¿Están los emprendedores españoles obsesionados con Silicon Valley?

Dos palabras fundamentales sobrevuelan los pensamientos de (casi) cualquier emprendedor tecnológico español: Silicon Valley. Como si fuera el nuevo El Dorado, no existe un emprendedor que no haya especulado (o al menos fantaseado) con la posibilidad de irse allí.

Es por ello que, a día de hoy, cada vez son más las grandes instituciones que organizan concursos de emprendedores entre cuyos premios está la oportunidad de viajar a Silicon Valley, conocer las oficinas de las grandes tecnológicas del mundo y, quién sabe, plantearse la posibilidad de hacer las maletas y quedarse allí de forma indefinida.

Yuzz, Plug and Play, La Caixa, Go to Silicon Valley... la luz de San Francisco brilla en las pupilas de miles de emprendedores y se ha convertido en el perfecto destino de peregrinos que a menudo piensan que deberían salir de España y asentar su 'startup' en el Valle.

El valor de Silicon Valley a la hora de exponer tu negocio e intentar hacerlo crecer es, evidentemente, indudable. Sin embargo, el 'glamour' que lo rodea también hace que muchos emprendedores piensen que su 'startup', se dedique a lo que se dedique, triunfará en cuanto pise suelo americano y conseguirá la financiación y los resultados que no en nuestro país no alcanza.

Pero... ¿es realmente el camino ineludible del éxito? ¿Constituye 'per se' una solución a todas las empresas que consideran que su crecimiento no es tan alto como querrían debido a su localización geográfica en España? ¿Puede ir cualquiera a Silicon Valley? ¿O hay que hacerse una serie de preguntas antes de coger el avión?
"Antes de ir, tienes que saber a qué vas"Miguel Ángel Díez Ferreira, nuestro bloguero de #siliconvalleyfacts, intenta poner un poco de luz: "No te puedes ir a lo loco, a ciegas. Silicon Valley no va a solucionar tus problemas ni te va a llevar al éxito simplemente plantándote allí. Además, es un sitio con unos costes elevadísimos, así que habría que plantearse varias cosas antes de ir".

En primer lugar, "para irte tienes que saber a qué vas, qué objetivos tienes. Yo me fui porque quería cerrar acuerdos de negocio con grandes fabricantes de televisión, que estaban lanzando productos para 'smart TV', y en España nos estaba costando cerrar acuerdos globales".

Por otro lado, "tenemos muchos más clientes fuera que dentro de España, así que teníamos que pensar en global". Además, "como habíamos cambiado el modelo de negocio, teníamos que evaluarlo allí y conseguir financiación. Al final cumplimos los tres objetivos".

En su caso le salió bien, pero avisa: "Tengo suficientes cicatrices de mil batallas como para creer a estas alturas que, por el hecho de trasladarse allí, los problemas de una empresa se van a solucionar como por arte de magia". 

En absoluto: "Silicon Valley no es la solución a tus problemas. (...) Los inversores no te van a regalar el dinero por tu cara bonita y un 'power point' bien diseñado. Tampoco vas a poder conseguir salir en los medios digitales más influyentes del planeta para que conviertan tu proyecto en el nuevo Pinterest, por mucho que vayas a los eventos que organizan".
"Tienes que pensar si realmente necesitas estar allí"Además, el dinero es un gran obstáculo: "Es un sitio carísimo, tienes que estar convencido de lo que vas a hacer porque, si no, te gastarás todo tu dinero sin darte cuenta".

También hay que tener en cuenta a la competencia: "Silicon Valley tiene la mayor concentración de talento del mundo. Los mejores emprendedores y trabajadores del mundo están allí, y tienes que competir con todos ellos. No compites con algunos; compites, prácticamente, con todos".

En cualquier caso, tampoco quiere desanimar: "Si vas con las ideas claras, puede ser el empujón que necesita tu empresa. Es cuestión de plantearte si de verdad necesitas estar allí. Y, en caso de que vayas, qué quieres conseguir y cuánto tiempo necesitas".