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Dos reyes... y treinta y una
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Dos reyes... y treinta y una

Dos reyes en los tendidos junto con el Borbón torero y treinta y una tardes de toros. Nos quedamos con lo bueno: Castella con su oreja y Urdiales con su toreo

Foto: El diestro Sebastían Castella brinda su toro al rey Juan Carlos durante la corrida de la Feria de San Isidro. (EFE)
El diestro Sebastían Castella brinda su toro al rey Juan Carlos durante la corrida de la Feria de San Isidro. (EFE)

21 de mayo de 2015

Plaza de toros de Las Ventas. 14ª de la Feria de San Isidro. Cartel de ‘no hay billetes’. Toros deNúñez del Cuvillo, bajitos, bien presentados y en general flojos. Quinto sobrero del torero, feo pero de excelente juego que rompió a embestir en la muleta.

Asistió por segundo día consecutivo Don Juan Carlos al tendido.

Diego Urdiales de burdeos y oro: silencio y vuelta tras dos avisos.

Sebastián Castella de grana y oro: silencio tras aviso y oreja.

Alejandro Talavante de obispo y oro: silencio tras aviso y leves pitos.

"Mus"... "mus"... "dos reyes y treinta y una"... "corta, que con eso nos salimos"... y, efectivamente, nos fuimos en el quinto toro. En el sexto, con elTalavante de las tardes de mirada perdida e indecisiones con la espada era imposible el triunfo. Nos salimos en el sexto con el regusto de los buenos y profundos muletazos de Diego Urdiales en el cuarto. Toreo de composición y exposición discreta, de muletazo profundo y remate jaleado, y sentido hasta la médula. Nos salimos con las nuestras con la impresión en la mente de un Castella muy cuajado. Firme, concreto, entregado. De muleta plana y exquisitotemple.

Castella es un torero serio que lo mismo se atornilla sin remisión a la arena para que el toro lo embista que pierde pasos ligeros con precisión de ingeniero para cuajarle faena a un buen toro de El torero. Un toro que de salida me pareció hasta feo pero que fue demostrando con su tranco y con sus huevos que no todo va a ser el físico, que lo importante está por dentro... Le dio al torazo asimétrico por embestir por los bajos y seguía como enfermo los vuelos del de Beziers con tanto empuje y bravura que pareció hipnotizado. Faena larga, compacta, pelín acelerada pero intensa, que con el remate en las tablas de la estocada perfecta forzaba el premio evidente de una oreja bien ganada.

Cortamos el mus en el quinto regocijándonos del empaque de Urdiales, de su regusto torero, de su concepto tan clásico. Brindó este toro a Romero, al rey de los Curros de Híspalis, al mito, al faraón, al camero... A ese torero de Camas que afónicos dejó a madrileños por su arte, por su cara, por su gusto y por su acierto...

Dos reyes en los tendidos junto con el Borbón torero y treinta y una tardes de toros. Nos quedamos con lo bueno: Castella con su oreja y Urdiales con su toreo. Camino de treinta y una... con buenos pares y juego...

21 de mayo de 2015

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