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Los pensadores españoles más influyentes son catalanes
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MANUEL CASTELLS, MAURO F. GUILLÉN, XAVIER SALA I MARTÍ…

Los pensadores españoles más influyentes son catalanes

Cuatro sociólogos y seis economistas conforman el ranking de los científicos sociales españoles más citados realizado por el Instituto Lauder de Dirección de Empresas de la

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Los pensadores españoles más influyentes son catalanes

Cuatro sociólogos y seis economistas conforman el ranking de los científicos sociales españoles más citados realizado por el Instituto Lauder de Dirección de Empresas de la Wharton University y confeccionado según los datos del Institute for Scientific Information. El número uno de la lista, con notable distancia sobre el siguiente, es el sociólogo Manuel Castells, un autor de reconocido prestigio y dilatada trayectoria. En el número dos aparece el  catedrático de la Universidad de Yale Juan José  Linz. También figuran en la lista Andreu Mas-Colell (3), Vicente Navarro (5) o Xavier Sala i Martí (7), popularmente conocido por su pertenencia a la junta directiva del Barcelona y por sus llamativas chaquetas.

 

La mayor parte de quienes aparecen en el ranking son investigadores ligados a universidades o escuelas de negocios barcelonesas, entre las que destaca la Universitat Pompeu Fabra. Tres de ellos imparten docencia en EEUU mientras que sólo hay un representante de la universidad madrileña, Juan J. Dolado, que desarrolla su tarea en la Carlos III.

Para Mauro F. Guillén, sociólogo de la Wharton School, quien ocupa el décimo puesto de la lista, la presencia mayoritaria de científicos ligados a instituciones educativas catalanas puede explicarse porque varias de ellas, como la Autónoma de Barcelona y la Pompeu Fabra, “han apostado desde hace 20 años por la investigación, anteponiéndola a cualquier otra consideración y han tratado de seleccionar a sus profesores con criterios internacionales”. Teresa García- Milá, catedrática de economía y vicerrectora de política científica de la Pompeu Fabra, señala que hubo una intención expresa de potenciar las universidades catalanas atrayendo talento: “Fuimos a buscar a los académicos que nos interesaban allí donde estuvieran (generalmente,  los EEUU) intentando traerles de vuelta con la oferta de un entorno adecuado para su trabajo”.

Ha influido positivamente en ese propósito que Barcelona sea una ciudad con mucha actividad económica, ya que “el científico suele venir acompañado por su pareja, y es importante poder encontrar a ésta un trabajo adecuado”. Y, en última instancia, “ha ayudado que Barcelona tenga fama de ser una ciudad cosmopolita, con un  buen nivel de vida y con un entorno cultural y social atractivo”.

Pero el factor fundamental ha sido el de la inversión pública. El programa diseñado por la Fundación ICREA (Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats) “ha permitido crear posiciones más atractivas que los estándares que podía ofrecer una universidad sin ningún tipo de complementos, dando así mejores condiciones a investigadores punteros”. Esta iniciativa, apoyada por la Generalitat, y que coordinaba esfuerzos de las universidades, de las empresas y de la administración ha tenido eco, asegura García-Milá, “en otras comunidades autónomas, como la vasca, que han implantado iniciativas muy similares”.

Hacer las Américas

Pero tales políticas de contratación también nos recuerdan que si han traído a investigadores de vuelta es porque se habían marchado. En otras palabras, parece evidente que si un científico quiere hacer carrera y, más aún, si es del ámbito social, ha de marcharse fuera de España. Según Mauro Guillén, aunque no sea así necesariamente, ayuda mucho. “Todos los top 10  pasaron por EEUU. Evidentemente, los recursos en las universidades norteamericanas son abundantes. Pero lo más importante de realizar una estancia más o menos prolongada en EEUU es que te relacionas con otros investigadores, haces contactos, colaboras y te insertas en redes internacionales. Al fin y al cabo, el capital social es más importante que los recursos financieros”.

