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Las familias numerosas se quejan de Carmena: "Nos consideran algo de Franco"
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Las familias numerosas se quejan de Carmena: "Nos consideran algo de Franco"

La subida de las tasas de aparcamiento irrita a la asociación que las representa en Madrid. La presidenta de la entidad dice sentirse "huérfana" por el trato que le dispensa el Ayuntamiento

Foto: Fran y Esther con sus cuatro hijos.
Fran y Esther con sus cuatro hijos.

El reloj apenas marca las 6.30 de la mañana cuando suena la alarma. Comienza la rutina de cada día. Esther y Fran se turnan el baño para ducharse y vestirse. En pocos minutos levantan a sus cuatro hijos, les dan el desayuno y los llevan hasta el colegio para después ir al trabajo. Ninguno de los pequeños llega a los cinco años y, además, Esther espera ya al quinto. “El momento de salir de casa cuesta”, suspira Fran, aunque lo hace con optimismo: “Estás aportando futuro a la sociedad”.

En España hay cerca de medio millón de familias numerosas, de las que siete de cada diez están formadas por tres hijos. Sin embargo, dicen sentirse unidades extrañas, vistas como un resquicio de otro tiempo. Incluso “huérfanos" por las autoridades. Al menos así lo entiende María Menéndez, presidenta de la Asociación de Familias Numerosas en Madrid, que el mes pasado se presentó en el Palacio de Cibeles con más de 20.000 firmas para rechazar la subida del 50% en la tarifa de aparcamiento para los coches diésel y monovolúmenes que entrará en vigor en junio del próximo año.

El colectivo propone pagar una cuota especial por tener más de tres hijos. “No es que no queramos pagar, pero que no nos penalicen”, argumenta. Menéndez denuncia que son ya “muchas cosas” las que los enfrentan a la corporación de Manuela Carmena. La asociación protesta también por la retirada del bono social para la factura de la luz y la eliminación de las bonificaciones para el impuesto de bienes inmuebles, si bien es cierto que estas se eliminan solo sobre viviendas con un valor catastral superior a 408.000 euros y que el bono social depende del Ministerio de Energía. Otra de las reclamaciones del colectivo se dirige al Gobierno de Mariano Rajoy, al que exigen una rebaja del IVA de los pañales.

“Las leyes se olvidan de que existimos. Totalmente. Luego intentas contactar con ellos y no te cogen, no te contestan”, protesta Menéndez. Desde que entró el nuevo Gobierno local, la asociación tuvo un único encuentro con Marta Higueras, concejala del Área de Equidad, Derechos Sociales y Empleo. “Había una frialdad terrible, es algo puramente ideológico”, lamenta molesta la presidenta de la asociación, que reconoce haber tenido mayor proximidad con el Ayuntamiento cuando Ana Botella aguantaba el bastón de mando. Eso sí, las palabras del ejecutivo popular se quedaron solo en eso. En la concejalía de Hacienda asegura haberse topado con la misma respuesta: “A no ser que la familia se esté muriendo de hambre, no podemos hacer nada”. El departamento de Marta Higueras responde que la consejería mantiene reuniones con todas las asociaciones que solicitan cita, por lo que se reunirá con los representantes de las familias numerosas solo en caso de que estos lo pidan. Por ahora, advierten de que no consta ningún contacto con la entidad presidida por Menéndez más allá de la reunión mantenida el año pasado.

La representante de las familias numerosas dice que están consideradas como “algo de Franco, religiosas y de derechas o ricas”. “Es absolutamente falso”, tercia. Según una encuesta realizada por la Federación Española de Familias Numerosas (FEFN) y la Fundación Madrid Vivo a familias de todo el país, casi un tercio de estas vive con menos de 1.500 euros mensuales. A la asociación llegaron muchas parejas con problemas económicos solicitando ayuda, especialmente en los peores años de la crisis. Menéndez apunta que la entidad ajustó su presupuesto para colaborar “con algunas cosas”: apadrinamientos de cuotas o bonos para comprar en supermercados. “No podemos ayudar a todas de golpe, así que valoramos el número de hijos, situación laboral y si ya contaron con ayudas”, indica. Solo en la ciudad de Madrid, la asociación presta asistencia a más de 200 familias en cada una de las entregas de cheques que realizan.

