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Aprende inglés como una cobaya
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EL UNIVERSO PARALELO DE LOS IDIOMAS 'FOR FREE'

Aprende inglés como una cobaya

Estudiar idiomas gratis con profesores en formación es una posibilidad que exige a cambio cierto compromiso, disponibilidad y horarios flexibles

Foto: Clase gratuita con alumnos voluntarios. (TtMadrid)
Clase gratuita con alumnos voluntarios. (TtMadrid)

La vida diaria está llena de chollos que pocos comparten, y estudiar idiomas a coste cero con profesores en formación puede ser uno de ellos. Algunas instituciones educativas y academias de idiomas cuentan en sus catálogos con programas de preparación a profesores nacidos -o no- en países angloparlantes, y en ocasiones necesitan un grupo de alumnos adultos voluntarios para asistir a las clases de los futuros maestros. ¿Pero qué implica aprender con clases gratuitas?

"Hay gente que tiene dudas de apuntarse por el hecho de que sea gratis", reconoce Natasha Mason, directora de Teacher Training Madrid (TtMadrid) y de LETS Group, quien sin embargo defiende con energía este método de aprendizaje cargado de "ventajas”. “Cada clase es un examen de 50 minutos para el profesor, y tiene detrás un esfuerzo de cuatro o cinco horas para preparar el material y escribir cada minuto. En una academia, las lecciones no suelen tomar tanto tiempo”, explica.

Juegos para romper el hielo, lecturas, audiciones, discusiones en grupo y ejercicios escritos para tocar todas las disciplinas en una sola sesión. En el aula-laboratorio, un tutor y otros aprendices toman notas del desempeño del profesor novel, que afronta posiblemente por primera vez su primer cara a cara con alumnos de carne y hueso. En función del nivel de los alumnos, los profesores dicen sentirse a veces en una sesión de 'coaching' y en otras en una escuela de Secundaria.

En algunos programas de TEFL (Enseñanza del inglés como lengua extranjera), los aspirantes a profesores tienen 21 años recién cumplidos, acaban de salir de su casa en Los Ángeles o Yorkshire y buscan vivir una experiencia enseñando inglés en otro país. En otros casos, se trata de personas más adultas que buscan darle un giro a su vida. De hecho, el perfil varía a lo largo del año: los más jóvenes se concentran a la vuelta del verano y las franjas entre 30 y 60 años llegan alrededor de febrero y marzo.

Pagan entre 1.000 y 1.500 euros por un plan de estudios que es intensivo: en cuatro semanas están dedicados a formarse como profesores, siempre con la supervisión de los instructores. Además, salvo excepciones, la escuela suele ofrecerles ayuda para el alojamiento, la gestión del Número de Identidad de Extranjero (NIE) y para abrir una cuenta en un banco. En ese tiempo aprenden la metodología, se curten para identificar las fortalezas y debilidades de cada alumno a través de varias citas e imparten clases de prácticas por teléfono y presenciales, que preparan para el reducido grupo que aprende gratis.

A veces se ponen nerviosos pero luego se hace un 'feedback' y se les dice qué tienen que mejorar", agrega Mason. En International House, uno de los tres centros homologados en Madrid para impartir los cursos CELTA -programas especializados de Cambridge algo más cualificados y costosos-, tienen larguísimas listas de espera para asistir a las clases gratuitas, según comentan a El Confidencial.

El ¿poder? de lo gratuito

Gratis puede parecer una palabra mágica que no siempre atrae clientes como moscas a la miel. Pierre Babon cree que muchas veces la motivación se pierde si no hay dinero de por medio. Y este profesor de francés habla con conocimiento de causa. Durante meses ha desarrollado su propia metodología en clases gratuitas en bibliotecas públicas de Madrid y por internet al tiempo que cumplía sus horas en la Escuela Oficial de Idiomas.

Así explica Babon su docencia altruista. “Me interesa ver cómo funciona mi método y enseñar a gente que no tiene mucho dinero y que en medio de la crisis se ha privado de aprender idiomas, que precisamente ayudan a encontrar empleo. Muchas veces están en paro y en cuanto consiguen trabajo no vuelven a venir. Otros prueban una clase y vienen como al zoo o al museo… pero yo necesito que la gente se involucre”, lamenta al otro lado del teléfono.

Lo mismo pide Mason, que reconoce que “las clases gratis son una buena oportunidad para desempleados, trabajadores con horarios flexibles o madres que quieren volver al mundo laboral”, pero es necesario cierto compromiso para tener cuadrados los grupos. “Si los profesores en prácticas preparan sus clases para seis personas y faltan dos, se estresan, a pesar de que en la vida real cuando vas a dar clase a un equipo en una oficina siempre falta alguien”, comenta en declaraciones a El Confidencial.

La vida diaria está llena de chollos que pocos comparten, y estudiar idiomas a coste cero con profesores en formación puede ser uno de ellos. Algunas instituciones educativas y academias de idiomas cuentan en sus catálogos con programas de preparación a profesores nacidos -o no- en países angloparlantes, y en ocasiones necesitan un grupo de alumnos adultos voluntarios para asistir a las clases de los futuros maestros. ¿Pero qué implica aprender con clases gratuitas?

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