultantes y amenazantes

Foto: Caroline Criado-Perez (The Independent)
Caroline Criado-Perez (The Independent)

Todo empezó el pasado miércoles con una victoria –pequeña pero simbólica- para el feminismo británico: a partir de 2017, la escritora Jane Austen aparecerá en los billetes de 10 libras esterlinas. Será la única representación femenina, a parte de la reina Isabel II, en la moneda inglesa desde que el Banco de Inglaterra decidió sustituir a la activista del siglo XIX Elizabeth Fry por el ex Primer Ministro Winston Churchill.

El logro fue resultado de una campaña iniciada para remediar esa situación y reclamar una mayor presencia femenina en algo de uso tan cotidiano como es el dinero. Un paso simbólico pero muy importante para los colectivos que defienden la visibilidad de la mujer en todos los ámbitos de la vida pública.

Amenazas de muerte y de violación

Pero, por sorprendente que parezca, no todo el mundo está de acuerdo en hacer más visibles a las mujeres y en Twitter se produjoun fenómeno que nadie esperaba.Caroline Criado-Perez,periodista y activista que ha liderado la campaña para situar a Austen en los billetes de 10 libras, recibió multitud de mensajes felicitándola, pero también un acoso ininterrumpido en forma de comentarios ofensivos; incluidas amenazas de muerte y, sobre todo, de violación.

Todos eran mensajes de hombres, hombres a los que no les gusta que las mujeres levanten la voz ni aparezcan en público

Amparados en el anonimato y la fugacidad, una multitudde usuarios sintió la seguridad suficiente como para publicar comentarios agresivos, intimidantes o directamente violentos contra ella. “Todos eran mensajes de hombres, hombres a los que no les gusta que las mujeres levanten la voz ni aparezcan en público”, cuenta Criado-Perez en The Independent.

“Mucha gente me dijo que los ignorase. Después de todo, no se debe alimentar a los trolls, ¿no? Pero acabábamos de lograr una gran victoria frente al Banco de Inglaterra y yo no iba a ser silenciada por estos hombres. No iba a darles lo que ellos querían”, añade.

Además de denunciarlo ante las autoridades, la activista comenzó a responder a las amenazas, y a medida que lo hacía, más usuarios se unieron a ella en una corriente de denuncia, acallando las amenazas y devolviéndolas al rincón del que nunca debieron salir. Cientos de usuarios anónimos expresaron su apoyo a Criado-Perez, y muchos periodistas se hicieron eco de la lluvia de amenazas, llevando el incidente más allá de la anécdota, y abriendo un debate más profundo, ¿qué se puede hacer cuando la libertad de expresión pasa a la amenaza directa?

Muchos ojos se han vuelto a buscar una respuesta en la propia red social. Las autoridades policiales son las únicas que pueden tomar medidas directas –un hombre fue detenido en la madrugada del domingo por amenazas a Criado-Perez en Twitter-, pero algunos usuarios consideran que la red social tiene cierta responsabilidad sobre lo que se publica en ella, y que debe tomar cartas en el asunto.

La respuesta de Twitter es "débil" e "insuficiente"

El procedimiento que Twitter sigue ante estos hechos es siempre el mismo: aconseja a las víctimas de las amenazas que lo denuncien ante la policía, y a los usuarios en general que utilicen los formularios puestos a su disposición para reportar las cuentas que publican estas amenazas. Algo complicado cuando el acoso es continuado, y considerado “insuficiente” y “débil” por muchos, incluida la propia Criado-Perez y también por la subsecretaria de Estado británica, Yvette Cooper.

Twitter ha fallado no solo a Caroline, sino también a otras mujeres y niñas que se han encontrado con abusos similares

Cooper ha apelado a la responsabilidad de las redes socialesy les ha pedido que no toleren este tipo de acoso, amenazas de violación y “comportamiento potencialmente criminal”. “La respuesta de Twitter ha sido claramente inadecuada y ha fallado no solo a Caroline, sino también a otras mujeres y niñas que se han encontrado con abusos similares en su red social”, escribió Cooper a Tony Wang, director general de Twitter en Reino Unido.

La llamada de atención a la red de microblogging se ha ido extendiendo: hace días se ha puesto en marcha una petición en la plataforma de iniciativas colectivas Change.org, pidiendo a Twitter una política de tolerancia cero ante las amenazas. La recogida de firmas ya cuenta con más de 54.000, y subiendo.

La red social trabaja para agilizar las denuncias

Wang, por su parte, asegura que Twitter se toma muy en serio los casos de acoso. Añade además que la compañía estudia fórmulas para agilizar y facilitar la denuncia de estos hechos y la expulsión de los usuarios que incumplen las normas de uso. Una solución podría ser la implementación de un botón que permita enviar un tuit de denuncia directamente al encontrar una cuenta que cometa estas infracciones. Mientras tanto, sigue remitiendo al formulario de denuncia.

Hay muchos aspectos que la red social debe tener en cuenta, como el respeto a la libertad de expresión y los aspectos prácticos de gestión de denunciasantes de tomar una decisión en este sentido. Pero la tibieza de la respuesta ha disgustado a muchos usuarios que consideran este tema demasiado urgente.

Por último, algunas voces han comenzado a organizar un boicotpara el próximo día 4 de agosto. Piden alos usuarios quese abstengan de utilizar sus cuentas de Twittercomo muestra de rechazo.

Todo empezó el pasado miércoles con una victoria –pequeña pero simbólica- para el feminismo británico: a partir de 2017, la escritora Jane Austen aparecerá en los billetes de 10 libras esterlinas. Será la única representación femenina, a parte de la reina Isabel II, en la moneda inglesa desde que el Banco de Inglaterra decidió sustituir a la activista del siglo XIX Elizabeth Fry por el ex Primer Ministro Winston Churchill.

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