Desarrollan el brazo robótico más preciso capaz de ser controlado con la mente

Jan Schüermann es una mujer de 53 años que sufre una enfermedad degenerativa y está paralizada del cuello para abajo. Desde hace 13 años no es capaz de sujetar ningún objeto, pero ahora, gracias a un brazo robótico que controla con el pensamiento y que ha sido desarrollado por investigadores estadounidenses, lo ha conseguido.

No es la primera vez que se presenta un dispositivo de estas características, pero nunca tan preciso. Otros sistemas ya han permitido a pacientes paralíticos mecanografiar o escribir a mano simplemente pensaNdo en las letras que quieren plasmar. El mes pasado sin ir más lejos, investigadores en Suiza usaron electrodos implantados directamente en la retina para permitir leer a un paciente no vidente. Sin embargo, los responsables de este nuevo brazo destacan que nunca hasta ahora se había conseguido un control tan preciso y tan natural. 

"Es tan fantástico", dijo Scheuermann durante una conferencia de prensa. "Estoy moviendo objetos. Solo es cuestión de pensar "Quiero hacer eso", para que ocurra", señaló la paciente.

En el último estudio que le llevaron a cabo y publicado en la revista The Lancet, un equipo de investigadores del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh implantó dos dispositivos de microelectrodos en la corteza izquierda de la paciente, la parte del cerebro que inicia el movimiento. Los médicos usaron una técnica de escáner del cerebro en tiempo real, llamada resonancia magnética funcional, para encontrar la parte exacta del cerebro que se activaba al pedirle a la paciente que pensase en mover uno de sus brazos paralizados.

Los electrodos se conectaron a la mano robótica a través de un equipo que ejecuta un complejo algoritmo que traduce las señales imitando la forma en que un cerebro controla las extremidades sanas.

"Esos electrodos son dispositivos destacables ya que son muy pequeños", reconoció Michael Boninger, investigador que trabajó en el estudio. Pero Boninger dijo que la forma en que opera el algoritmo es el principal avance. Traducir con precisión las señales cerebrales ha sido uno de los mayores retos en las prótesis controladas por la mente.

"Ahora no hay límite para decodificar el movimiento humano", dijo. "Se vuelve más complejo cuando se trabaja en partes como la mano, pero creo que una vez que se puede lograr el movimiento deseado en el cerebro, entonces el movimiento que se realiza tiene una amplia gama de posibilidades", agregó.

Les llevó semanas a los expertos entrenar a Schüermann para que dominase el control de la mano, pero al final fue capaz de moverla y con el tiempo incluso logró completar tareas -como sujetar objetos, orientarlos y moverlos a la posición deseada-, con una tasa de éxito del 91,6 por ciento.

"Esta interfaz cerebro-máquina bioinspirado es un notable avance tecnológico y biomédico", añadió Grégoire Courtine, del Instituto Federal Suizo de Tecnología en Lausana. "Aunque hay muchos retos por delante, este tipo de sistemas se está acercando rápidamente al punto de avance clínico", dijo Courtine en un artículo de opinión vinculado con el estudio.