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El otro coste oculto de los móviles
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SOBREPRECIO EN LA FACTURA ELÉCTRICA

El otro coste oculto de los móviles

Lo hemos conseguido. Rodearnos de artefactos tecnológicos ha pasado de ser un capricho propio de tecnófilos empedernidos a convertirse en una auténtica necesidad, tan imprescindible como

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El otro coste oculto de los móviles

Lo hemos conseguido. Rodearnos de artefactos tecnológicos ha pasado de ser un capricho propio de tecnófilos empedernidos a convertirse en una auténtica necesidad, tan imprescindible como lo es la luz o la calefacción en casa. Los gadgets son caros, muy caros, pero sin ser realmente conscientes de ellos, estamos pagando un sobreprecio adicional que nos llega en forma de exceso de consumo eléctrico en la carga del dispositivo. Ya sabíamos que un aparato electrónico permanentemente conectado en modo stand-by supone un sobrecoste que notan nuestros bolsillos en las facturas de la electricidad en casa, pero hay un coste adicional que hasta ahora no se había cuantificado: la sobrecarga de las baterías. Ya saben, lo típico. Dejan el móvil cargando en la mesilla toda la noche para que al día siguiente esté la batería al máximo. Pues bien, de ese consumo de electricidad en la carga hay una parte que va directamente al sumidero y que E.ON ha cuantificado en 70 euros anuales por familia.

Un problema creciente

Hasta hace un par de años eran los móviles o a lo sumo el iPod. Hoy en día cuelgan de nuestros enchufes toda una ristra de aparatos que van desde el iPad, hasta el netbook pasando por la consola, el móvil o cualquier otro dispositivo que nos entretenga durante el día. El problema es creciente y estamos vislumbrando únicamente la punta del iceberg. El detallado estudio no deja títere con cabeza. Los dispositivos que encabezan el listado de sobrecargados son los portátiles y los móviles, pero otros aparatos menos esperados como los cepillos de dientes eléctricos o los teléfonos inalámbricos no les van a la zaga. Uno nunca lo había pensando, pero están siempre en su base malgastando una electricidad que acumulamos en factura a fin de mes.

A mayor desgracia, ese derroche de electricidad podría resultar perjudicial para las baterías de nuestros equipos: puede reducir su vida útil. En este sentido, está aflorando todo un mercado de accesorios para optimizar el consumo eléctrico en el propio enchufe y que persiguen el objetivo de acabar con esas pérdidas en el exceso de consumo. No crean que el asunto es menor: este estudio ha revelado que cerca de un 20% de los encuestados deja habitualmente los dispositivos en el cargador pese a que el indicador apunta que la batería está completamente cargada. ¿Por qué los dejamos conectados? La mayoría de los encuestados reconoce que les da “pereza” desenchufarlo o bien directamente que se olvidan.

Lo hemos conseguido. Rodearnos de artefactos tecnológicos ha pasado de ser un capricho propio de tecnófilos empedernidos a convertirse en una auténtica necesidad, tan imprescindible como lo es la luz o la calefacción en casa. Los gadgets son caros, muy caros, pero sin ser realmente conscientes de ellos, estamos pagando un sobreprecio adicional que nos llega en forma de exceso de consumo eléctrico en la carga del dispositivo. Ya sabíamos que un aparato electrónico permanentemente conectado en modo stand-by supone un sobrecoste que notan nuestros bolsillos en las facturas de la electricidad en casa, pero hay un coste adicional que hasta ahora no se había cuantificado: la sobrecarga de las baterías. Ya saben, lo típico. Dejan el móvil cargando en la mesilla toda la noche para que al día siguiente esté la batería al máximo. Pues bien, de ese consumo de electricidad en la carga hay una parte que va directamente al sumidero y que E.ON ha cuantificado en 70 euros anuales por familia.