Es noticia
El gran debate de la burbuja en Silicon Valley
  1. Tecnología

El gran debate de la burbuja en Silicon Valley

En las últimas semanas, sobre todo tras la compra de Instagram por parte de Facebook, se ha recrudecido el debate sobre si realmente hay una burbuja

En las últimas semanas, sobre todo tras la compra de Instagram por parte de Facebook, se ha recrudecido el debate sobre si realmente hay una burbuja en las valoraciones de las startups digitales o no. Se publican artículos al respecto en todo tipo de medios, Twitter arde de comentarios y hasta se discute públicamente entre algunos de los más renombrados expertos del sector. Antes del pelotazo de Instagram se hablaba más bien poco del tema, salvo algún artículo recurrente en medios tradicionales poco amigos del negocio digital, pero tras la valoración de 1.000 millones de dólares para una startup con 12 empleados, que solo tiene una aplicación móvil, y que no factura un solo euro, el debate de la burbuja está en su momento cumbre.

Como suele ocurrir en estos casos, hay opiniones para todos los gustos. La mayoría de los directamente implicados, que tendrían mucho que perder si la supuesta burbuja pinchase, niegan rotundamente la existencia de la misma. Otros, a los que no les interesa demasiado que el mercado digital crezca con tanta rapidez, señalan las altas valoraciones basadas en proyecciones futuras de compañías que ahora no tienen ingresos ni modelo de negocio conocido como una prueba evidente de la existencia de la misma.

Al "caso Instagram" se unen otros. El más sangrante es posiblemente el de la red social móvil Path, que ha recibido hace poco US$ 40 millones de inversión a una valoración de 250 millones, también sin modelo de negocio, también sin ingresos y con solo dos millones de usuarios en su haber. En su caso está lejísimos de ser líder de su sector (eso hay que reconocérselo a Instagram) y pretende competir nada menos que con Facebook. Tenemos también el bluf (esperado por gran parte de los expertos) de la IPO de Groupon, que acumula ya una caída del 42% desde su debut en el mercado. Y lo que te rondaré morena. O la recién conocida inversión en Evernote que ha elevado la valoración de la compañía a... ¡sí, 1.000 millones de dólares! Aunque no creo que los valga ni de lejos, al menos Evernote sí parece tener un modelo de negocio e intención de generar ingresos, pero ya parece que si tu startup no vale al menos un billón americano no eres nadie en Silicon Valley. ;)

La inminente salida a Bolsa de Facebook por valor de entre 85 y 95 mil millones de dólares, aunque en mi opinión no es ni remotamente comparable, también añade leña al fuego del debate.

Hay un chiste que circula por Twitter que resume la estupefacción que generan las últimas operaciones del sector: "Un millón de tipos entran en un bar en Silicon Valley. Ninguno de ellos compra nada. El bar es declarado un éxito arrollador". E incluso ya se empiezan a hacer variaciones del chiste que explican el fenómeno en sentido inverso con una retranca que parece gallega: "Un millón de tipos entran en un bar en Silicon Valley, y TODOS compran cerveza. El VC que invirtió en el bar está desolado".

En mi opinión aquí sí hay burbuja, pero solo afecta a un número limitado de empresas, que además del hecho de no facturar cumplen todas ellas unos requisitos clave: inversores "estrellas" detrás de la firma, fundadores con muy buenos contactos y/o con algún éxito anterior, mucho "hype" en medios del sector y crecimiento rápido de usuarios

En las dos versiones del chiste está una de las claves del asunto: la diferencia en la forma de valorar una compañía entre las que generan ingresos y tienen modelo de negocio, y las que no tienen ni uno ni otro.

