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Una británica regala a su hija de siete años una operación de aumento de pecho
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SERÁ EFECTIVA CUANDO CUMPLA LOS 16 AÑOS

Una británica regala a su hija de siete años una operación de aumento de pecho

Algunas madres viven aferradas a la tiranía de la belleza. Mientras muchos progenitores intentan dar a sus hijos unos buenos estudios, otros se esfuerzan en asegurarles

Foto: Una británica regala a su hija de siete años una operación de aumento de pecho
Una británica regala a su hija de siete años una operación de aumento de pecho

Algunas madres viven aferradas a la tiranía de la belleza. Mientras muchos progenitores intentan dar a sus hijos unos buenos estudios, otros se esfuerzan en asegurarles una buena delantera para triunfar en la vida, aunque la pequeña en cuestión todavía juegue con muñecas. Este es el caso de Sarah Burge, una madre con look Barbie y adicta al bisturí, que ha decidido celebrar el séptimo cumpleaños de su hija con una operación de aumento de pecho.

Según cuentan varios tabloides británicos, Burge ha regalado a la niña un vale por valor de 10.000 dólares para la intervención. Sin embargo, y por motivos legales, este vale no será canjeable hasta los 16 años. “Poppy me pidió unos pechos, así que le he dado un vale que lo puede canjear a partir de los 16 años, cuando sea legal. Si al final tiene unos pechos grandes naturales, ya no será necesario”, ha explicado.

A la niña, no obstante, le ha hecho mucha ilusión. La pequeña ha declarado en la revista Closer que “no puedo esperar para verme como mamá con esos pechos grandes. Son preciosos”. Pero además, con motivo de su séptimo aniversario, también ha recibido un ordenador, un anillo de color rosa con cristales Swarovski a juego con un collar y una sesión de spa de fin de semana. Para soplar las velas estuvo acompañada de siete amiguitas con las que se sometió a sesiones de manicura y pedicura, se colocaron extensiones en el pelo y realizaron cambios de vestuario. Incluso fingieron que tomaban una copa de champán.

Y de tal palo tal astilla. Este furor estético le viene a la pequeña Poppy por parte materna. A sus 50 años, Burge se ha gastado más de 800.000 dólares en cirugía para modelar su cuerpo con liftings, implantes de glúteos o liposucciones. Por ello, no entiende las críticas que ha recibido en los últimos tiempos por el presente de la niña. “Me pongo triste cuando algunos me dicen que soy una mala madre porque no pienso que es perjudicial realizar este regalo”, asegura.

Burge ha hecho de su vida un negocio. No sólo organiza fiestas, sino que además escribe novelas eróticas. Esta Barbie de carne y hueso ha admitido que sus otras hijas, de 25 y 17 años, y su hijastra, de 17 años, ya son unas fanáticas del botox, sustancia que se inyectan habitualmente. Además, están pensando en someterse a alguna operación estética. “Quieren ser famosas como Cheryl Cole o Lady Gaga”, asegura sin pudor.

Algunas madres viven aferradas a la tiranía de la belleza. Mientras muchos progenitores intentan dar a sus hijos unos buenos estudios, otros se esfuerzan en asegurarles una buena delantera para triunfar en la vida, aunque la pequeña en cuestión todavía juegue con muñecas. Este es el caso de Sarah Burge, una madre con look Barbie y adicta al bisturí, que ha decidido celebrar el séptimo cumpleaños de su hija con una operación de aumento de pecho.