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La crisis y la mala gestión ahogan a la biomedicina española
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EL CIPF SE ENFRENTA A UN ERE DEL 50% SIN DIRECCIÓN ALGUNA

La crisis y la mala gestión ahogan a la biomedicina española

El Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF), que fuera concebido como buque insignia de la ciencia biomédica en España, atraviesa sus días más oscuros.

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El Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF), que fuera concebido como buque insignia de la ciencia biomédica en España, atraviesa por sus días más oscuros. Dos ERE se ciernen sobre la plantilla y trece de sus 27equipos de investigación están a la espera de ser desmantelados. La institución, además, carece de dirección general y comité científico. ¿Cómo se ha llegado a desbaratar, en solo seis años, la joya de la corona de nuestra ciencia? Es esta una historia de crisis, mala gestión e injerencia política.

El CIPF fue constituido en Valencia en plena cresta del boomeconómicocomo una fundación cofinanciada entre la Generalitat, el Ministerio de Ciencia y los fondos europeos. Su misión: avanzar en el campo de la medicina regenerativa, aplicando los beneficios derivados de las células madre sobre ciertas enfermedades, como el cáncer, la esclerosis o los problemas cardiovasculares.

Los 60 millones que costó el edificio, en su mayoría sufragados por Bruselas, no fueron óbice para que Camps sacase pecho en la inuaguración: "Hoy es un gran día para la ciencia, para la Comunidad Valenciana, para España y para los que dedican su esfuerzo y su vida a la investigación", explicó, "porque aquí se va a investigar al más alto nivel de desarrollo, de modernidad, de apuesta, instrumentación y tecnología cosas que resolverán enfermedades".

Un político al frente de la biomedicina

Lo cierto es que la apuesta de la Consejería de Sanidad fue decidida, pues en los tres años sucesivos insufló hasta nuevemillones de euroscon el fin de conseguir las instalaciones científicas más modernas de Europa. Sin embargo, el problema residía en la propia semilla del proyecto. Quizá en contrapartida por el esfuerzo pecuniario, la Generalitat colocó a Rubén Moreno, un cargo político, al frente de una de una institución de ciencia puntera.

Ahora le acusan de malgastar y no mostrar el más mínimo interés por la dirección estratégica del Centro. "Se despilfarraron millones de euros en equipos que no fueron solicitados por investigadores y que no se han usado (por ejemplo, quirófanos electrónicos y salas blancas)", relata la investigadora del CIPF Deborah Burks en una carta abierta. Según Burks detalló posteriormente en la publicación Nature, los dispendios en maquinaria ascendieron a dosmillones de euros.

Trabajadores del Príncipe Felipe consultados por El Confidencial coinciden en presentar a Moreno más como un palo entre los radios que como una ayuda. "Bajo su dirección se trajeron algunos investigadores estrella, que vinieron fichados de fuera de España, y han terminado por irse por desavenencias con él. Luego, cuando faltó financiación, no movió un dedo para encontrarla", dice una fuente que prefiere mantener el anonimato.

De hecho nadie quiere hablar; no hasta que se resuelva la negociación con la Generalitat sobre los recortes de plantilla, cuya fecha límite está en el 18 de noviembre.

Moreno y la plantilla nunca llegaron a entenderse y la situación se tensó tanto que los últimos llegaron a pedir, en 2009, la sustitución del director en favor de otro con perfil más científico. Camps solo atendió parcialmente la petición y colocó de director científico a Carlos Simón, manteniendo a Moreno como director general. Moreno, por su parte, solo ha cambiado el mando por los cantos de sirena de González Pons, que le ha premiadoincorporándole como número 5 a las listas del Congreso por Valencia.

La crisis azota el CIPF

El marco de crisis económica ha recortado los fondos del centro en un 50% en los dos últimos años. Es más, durante el verano pasado la Consejería de Sanidad aplicó una rebaja retroactiva del 40% sobre el presupuesto de 2009.Esto es, reclamando fondos ya gastados. Durante los últimos meses, la Consejería de Salud ha filtrado a la prensa la idea de que el proyecto del Príncipe Felipe es "inviable", dinamitando de este modo las negociaciones y forzando la dimisión de Simón y todo el Comité Científico el 5 de septiembre.

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Aunque desde el CIPF aseguran a El Confidencial que "todos los actores de la negociación están trabajando para llegar a acuerdos que beneficien a todas las partes", las declaraciones del consellerRosado en las que decía que "en el año 90 un investigador dijo que iba a acabar con la diabetes. Han pasado 20 años y la diabetes sigue igual" han sentado como un tiro entre la plantilla.

Desde entonces, el CIPF se encuentra en situación de desgobierno. "Amenazan con dejarnos a casi todos en la calle y lo peor es que no tenemos quién nos represente. El Patronato designó a Vicente Felipo como nuevo director científico, pero todavía no ha 'aterrizado' y no está participando en las negociaciones con la Generalitat", lamenta un trabajador a este medio. Asegura también que los proyectos científicos se están amortizando 100% a base de concursos públicosy que Valencia solo costea el mantenimiento del edificio y los salarios de los trabajadores.

No parece ser suficiente y 108 de los 260 trabajadores del centro irán a la callesi nadie lo remedia, y los que se queden verán sus sueldos mermados a la mitad. Será el final de un proyecto científico de ensueño por el que nadie quiso remangarse. "Llevo 12 años trabajando en este país maravilloso y no quiero dejarlo ahora por la miopía de algunos políticos. (...) Rescatar el CIPF es cuestión de solamente dosmillones de euros. Peanuts[equivalente a minuciaen español]. Muchas gracias", se despide Burks en su carta.

El Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF), que fuera concebido como buque insignia de la ciencia biomédica en España, atraviesa por sus días más oscuros. Dos ERE se ciernen sobre la plantilla y trece de sus 27equipos de investigación están a la espera de ser desmantelados. La institución, además, carece de dirección general y comité científico. ¿Cómo se ha llegado a desbaratar, en solo seis años, la joya de la corona de nuestra ciencia? Es esta una historia de crisis, mala gestión e injerencia política.

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