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La Policía busca en una fosa séptica las manos de la peregrina que seccionó el asesino
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las cortó para dificultar la identificación

La Policía busca en una fosa séptica las manos de la peregrina que seccionó el asesino

La investigación sobre la desaparición y asesinato de la peregrina estadounidense Denise Pikka Thiem enfila su recta final tras quedar despejadas algunas de las últimas incógnitas

Foto: Miguel Ángel M.B. (c), de 39 años, detenido como el principal sospechoso de la muerte de la peregrina estadounidense Denise Pikka Thiem. (EFE)
Miguel Ángel M.B. (c), de 39 años, detenido como el principal sospechoso de la muerte de la peregrina estadounidense Denise Pikka Thiem. (EFE)

La investigación sobre la desaparición y asesinato de la peregrina estadounidense Denise Pikka Thiem enfila su recta final tras quedar despejadas algunas de las últimas incógnitas que quedaban por resolver. Fuentes próximas al caso han confirmado a El Confidencial que el principal sospechoso del crimen, Miguel Ángel Muñoz Blas, cortólas manos de la víctima después de acabar con su vida para tratar de impedir que el cadáver pudiera ser identificado por la Policía.

Los investigadores aún no han localizado las extremidadespero sospechan que el presunto asesino las pudo esconder en la finca en la que vivía a las afueras del pueblo leonés de Castrillo de los Polvazares, cercana a Astorga, la misma zona en la que el pasado mes de abril habría raptado y matado a la peregrina. En concreto, la búsqueda se centra en una fosa séptica pegada a la vivienda en la que residía el acusado. A pesar del tiempo que ha transcurrido desde la muerte, la Policía está convencida de que aparecerán al menosmenos las falangesde las manos.

En un primermomento, los agentes encargados de las pesquisas pensaron que la desaparición de las extremidades superiores podía serel resultado de la acción de los animales que habitan la región. El cuerpo apareció casi a la intemperie en medio de un zarzal de complicadísimo acceso situado a más de un kilómetro de la vivienda del sospechoso. Además, las duras condiciones meteorológicas de este verano contribuyeron a deteriorar los restos. Pero el examen detenido de la víctima ha llevado a los forenses a concluir de forma preliminar que el autor del crimen seccionó intencionadamente el cadáver de Denise para dificultar la investigación, remachan fuentes consultadas por El Confidencial.

La pista no serásuficiente para cerrar el casoperoincrementa la carga de acusación a la que se enfrenta el único detenido. El hecho de que tratara de alterar el cuerpo contradice frontalmente la estrategia de defensa que ha intentado sostener desde que fue detenido en Asturias el pasado viernes. Muñoz Blas mantiene que se encontró el cadáver cerca de su vivienda y que sólo lo escondió para evitar que alguien pudiera imputarle la muerte. Únicamentereconoce haberle robado los 1.200 dólares que llevaba consigola ciudadana estadounidense para completar el Camino de Santiago, una versión que se desvanece conforme pasan los días.

Según las fuentes consultadas, aún no ha aparecido el instrumento con el que seccionó el cadáver. En un primer momento se informó de que habían aparecido restos de sangre en un serrucho del imputado. Sin embargo, pronto se descubrió que se trataba de un falso positivo. El ADN que ha aportado la familia de la víctima para confirmar la identificación del cuerpo también servirá para averiguar qué armas empleó el asesino.

El registro completo de la finca del detenido puede aportar nuevos indicios. Los investigadores ya han localizado 37.000 euros en efectivo que el presunto autor del crimen escondía en un zulo de hormigón construido debajo de un cobertizo, otro elemento adicional que rebate la coartada del robo.

La investigación sobre la desaparición y asesinato de la peregrina estadounidense Denise Pikka Thiem enfila su recta final tras quedar despejadas algunas de las últimas incógnitas que quedaban por resolver. Fuentes próximas al caso han confirmado a El Confidencial que el principal sospechoso del crimen, Miguel Ángel Muñoz Blas, cortólas manos de la víctima después de acabar con su vida para tratar de impedir que el cadáver pudiera ser identificado por la Policía.

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