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Disney cierra a traición el carismático estudio LucasArts
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PARA EXPLOTAR LOS DERECHOS DE 'STAR WARS'

Disney cierra a traición el carismático estudio LucasArts

Las sospechas se confirman: Disney, que adquirió Lucasfilm y su filial dedicada a los videojuegos LucasArts el pasado mes de octubre, ha optado por echar el

Foto: Disney cierra a traición el carismático estudio LucasArts
Disney cierra a traición el carismático estudio LucasArts

Las sospechas se confirman: Disney, que adquirió Lucasfilm y su filial dedicada a los videojuegos LucasArts el pasado mes de octubre, ha optado por echar el cierre de la segunda. Según revela el portal Kotaku, la empresa creadora de Mickey Mouse ha informado a 150 empleados de la desarrolladora su cese de actividad y consecuente despido.

Muchos apuntaron, al conocerse la noticia de la compra, que Disney podría estar interesada en sacar partido de las licencias de Lucasfilm y no en las propias compañías que la componen, un argumento que hoy se demuestra correcto. Entre sus franquicias en cartera destaca sobre todas Star Wars, pero también Monkey Island, Maniac Mansion e Indiana Jones. Consumada la compra por más de 4.000 millones de dólares, LucasArts se presentaba como el patito feo de un 'pack' de productos que incluye postres tan suculentos como Industrial Light & Magic o Lucasfilm Animation.

"Después de evaluar nuestra posición en el mercado de los videojuegos hemos decidido cambiar LucasArts del modelo de desarrollo interno a uno de gestión de licencias, minimizando así el riesgo de la empresa al tiempo que se consigue una cartera de juegos con una mayor calidad", informó Disney en un comunicado, que concluye con un párrafo que suena a misa de réquiem: "Como consecuencia tendremos despidos en toda la organización. Estamos extraordinariamente agradecidos a todos y muy orgullosos del talento de los equipos que están desarrollando los nuevos títulos", explican en referencia a la probable cancelación de Star Wars 1313 y Star Wars: First Assault, los últimos juegos que se habían anunciado y que mantenían en tensión a su legión de seguidores.

Así, la denominación y el logo de LucasArts seguirán existiendo, si bien desprovistos de inteligencia. Los trabajadores de LucasArts ya habían advertido que, desde que pertenecen a Disney, las contrataciones de publicidad y servicios se habían congelado, aunque nadie se atrevía a predecir el cierre de uno de los estudios decanos del 'software' de entretenimiento. Menos aún cuando George Lucas, fundador de la compañía y padre de la saga galáctica, aseguraba en una entrevista en televisión que, tras la venta a Disney, Star Wars y Lucasfilm entraban "en su etapa más divertida".

De este modo, Disney pone fin a uno de los escasos estudios con solera del panorama del ocio digital. Fundada en 1982 por el propio Lucas, LucasArts nació con la intención de expandir la mercadotecnia de los éxitos del cine a la pujante industria del videojuego. No obstante, la compañía tomaría cuerpo a finales de la década, tras desligarse de su matriz Lucasfilm para dedicarse por completo a los juegos para ordenador.

Y lo que se concibió para poco más que engordar la cuenta de resultados terminó por cambiar las reglas del juego. LucasArts se especializó en el nicho de las aventuras gráficas, donde reinaba la Sierra Entertainment del matrimonio Williams, y de la mano de unos jóvenes Ron Gilbert, Tim Schafer o Sean Clark lo revolucionaría todo. Tras unos primeros lanzamientos con más ganas que oficio llegaron los grandes avances del género: el interfaz SCUMM y el sistema de sonido iMuse, unas herramientas que a la postre serían el sello diferenciador de Lucas y el anhelo de cualquier desarrollador de la época. Es más, su eficacia ha sobrevivido a la carrera tecnológica con tal frescura que hoy están disponibles en cualquiera de las plataforma actuales gracias al trabajo desinteresado de anónimos de todas las partes del mundo. ¿Cuántas herramientas informáticas pueden decir lo mismo veinte años después de su lanzamiento?

Algunos de los títulos que la factoría con sede en el Presidio de San Francisco todavía permanecen en el imaginario colectivo. Es el caso de la saga Monkey Island, alabada por la crítica internacional y que sigue 'inspirando' la línea de las películas de piratas actuales. De su éxito habla la devoción que su creador, Ron Gilbert, sigue experimentando en las redes sociales 22 años después de su lanzamiento, lo que ha llevado a reeditar los dos primeros juegos en alta resolución con los comentarios del director, marcando un hito en el sector de los videojuegos. 

Gilbert lamentaba ayer el cierre de la que fue su 'casa': "Es duro para mí evitar no estar triste hoy. (...) Crecí allí y guardo amigos de esa época para toda la vida, fueron ocho de los años más memorables de toda mi vida. (...) Aún sigo esperando recuperar los derechos de Monkey Island algún día".

Semejante admiración, aunque en menor medida, despertaron títulos como Maniac Mansion (1987) y su continuación Day of the Tentacle (1993), Loom (1990), Indiana Jones and the Fate of Atlantis (1993), Sam & Max: Hit the road (1993) o Grim Fandango (1998). Después, la nada. La caída del interés por la aventura gráfica devino en un lento palidecer de LucasArts, que vio como la mayor parte de su talento se fugaba en busca de proyectos más interesantes. La larga pléyade de juegos de Star Wars que los precedieron, hasta 46, atrajo a una nueva generación de usuarios, pero ni mucho menos tan cuantiosa -y lucrativa- como la anterior.

Con el solo empuje de los 'jedis', el desinterés creciente de George Lucas por su universo y las numerosas divisiones enfocadas al videojuego en Disney, LucasArts estaba abocada a la desaparición desde el mismo momento que se ratificó el acuerdo de adquisición. Ayer a última hora de la tarde LucasArts, la que pudo reinar en el mercado de los videojuegos, entró en coma irreversible. Es la primera defunción en la cuenta de Disney, pero no será la última. Disney exprimirá a los jedis, al aventurero del látigo y las fábricas de efectos especiales hasta que estén vacíos y después, quizá busque a quien tenga interés en reflotar las franquicias. Si es que queda algo.

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Las sospechas se confirman: Disney, que adquirió Lucasfilm y su filial dedicada a los videojuegos LucasArts el pasado mes de octubre, ha optado por echar el cierre de la segunda. Según revela el portal Kotaku, la empresa creadora de Mickey Mouse ha informado a 150 empleados de la desarrolladora su cese de actividad y consecuente despido.