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El 'tuit' del millón de dólares
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"NOS ENCONTRAMOS CON UN MILLÓN SIN BUSCARLO"

El 'tuit' del millón de dólares

Scott Ferreira trabajaba concentrado en la pantalla de su ordenador. El día estaba resultando fructífero y no había tiempo que perder. Este joven de Arizona cursaba

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El 'tuit' del millón de dólares

Scott Ferreira trabajaba concentrado en la pantalla de su ordenador. El día estaba resultando fructífero y no había tiempo que perder. Este joven de Arizona cursaba sus estudios en una universidad californiana y estaba trabajando en una hoja de cálculo en la que almacenar todas sus contraseñas y claves de acceso. De repente, el asunto se puso feo: el ordenador se bloqueó y nuestro hombre perdió toda la información. Frustrado, Scott se dispuso en ese momento a buscar alguna solución en la red para poder almacenar sus contraseñas y descubrió que todas tenían carencias. 

Así, de esa forma tan espontánea, había nacido MySocialCloud.com, un almacén en la nube donde los usuarios pueden guardar a buen recaudo sus contraseñas y otros datos de interés. Uno puede pensar que se trata de otra startup de las múltiples que surgen a diario, pero no. El proyecto de los Ferreira (se uniría más tarde su hermana) recibió como por arte de magia 1 millón de dólares. Y todo por un ‘tuit’.

Como apuntamos, Scott trasladó a su hermana Stacey sus planes, y ésta no dudó en unirse al proyecto. Se había fraguado un nuevo servicio que, como veremos, no pasaría desapercibido. Y fue gracias a Twitter que las cosas cambiarían definitivamente para los Ferreira y la criatura que tenían entre manos: ambos eran usuarios de la conocida red social y les llamó la atención un mensaje en ella de Richard Branson. El fundador de Virgin Group escribió en su cuenta de Twitter que estaría dispuesto a reunirse en Miami y charlar con aquellos que donaran 2.000 dólares a su ONG Free the Children. 

Los Ferreira ni lo dudaron. Con el apoyo económico de sus padres, la pareja reunión el dinero necesario para la donación y escribió a la cuenta de correo indicada mostrando su interés en asistir. Y fueron seleccionados. Estos emprendedores se vieron al cabo de un par de días en Miami en un encuentro que cambiaría sus vidas.

Ahí estaban, con poco más de veinte años y en un cóctel en el que no conocían a nadie, cuando de repente irrumpió en la sala Branson. Las ocasiones están para aprovecharlas y nuestros protagonistas no dudaron en acercarse al multimillonario. “Comenzamos a charlar y apenas tuve tiempo de ponerme nervioso”, confesó Scott Ferreira; “le contamos rápidamente nuestra idea y enseguida nos entregó su tarjeta de visita”. Concluida la aventura, la pareja regresó a California pero mantuvo el contacto con Branson, que a su vez les presentó a Jerry Murdock, cofundador de la sociedad de capital riesgo Venture Partners. La llama seguía viva y Murdock voló a California para conocer más de cerca los planes de esta pareja de aventureros. Al día siguiente les anunció solemne que él y Richard Branson invertirían en el proyecto.

“Este encuentro propulsó nuestro proyecto”, reconoce entusiasmado Scott, que ahora lidera un equipo de nueve personas que trabajan a brazo partido por lanzarlo oficialmente (en la actualidad está en fase beta). La pareja mantiene el contacto con Branson y le envían correos con sus evoluciones continuamente, mientras trabajan entusiasmados en su sueño ¿tesón? ¿oportunismo? ¿el azar? Scott cree que un poco de todo. “Si no hubiera abierto Twitter ese día no estaríamos donde estamos ahora”, sentencia.   

Scott Ferreira trabajaba concentrado en la pantalla de su ordenador. El día estaba resultando fructífero y no había tiempo que perder. Este joven de Arizona cursaba sus estudios en una universidad californiana y estaba trabajando en una hoja de cálculo en la que almacenar todas sus contraseñas y claves de acceso. De repente, el asunto se puso feo: el ordenador se bloqueó y nuestro hombre perdió toda la información. Frustrado, Scott se dispuso en ese momento a buscar alguna solución en la red para poder almacenar sus contraseñas y descubrió que todas tenían carencias.