Las que tienen ingresos y un modelo de negocio que funciona y crece, son valoradas en función de esos datos, y por tanto tienen precios realistas e incluso diría que muy por debajo de su potencial real como apuntaba también Ron Conway. Es el mundo al revés. Un buen ejemplo sería Slideshare, comprada hoy mismo por LinkedIn por 119 millones de dólares: a pesar de ser líder y referencia absoluta de su segmento, de tener un producto y un modelo consolidado y probado a lo largo de muchos años, de tener un público fiel dentro del segmento empresarial y profesional, su valoración se queda lejísimos de las de Instagram o Path, por citar un par de casos. Y no es que no tenga potencial de crecimiento: al contrario, tiene un potencial gigantesco si pensamos en global y en llevar su modelo al móvil o a otras pantallas.

En cambio, si tu startup no tiene forma conocida de generar ingresos el precio de la misma no se puede basar en realidades, y pasa por tanto a calcularse en función de... ¿usuarios? ¿registros? ¿el precio que marquen los fundadores o los primeros inversores? Nadie lo sabe en realidad. Pero lo que está claro es que las valoraciones en algunos de estos casos se disparan...

En mi opinión aquí sí hay burbuja, pero solo afecta a un número limitado de empresas, que además del hecho de no facturar cumplen todas ellas unos requisitos clave: inversores "estrellas" detrás de la firma, fundadores con muy buenos contactos y/o con algún éxito anterior, mucho "hype" en medios del sector y crecimiento rápido de usuarios. La clave, claro, está en encontrarles comprador en el momento oportuno y, mientras tanto, seguir alimentando a la "bestia" con más y más dinero, mientras se aumenta el precio de la misma con sucesivas rondas de ampliación.

Ante esta situación, la tentación para el emprendedor es enorme. ¿Por qué me voy a matar para que mi empresa venda, si eso es justo lo que está penalizando el valor de la misma y mi capacidad para atraer inversión? ¿Por qué voy a gastar tiempo, esfuerzo y dinero en intentar afinar el modelo de negocio y demostrar que mi startup puede ser muy rentable, si el mercado lo que valora es exactamente lo contrario? ¿No es mucho más fácil centrarse en crear un producto "cool" y totalmente gratuito que me permita atraer a un público masivo, vender el chiringuito lo antes posible y que se coma luego el marrón el pardillo de turno que acabe quedándose con la criatura?

Aunque eso es lo que te pida el cuerpo con cada nueva noticia que lees sobre ventas o inversiones en Silicon Valley, no deja de ser una forma de hacerse trampas al solitario... y de poner en riesgo tu proyecto. Porque la citada burbuja se produce en realidad con un grupo muy reducido de empresas, todas ellas con unas circunstancias excepcionales. No es nada fácil entrar en ese grupo de privilegiados... y además no todo el mundo consigue dar el pelotazo: son mayoría las startups que, cumpliendo las condiciones y consiguiendo inversiones multimillonarias, no consiguen luego mantener su crecimiento o su "hype", y acaban diluyéndose como azucarillos y sin novia que los quiera. Me viene a la memoria Color... o Quora... o el futuro del propio Path salvo que tengan un golpe de suerte.

Pero, además, el viento puede cambiar en cualquier momento, y cuando lo haga y esta pequeña burbuja lateral estalle como ocurrió en el 2000, solo se salvarán las empresas capaces de generar caja por sí mismas, y que puedan demostrar que son capaces de tener clientes y de captar ingresos. Haya o no haya burbuja, solo éstas compañías prevalecerán a largo plazo.

En las últimas semanas, sobre todo tras la compra de Instagram por parte de Facebook, se ha recrudecido el debate sobre si realmente hay una burbuja en las valoraciones de las startups digitales o no. Se publican artículos al respecto en todo tipo de medios, Twitter arde de comentarios y hasta se discute públicamente entre algunos de los más renombrados expertos del sector. Antes del pelotazo de Instagram se hablaba más bien poco del tema, salvo algún artículo recurrente en medios tradicionales poco amigos del negocio digital, pero tras la valoración de 1.000 millones de dólares para una startup con 12 empleados, que solo tiene una aplicación móvil, y que no factura un solo euro, el debate de la burbuja está en su momento cumbre.

Silicon Valley