El milagro de Instagram

“Es una locura, contamos ya con 13 millones de usuarios”, afirma Kevin Systrom, el joven fundador de Instagram, la red social que hace furor entre los usuarios del iPhone. El éxito del joven emprendedor no pasa desapercibido y  acaba de atravesar el umbral del olimpo en Silicon Valley, formando parte del selecto club de los “40 under 40” de Fortune. En esta exquisita lista, se codea, ni más ni menos, con figuras como Mark Zuckerberg o Larry Page. La pequeña start up fundada por este joven de 27 años celebra su primer aniversario, y lo ha hecho por todo lo alto: con 13 millones de usuarios en menos de un año se ha convertido en una de las redes sociales con mayor crecimiento de la historia, y lo más interesante del asunto, sin gastar un sólo céntimo en comunicación y marketing. Nuestro protagonista resta hierro al asunto y contesta pausado a un extensa entrevista realizada por Business Insider.

La magia de la inmediatez

El éxito llegó casi por casualidad. Systrom, programador de carrera, era un aficionado a la fotografía y desarrolló una sencilla aplicación que combinaba magistralmente el mundo de la fotografía con las redes sociales. La aplicación fue bautizada como Instagram y tan pronto como superó los férreos controles establecidos por Apple para su tienda de aplicaciones, descubrieron que la aventura tendría más trascendencia que la inicialmente prevista. Las descargas se producían a un ritmo frenético y pronto llegó al top ten de los listados. La idea detrás de la aplicación es sencilla: el usuario toma una foto con su iPhone y la comparte con Instagram, un producto a caballo entre app propiamente dicha, y red social, en la que se se sigue a usuarios y hay followers, al igual que en Twitter. De hecho, Instagram recoge lo mejor de esta red social y elimina lo más negativo: uno no se ve inundado con interminables tweets, pero al tiempo, disfruta de las fotos, que son mucho más descriptivas y transmiten mucho más que los 140 caracteres de la conocida red social.

Comentábamos antes que Instagram no había gastado un sólo euro en comunicación, pero es que tampoco ha facturado un sólo céntimo. Preguntado sobre el modelo de negocio y la presión que produce contar ya con 13 millones de usuarios, Systrom esboza los planes de futuro: no ignora los crecientes costes en los que se están viendo obligados a incurrir a medida que crece su criatura, y avanza que el modelo de negocio pasará por la venta de publicidad, aunque no ha especificado en qué formato. No hay prisas, y es algo que parece querer transmitir el sobrevenido líder. No parece, por otro lado, que vaya a haber grandes cambios en la estructura de esta empresa, aunque tal y como apunta Systrom, “pasaremos a 7 a 9 empleados”.

Pero posiblemente el cambio de futuro que más implicaciones pueda tener para esta joven start up sea el salto a otras plataformas, y en concreto a Android. Ser una aplicación únicamente para iPhone ha servido para catapultar Instagram a corto plazo, pero ahora ve limitado su éxito a los usuarios de este ecosistema. Un salto a Android ampliaría el abanico y perfil de usuarios, al tiempo que zafaría a Instagram del sambenito de ser una aplicación sólo para los usuarios del iPhone. Otra de las novedades que presentará en breve Instagram será la incorporación de vídeos. “Los vídeos son algo que veo en nuestro futuro”, afirma convencido, y atentos a este paso, porque situaría a esta aplicación gratuita en el ámbito del omnímodo YouTube. Entre tanto, Systrom se relaja en su silla. Preguntado sobre si piensa vender su jovencísima joya, contesta sin inmutarse: “Me encanta venir a trabajar cada mañana con mi gente, y espero que sea así durante mucho tiempo”.