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Las niñas africanas ya no quieren ser princesas
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UNA DE LAS ESPOSAS DEL REY MSWATI III PIDE SER RESCATADA

Las niñas africanas ya no quieren ser princesas

Una foto sacada con su móvil en su celda-habitación y enviada a los medios con algunos mensajes es lo único público que se sabe de ella

Foto: Las niñas africanas ya no quieren ser princesas
Las niñas africanas ya no quieren ser princesas

Una foto sacada con su móvil en su celda-habitación y enviada a los medios con algunos mensajes es lo único público que se sabe de ella desde hace un año. “Sacarme de aquí”, decía. ¿Quién le iba a decir a Nothando Dube, una joven suazilandesa de padre sudafricano, que aquel día que era nombrada 'Miss Suazilandia Adolescente' empezaría para ella un problema? ¿Quién le iba a decir que lo que se prometía con 16 años como una vida de lujos y excesos, fruto de la lotería de la bragueta del monarca que la eligió como esposa, es hoy una pesadilla de candados y golpes?

Dube es la 12 esposa de Mswati III, último rey absoluto de África. Una bella joven que con 23 años vive recluida en un palacio. La semana pasada la princesa hacia a través de los medios un llamamiento público para que la rescatarán. Apelaba a su origen paterno para que interviniera el Gobierno sudafricano en un asunto de estado. Tan de estado como unos cuernos que presumiblemente le puso la princesa al rey con el ministro de Justicia Ndumiso Mamba. Y claro, Mswati III no puede permitirse que entre sus trece esposas (dos se le han escapado y han preferido huir del país y de la vida de lujos que estar a su lado) cunda el ejemplo de ser consideraras propiedad pública. “No me dejan hablar con nadie ni negarlo. Tampoco puedo hablar con él”, dice Dube.

El resultado del sonado “affaire” ha sido un ministro de Justicia primero cesado y luego encarcelado por todo tipo de acusaciones de fraude, y una princesa encerrada y retirada en un Palacio con sus tres hijos. “Los guardas me golpean. Si intento salir de la casa se ponen cada vez más agresivos. No puedo ver ni a mi familia ni a mis amigos. Sufro un maltrato brutal”, denuncia Dube. “El prometió cuidarme y no lo está haciendo. Soy un ser humano y no un animal”, concluye una mujer que para que llevara a su hija pequeña a un hospital de Pretoria se preparó todo un dispositivo de guardias de seguridad del monarca que la acompañaron hasta la vecina Sudáfrica y la vigilaron para que no se escapara.

Pero la princesa Swazi no es el único revés que ha sufrido la institución sueño de muchas menores en el último mes. La cara de Charlene Wittstock, esposa de Alberto de Mónaco, en su luna de miel en Sudáfrica ha sido uno de los temas más comentados en los círculos “in” africanos. Para los que crean que ser la mujer de un culto y humanista monarca europeo es una solución, basta decir que se rumorea que la pareja durmió en hoteles distintos y se juntaba sólo para hacer un paripé ante los focos. No se ha confirmado que haya sido así, pero sí se ha confirmado que la pareja comenzó el viaje con varias pruebas de paternidad en la maleta y que la cara de Charlene mal disimulaba el trago. “Qué guapa es y que elegante. Nunca había visto a una princesa. Me ha encantado”, decía una niña pequeña que se encontró con la bella Charlene desayunando en el lujoso hotel Oyster Box. ¿Y él?, le preguntaban los periodistas. “Estaba ella sola”, contestaba la pequeña que, sin entender la exclusiva, reconocía que a ella le encantaría ser una princesa. Algo que Charlene y Dube, las dos reales princesas africanas, quizá ahora se hubieran pensado.

Una foto sacada con su móvil en su celda-habitación y enviada a los medios con algunos mensajes es lo único público que se sabe de ella desde hace un año. “Sacarme de aquí”, decía. ¿Quién le iba a decir a Nothando Dube, una joven suazilandesa de padre sudafricano, que aquel día que era nombrada 'Miss Suazilandia Adolescente' empezaría para ella un problema? ¿Quién le iba a decir que lo que se prometía con 16 años como una vida de lujos y excesos, fruto de la lotería de la bragueta del monarca que la eligió como esposa, es hoy una pesadilla de candados y golpes?

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