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España podría volver a la lista 301 de países piratas. ¿En qué nos afecta?
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LA INCLUSIÓN PUEDE ACARREAR SANCIONES COMERCIALES

España podría volver a la lista 301 de países piratas. ¿En qué nos afecta?

La pasada semana Madrid recibió la visita de un ilustre personaje: Christopher Dodd, presidente de la Motion Pictures Asociation of America (MPAA) y, a la sazón,

Foto: España podría volver a la lista 301 de países piratas. ¿En qué nos afecta?
España podría volver a la lista 301 de países piratas. ¿En qué nos afecta?

La pasada semana Madrid recibió la visita de un ilustre personaje: Christopher Dodd, presidente de la Motion Pictures Asociation of America (MPAA) y, a la sazón, máximo defensor de los derechos de propiedad intelectual en el mundo. Fue un viaje relámpago en el que apenas tuvo tiempo para tres entrevistas, una con los medios, otra con un organismo que gestiona los derechos de autor y una última con el presidente Rajoy

Según ha podido saber Teknautas, Dodd pasó por España repartiendo paladas de cal y de arena a partes iguales. En Moncloa todo fueron buenas palabras y agradecimiento por haber sacado adelante la ley Sinde-Wert, mientras que en círculos más privados el ex senador demócrata expresó una profunda preocupación por la "falta de contundencia" con la que nuestro país combate la piratería. Y, aunque no llegó a mencionarlo en ningún momento, distintas fuentes interpretaron sus palabras como un aviso de que España podría volver a la lista 301 de países piratas inminentemente.

Nuestro país figuró en esta lista de seguimiento elaborada por la Cámara de Comercio de Estados Unidos desde 2008 hasta 2011. En el Informe Especial de 2012 el discurso cambió radicalmente por el avance del reglamento Sinde. "Estados Unidos aplaude la regulación adoptada en la 'ley Sinde', una medida para combatir la piratería en internet", reza el texto dedicado a España, que ya advierte un aumento de la vigilancia al ejecutivo de Rodríguez Zapatero:  "EEUU monitorizará  su puesta en marcha, así como su efectividad a nivel global global para frenar este problema [...] Urge que España remedie su alto índice de piratería, y Estados Unidos trabajará junto a España para conseguirlo."

"Más acción"

Un año después, y pese a que el reglamento de la ley Sinde-Wert ha entrado en vigor, los 'lobistas' norteamericanos siguen torciendo el gesto al hablar de España. La Comisión Sinde apenas ha actuado contra una decena de sitios web y se ha revelado insuficiente para poner fuera de juego a las grandes páginas de descargas. Organizaciones como EGEDA (Entidad de Gestión de Derechos Audiovisuales) ya han lamentado la "lentitud de trabajo" de la Comisión y consideran que "seguimos igual o peor". El último Observatorio de la Piratería arroja datos incontestables: según su informe, en España se piratea el 98% de la música que se consume y el 73,9% del cine.

A tenor de las informaciones que ha podido recabar este medio, Dodd recordó varias veces en su fugaz paso por Madrid que Washington "espera ver más acción" contra las copias ilegales. Así las cosas, España podría volver a ser incluida en la 301 en la próxima edición. ¿Las consecuencias? El regreso de la presión de Estados Unidos sobre Moncloa y, en el último de los casos, sanciones comerciales, aunque en el caso español podría encontrarse con impedimentos de la Organización Mundial del Comercio (WTO)

Ucrania fue el primero de los estados en sufrir las consecuencias de figurar en las 301. En 2001, Estados Unidos impuso unas tasas prohibitivas a la importación de metales y calzado a la ex república soviética debido a su incapacidad para frenar su mercado de ventas de CD ilegales. Ucrania, como España, logró salir de la lista y levantar las tasas especiales, si bien en el último informe ha vuelto a ser amonestada por el gobierno de Barack Obama.

La pasada semana Madrid recibió la visita de un ilustre personaje: Christopher Dodd, presidente de la Motion Pictures Asociation of America (MPAA) y, a la sazón, máximo defensor de los derechos de propiedad intelectual en el mundo. Fue un viaje relámpago en el que apenas tuvo tiempo para tres entrevistas, una con los medios, otra con un organismo que gestiona los derechos de autor y una última con el presidente Rajoy