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Nace Fortes: el torero recibe dos cornadas "muy graves" en el cuello
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feria de san isidro 2015

Nace Fortes: el torero recibe dos cornadas "muy graves" en el cuello

Era el sexto de la tarde, y Jiménez Fortes caminaba firme con sus pases hacia su primera puerta grande de Madrid, cuando la enésima tarascada de los de Salvador Domeq hizo diana

Plaza de toros de Las Ventas. Séptima de San Isidro.

Tarde de mucho viento. Tres cuartos de entrada. Toros deSalvador Domecq y uno (1º) deFidel San Román.

Uceda Leal, de tabaco oscuro y oro silencio y silencio tras aviso.

Diego Silveti, de azul y oro silencio y silencio tras aviso.

Jiménez Fortes, de verde botella y oro, oreja tras aviso. Cogida espeluznante en el cuello mientras toreaba con la muleta al sexto. Mató el toro Uceda Leal. Fuerte ovación al único miembro de la cuadrilla que quedó en la plaza al despedirse.

"Dos heridas por asta de toro, una en región cervical derecha con trayectoria ascendente y hacia dentro de 15 centímetros que bordea la glándula tiroide y esófago, contusiona la vena yugular y la arteria carótida y llega a la fascia prevertebral; y otra en región submandibular izquierda de 10 centímetros que bordea parótida y lesiona músculo esternocleidomastoideo".

Intervenido en la enfermería se le traslada a la clínica San Francisco de Asís.

Pronóstico muy grave.

Lostoros matan... Dios no lo quiera. Con la fatídica realidad hecha presente y que explica en un instante la metafísica del toreo, algunos patidifusos aficionados nos mirábamos inmóviles en el tendido, compungidos y resignados a lo peor.

Era el sexto de la tarde, y Jiménez Fortes caminaba firme con sus pases hacia la segunda oreja de su lote y su primera puerta grande de Madrid, cuando la enésima tarascada de los de Salvador Domeq hizo diana en el frágil y espigado cuerpo del primer malagueño en condiciones de triunfo desde hace mil tardes aquí.

La enésima más uno, de sobrecogedora precisión, perpetró dos sanguinarios navajazos en su cuello que milagrosamente esquivaron la yugular si evaluamos desde la lejanía del tendido el contenido manantial de sangre que con serenidad indescriptible trataba Saúl de mitigar con ambas manos apretadas a su garganta como si le fuera la vida en ello... Porque compungidos y patidifusos afirmábamos los inmóviles aficionados que efectivamente le iba la vida en ello.

El brutal y seco empuje del brusco chorreado sextoque lanzó a Fortes al cielo derivaba instantes después en la asesina búsqueda del torero por el suelo. Y tan fugaz como dañino, el paso de sus puntas por los flancos más débiles de su anatomía buscabacon saña y con ahínco el empuje definitivo que a los cielos lo mandaran. Dejaban marca de muerte, roja, fluida y caliente, los pitones de la parca. Buscaban los alfileres de los pitones, conscientes de su destino y sabedores de sus armas, por donde sacarle la vida a un torero de enorme casta.

Quedó el torero tendido tras el paso del morlaco, no inerte pero si inmóvil.No asustado que asustando. Conteniendo y ya rezando. Conformado y deformado. Llegó la ayuda de plata e incorporó al dios herido, lo llevaron en volandas sin conocer su destino. Con la consciencia del susto, de la realidad del toreo, se impuso el silencio cobarde, perplejo e insuperable, y diez segundos duraron en los tendidos de hielo el respeto por la muerte, el respeto hacia un TORERO.

A la espera de noticias, la noticia es el toreo.

Nada pudo hacer Uceda salvo entregarse, estar dispuesto y solventar la tarde. El viento se unió a la Fiesta para terminar de un soplo con ella. Mató a su estilo en el primero y mató y remató sin suerte al feo cuarto. A este con el descabello lo remató y remató y remató... durante demasiadas veces.

Diego Silveti, de sangre cien años torera y varios cientos mexicana. De bravos ancestros y virtuoso padre, luchó hoy haciendo más honor a su abuelo: el Tigre de Guanajuato (¡cómo hay que ser en México para que te llamen tigre!), que a su padre El rey David (¡cómo hay que ser en México para que te declaren el rey de los toreros!).

Voluntarioso, valiente y decidido a triunfar su estilo de verónica como a dos manos muy del gusto mexicano no emociona tanto por estos lares y con la muleta, acoplado a ratos con el viento y con el toro, dignificó sus genes y contentó a sus paisanos.

Jiménez Fortes salió a triunfar desde el primer quite, desde la primera porta gayola, desde el primer natural a las últimas bernardinas. A éstas añadió la vistosidad del cambio de lado haciéndose pasar los pitones del toro en el embroque literalmente por la barriga. Redondo salió el remate de faena que dejó cuadrado al toro pidiendo la muerte y haciendo pedir al público la oreja.

En el sexto de nuevo a portagayola, de nuevo por las verónicas, de nuevo el público jaleando, de nuevo ruta de honra... Y con la muleta en izquierda, nuevos pases y nuevo oles, la atención del público y la gloria en puertas que hace nacer a un torero llega el empuje fatídico, la violencia del uro, la tragedia de la vida y el milagro de nacer de nuevo.

Nace Fortes para la vida. Nace Fortes para el toreo.

Plaza de toros de Las Ventas. Séptima de San Isidro.

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