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La mentira de los mapas o cómo nos engaña la forma geoide de la Tierra
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no hay mapas fieles a la realidad

La mentira de los mapas o cómo nos engaña la forma geoide de la Tierra

La representación en plano la estructura del globo terráqueo proyecta imperfecciones en los mapas que tradicionalmente conocemos

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América a la izquierda, España en el centro y Asia a la derecha. Si le preguntan cómo es el mundo, posiblemente su mente lo imagine de esta manera. Nada más lejos de la realidad. Dejando a un lado el hecho de que el etnocentrismo impulsa a cada comunidad a situar su territorio en el medio del mapa, la cartografía actual dista mucho de la realidad por la imposibilidad gráfica de representar sobre plano la estructura geoide de la Tierra.

Intente aplanar una naranja. El número de resultados posibles es infinito. Desde que se sabe que nuestro planeta no es plano, el hombre ha intentado dar una solución al problema de su representación gráfica. Hay mapas con forma de semicírculo, de rombo o incluso de corazón. Sin embargo, ninguno de ellos ha podido nunca ser fiel a la realidad.

La proporción de los continentes y países tampoco se refleja con exactitud en el archiconocido mapa de Mercator. Si se compara con la proyección de Gall-Peters, este último muestra África con un tamaño nada convencional. Es mucho más alargada, y América del Norte es más pequeña que ella. Europa, por su parte, queda achatada y distorsiona la tradicional silueta que se tiene de este continente.

Los mapas, siempre asignaturas pendientes

Desde que los océanos se empezaron a explorar y nuevos mundos fueron apareciendo, los deseos por conocer tierras extrañas salieron a la luz. Sin embargo, los aventureros sólo conocían las costas de sus nuevas conquistas y no sabían con exactitud qué encontrarían dentro. Esta es la razón de que los antiguos mapas contuvieran dentro de la silueta de África dibujos de animales (bien reales o bien inventados) a lo largo y ancho de su extensión.

Los cartógrafos debían rellenar los ‘espacios en blanco’ con elementos que suplieran su falta de conocimiento del terreno, y por eso ubicaban especies que habían visto en sus viajes a orillas del continente o creían que podían existir tierra adentro. La Tierra ya no tiene secretos para la humanidad –los grandes avances tecnológicos y los satélites permiten tomar imágenes como nunca antes se había hecho–, y Google Maps es uno de los servicios más utilizados del mundo.

Aún no se ha llegado a una representación exacta del globo terráqueo, aunque haya aproximaciones bastante buenas. Por su parte, Google Maps ha afirmado que continuará en su búsqueda “sin fin para el mapa perfecto”. Un claro intento por borrar del mapa (nunca mejor dicho) las posibles distorsiones.

América a la izquierda, España en el centro y Asia a la derecha. Si le preguntan cómo es el mundo, posiblemente su mente lo imagine de esta manera. Nada más lejos de la realidad. Dejando a un lado el hecho de que el etnocentrismo impulsa a cada comunidad a situar su territorio en el medio del mapa, la cartografía actual dista mucho de la realidad por la imposibilidad gráfica de representar sobre plano la estructura geoide de la Tierra.

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