Sin coche al centro

Con la llegada del tercer y cuarto hijo, Fran y Esther tuvieron que comprar un coche nuevo para llevar a toda la familia. “Hay cosas que tienes que sacrificar: una de ellas es no poder entrar en los párkings públicos de Madrid”, apunta. La altura del vehículo no le permite entrar en los aparcamientos del centro. También a la hora de irse de vacaciones se encuentran con el inconveniente de no poder alojar a más de cinco personas en una habitación de hotel, teniendo que recurrir a la opción de alquilar un apartamento.

En el encuentro con la concejala de Equidad y Derechos Sociales "había una frialdad terrible. Es algo puramente ideológico”, lamenta Menéndez

“Tiene sus dificultades, pero a nosotros nos compensa”, sonríe Fran, sobre todo cuando llega lo que en el argot de su casa se conoce ya como la ‘sexy hour’. Es el momento de la tarde en el que preparan la ducha y cena de los niños. “Hay gente que prefiere ir al gimnasio, cada uno invierte el tiempo como quiere”, defiende.

Y además de eso están las miradas. “Me da mucha rabia. Te ven con los niños en el colegio y es típico que te pregunten. Se meten en tu vida sin ningún permiso”, responde Menéndez, madre de nueve. Como la suya tan solo hay otras 194 familias en España y, al menos ella, admite que se vive bien: “Lo haces por algo que te gusta y te quiere”. Fran también se encontró con esos ojos de sorpresa o comentarios de padres y madres en la escuela de sus hijos. “Te dicen que hubiesen querido tener más hijos. Se medio excusan por no haber tenido más”, apunta perplejo. No entiende la falta de empatía que a veces percibe: “La estructura ha cambiado, pero eso no quiere decir que ya no existan familias así”.

"¿Quién pagará tu pensión si no tienes hijos?"

“Qué morro tienen por las subvenciones”, imita Marta Arauz, madre de cuatro niños de entre 9 y 16 años. “Habrá quien lo diga, pero al final el que se lo va a llevar al bolsillo eres tú”, anuncia. En uno de los países con la cuarta menor tasa de fertilidad de la OCDE, Arauz considera que las familias con más de tres hijos “ayudan a la humanidad y a España”. “El rejuvenecimiento de la población es mejor para todos”, concluye. Menéndez se pregunta quién pagará la pensión a alguien que no ha tenido descendencia. “A lo mejor le tengo que prestar un par de hijos para su pensión. El esfuerzo que pones en esa familia será un beneficio de todos”, advierte.

La presidenta de la asociación urge a que se impulse la familia y la natalidad. Mientras en países nórdicos como Dinamarca, con una tasa de fertilidad ligeramente superior a la española, el número de nacimientos empieza a crecer coincidiendo con las clases de educación sexual a adolescentes, Menéndez considera que uno de los principales actores que debe cambiar en España es la televisión. “Hay programas, series y películas en las que siempre salen homosexuales, están hasta en la sopa. ¿Por qué no haces lo mismo con la familia cuando está aportando algo positivo a todo el mundo?”, cuestiona, criticando también el fomento del aborto: “Si no se puede cuidar, hay otras personas que lo pueden acoger. Nadie quiere oír hablar de esto”.

Y ante todo ello, la familia numerosa. Marta lo tiene claro: muchas personas “deben su riqueza personal” a pertenecer a una de ellas. Fue su caso, con 14 años recibió sus primer calzado propio y se emocionó. “No hay necesidad de comprar cuando puedes heredar”, utilizando este recuerdo como ejemplo de los valores de “generosidad y comunidad” que emergen en una vivienda de este tipo. Eso sí, reconoce que para crecer en “un entorno privilegiado” así, se requiere “una economía más potente”.

El reloj apenas marca las 6.30 de la mañana cuando suena la alarma. Comienza la rutina de cada día. Esther y Fran se turnan el baño para ducharse y vestirse. En pocos minutos levantan a sus cuatro hijos, les dan el desayuno y los llevan hasta el colegio para después ir al trabajo. Ninguno de los pequeños llega a los cinco años y, además, Esther espera ya al quinto. “El momento de salir de casa cuesta”, suspira Fran, aunque lo hace con optimismo: “Estás aportando futuro a la sociedad”.

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