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Reunión vecinal en Ciudad Lineal para proteger a las niñas del depredador sexual
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TRAS al menos DOS CASOS DE DOS MENORES

Reunión vecinal en Ciudad Lineal para proteger a las niñas del depredador sexual

El barrio está en estado de shock tras el último caso. Según una vecina que vio cómo el secuestrador se llevaba a la pequeña, era "alto, canoso, de unos 40".

Los vecinos de Ciudad Lineal no sueltan a sus hijos de las manos. Todavía cuesta asimilar que en este madrileño barrio se hayan producido, con dos meses de diferencia, al menos dos secuestros exprés con agresión sexual a dos niñas residentes en la zona. Los parques del distrito están, a media tarde, abarrotados de padres que no quitan ojo a sus pequeños, muchos de ellos ajenos a la angustia que sienten sus familias por si el pederasta vuelve a actuar. “Antes teníamos cuidado, pero ahora no nos movemos de aquí”, reconocen.

Este viernes, a las 18.30 horas, se ha convocado de urgencia una reunión en el parque de El Calero para enseñar a los padres cómo prevenir y afrontar estos casos en los que un hombre se gana la confianza de las pequeñas aprovechando un descuido, llamándolas por su nombre. El objetivo es mantener protegidos a los niños del distrito hasta que la policía capture al autor de los secuestros antes de que cometa otro.

La primera agresión la realizó el 9 de abril, en un parque situado cerca de Arturo Soria. El presunto autor llamó a una de las niñas (9 años) que iba en grupo a comprar golosinas por su nombre, y le dijo que le tenía que acompañar a probarse un vestido, que era amigo de su madre y que ella ya estaba avisada. La pequeña apareció cinco horas después en los aledaños del metro de Canillejas, a cinco kilómetros de donde desapareció, y tuvo que ser ingresada en el Hospital de La Paz.

El segundo secuestro exprés sucedió este martes, en el barrio de Ascao, muy cerca de la anterior agresión. El pederasta se acercó a la pequeña, de origen chino, que estaba jugando en las inmediaciones de la tienda de alimentación que tienen sus padres. El supuesto agresor le dijo algo a la pequeña, que no mostró resistencia, “le dio la mano y se fue con él”, según cuenta a El Confidencial una vecina menor de edad que vio el secuestro desde su ventana sin saber en realidad lo que estaba presenciando, por la actitud amable que mostró la pequeña.

A los cinco minutos, la madre dio la voz de alarma, y los vecinos imprimieron fotos y peinaron toda la zona hasta que sonó el teléfono pasada la medianoche. La pequeña había aparecido en otra calle, en la otra punta del distrito. La testigo que presenció la toma de contacto entre agresor y víctima asegura que era un hombre de unos 40 años, delgado, con el pelo canoso y muy alto. Yu, que así se llama la niña agredida, apenas aparentaba tres años, aunque en realidad tiene 6.

Su padre y su hermano, que no supera los 12 años, mantienen abierta la minúscula tienda de alimentación. Los dos se muestran muy cautos y prefieren no decir ni una sola palabra sobre el estado de salud de la pequeña. Les cuesta mantener la mirada y, al hablar del tema, las lágrimas saltan solas.Está bien, casa, sí, gracias”, acierta a decir el padre, de unos 40 años. Los vecinos, en cambio, desmontan la versión del progenitor y aseguran que continúa ingresada en La Paz por las lesiones que le ocasionó el agresor.

Las niñas aparecen drogadas

La prioridad de la Jefatura Superior de Madrid es encontrar a este hombre. De momento, están analizando una a una todas las denuncias que se han presentado. Hay una, de septiembre de 2013, que coincide en un punto con estos dos secuestros: la niña también apareció drogada. Pero a esta no la llevaron a ninguna casa, como sí ocurrió en las dos últimas ocasiones. La descripción que ha dado la pequeña sobre su presunto agresor tampoco encaja con el perfil descrito por las nuevas víctimas.

El gran dilema que persigue a los investigadores del caso y a los vecinos de Ciudad Lineal es si el secuestrador es vecino de la zona, ya que cuida mucho dejar a las pequeñas en sitios donde no haya cámaras de seguridad que puedan grabarlo. Según ha podido saber este periódico, también tienen ya localizado el vehículo en el que transportaba a sus víctimas: uno de gama media, gris, de tres puertas. La policía se muestra muy cauta a la hora de dar pistas sobre el presunto agresor, precisamente para que el autor de los secuestros no sepa cómo de avanzada está la búsqueda. Mientras tanto, el barrio, con mucha más presencia policial que de costumbre, respira intranquilo a la espera de que llegue la noticia más esperada del verano: “Todos los días nos preguntamos si ya lo han cogido”, cuentan en el parque.

Los vecinos de Ciudad Lineal no sueltan a sus hijos de las manos. Todavía cuesta asimilar que en este madrileño barrio se hayan producido, con dos meses de diferencia, al menos dos secuestros exprés con agresión sexual a dos niñas residentes en la zona. Los parques del distrito están, a media tarde, abarrotados de padres que no quitan ojo a sus pequeños, muchos de ellos ajenos a la angustia que sienten sus familias por si el pederasta vuelve a actuar. “Antes teníamos cuidado, pero ahora no nos movemos de aquí”, reconocen.

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