Y esta es una gran carencia de los científicos españoles, que hasta épocas recientes han estado mucho más pendientes de controlar el poder local que de insertarse en redes internacionales. En 2008, la revista Foreign Policy hizo pública una lista de los 100 intelectuales contemporáneos más influyentes, y en ella sólo había un español, Fernando Savater, un hecho que refleja hasta qué punto nuestro pensamiento carece de relevancia en el panorama internacional.

Para Cristina Manzano, directora de la edición española de FP, la escasa presencia de nuestros pensadores está directamente relacionada con la pobreza de unas instituciones académicas que en absoluto fomentan las ideas originales o innovadoras. Más al contrario, “nuestra producción científica suele ir destinada a reforzar las teorías ya existentes, probablemente a consecuencia de las fuertes tendencias endogámicas en que han vivido y viven nuestras universidades”. Así, estas continuas luchas por parcelas de poder local han terminado por generar “una gran resistencia a publicar nuevas ideas”.

Casos como los de Kant ya no son posibles

En ese sentido, ha de subrayarse que la producción intelectual de alguien como Manuel Castells ha sido posible por la inteligencia de su autor, “un sociólogo muy brillante, que ha tenido la agudeza de analizar antes que nadie la sociedad red” pero también porque ha ejercido su profesión en instituciones estadounidenses, “lo que le ha permitido disfrutar de una plataforma de desarrollo que difícilmente hubiera tenido en España”.

Para Manzano, en consecuencia, resulta indispensable que un científico salga fuera, tanto para poder acceder a esas redes que se harán eco de tu trabajo como por lo que éste puede enriquecerse con una observación más amplia de la sociedad. “Los autores que, como Kant, pueden realizar una gran obra sin salir nunca de su ciudad ya no son posibles en los tiempos de la globalización”. En ese sentido, Manzano cuenta la autorreflexión realizada por los intelectuales latinoamericanos, que explican su escaso peso en el panorama internacional porque dicen “haberse dedicado en los últimos 40 años a reflexionar sobre sus propias circunstancias”.

En todo caso, los responsables de las instituciones educativas advierten que estamos en un proceso de cambio, ya que cada vez hay más jóvenes investigadores que están beneficiándose de la posibilidad de formarse o trabajar en otros países, del que veremos notables resultados a medio plazo. En ese sentido, Mauro Guillén avisa de que Castells no sólo es el autor más citado por la originalidad de su obra y por estar presente en numerosas redes, sino por las décadas que lleva en la profesión. “Castells se doctoró en 1967. Yo pronostico que casi todos los investigadores más jóvenes entre los top 10 llegaran a tener un impacto parecido al de Castells. Es una cuestión de tiempo”.

LISTA

1. Manuel Castells. Sociología. Universitat Oberta de Catalunya/ University of Southern California.

2. Juan J. Linz. Sociología y Ciencia política. Yale.

3. Andreu Mas-Colell. Economía. Pompeu Fabra.

4. Jordi Galí. Economía. Pompeu Fabra

5. Vicente Navarro. Sociología. Pompeu Fabra/ John Hopkins

6. Manuel Arellano. Economía. Centro de Estudios Monetarios y Financieros

7. Xavier Sala i Martín. Economía. Columbia

8. Juan J. Dolado. Economía. Carlos III

9.  Xavier Vives. Economía. IESE

10. Mauro F. Guillén. Sociología y Ciencias empresariales. Wharton School, University of Pennsylvania

Cuatro sociólogos y seis economistas conforman el ranking de los científicos sociales españoles más citados realizado por el Instituto Lauder de Dirección de Empresas de la Wharton University y confeccionado según los datos del Institute for Scientific Information. El número uno de la lista, con notable distancia sobre el siguiente, es el sociólogo Manuel Castells, un autor de reconocido prestigio y dilatada trayectoria. En el número dos aparece el  catedrático de la Universidad de Yale Juan José  Linz. También figuran en la lista Andreu Mas-Colell (3), Vicente Navarro (5) o Xavier Sala i Martí (7), popularmente conocido por su pertenencia a la junta directiva del Barcelona y por sus llamativas chaquetas.

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