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“Por las mañanas estudio Económicas; por las noches me desnudo en Internet”
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MIRIAM GANA 1.500 EUROS AL MES MOSTRANDO SU CUERPO

“Por las mañanas estudio Económicas; por las noches me desnudo en Internet”

Miriam Reyes vive una dualidad en secreto. Con 25 años, se encuentra terminando Económicas en la Universidad Complutense; unos estudios que dice compaginar con un trabajo

Foto: “Por las mañanas estudio Económicas; por las noches me desnudo en Internet”
“Por las mañanas estudio Económicas; por las noches me desnudo en Internet”

Miriam Reyes vive una dualidad en secreto. Con 25 años, se encuentra terminando Económicas en la Universidad Complutense; unos estudios que dice compaginar con un trabajo de administrativa en una pequeña empresa en Madrid. Pero su vida de verdad no está a la vista de los demás, o al menos no sin pagar. Miriam vive del sexo en directo; y su familia y amigos no saben ni sospechan nada. Ni su nombre ni su trabajo son reales. Lo que se ve por su webcam y en su blog sí.

Lo más difícil de su tarea no es desnudarse frente a un extraño, o ver cómo la miran de forma lasciva mientras se acaricia en su cuarto, sino armar un rompecabezas de mentiras y encubrimientos para que su mundo se mantenga en pie otro día más. Por suerte, no tiene pareja estable. Cada tarde, Miriam se prepara y se viste para desnudarse, y aunque comparte piso con otras dos personas, ellos tampoco están al tanto de lo que sucede en su cuarto. Nadie de su entorno lo sabe, únicamente los que con ella se quitan la ropa.

Empezó hace cosa de un año en el chalet de sus padres. Cuando éstos salieron un fin de semana, materializó una idea a la que llevaba dando vueltas un tiempo. Lo primero fue establecer las normas: “Que nunca se vea mi cara; que no pase nada más de lo que ya sucede frente a la cámara”.

Y a día de hoy sus reglas permanecen intactas. Ella se siente satisfecha por ser su propia jefa, decidir su horario y administrar como quiere el volumen y la carga de su trabajo. Para Miriam cinco horas al día son suficientes como para ganar más de 1.500 euros al mes, saciando fantasías o dejando que otros la observen masturbarse por dinero.  Sus clientes oscilan la veintena al día.

“Algunos sólo quieren escuchar mi voz y oírme decir guarradas. Quizá porque no es algo que hagan mucho las chicas y eso les llame la atención”. La mayoría, según explica Miriam, llaman para verla unos 10 minutos, aunque ha llegado a estar hasta una hora dedicada a alguien.

“Me metí a esto por no meterme a la prostitución. En realidad es más fácil. Te lo planteas, pero no tengo estómago”. En su trabajo tiene clientes nuevos cada día, y otros que la acompañan desde hace un tiempo. “Recibo muchas ofertas –asegura-. Algunas de mucho dinero; pero no podría dejar que me tocasen. Prefiero que sólo me vean”.

Miriam asegura haber recurrido a este negocio por no conseguir un trabajo mejor u otra cosa que le compense. “¿Dónde voy a encontrar un trabajo en el que gane lo que gano por cinco horas al día? Quizá lo deje cuando acabe la crisis, pero por ahora no veo el momento”. Un estudio de 2006 de N2H2, reflejaba que al menos 30 millones de personas se conectaban entonces cada día a la Red en busca de imágenes de sexo explícito, y precisamente esa palabra continúa siendo la mayor búsqueda hecha en el mundo en la red.

Lo que uno puede encontrar tras esas pesquisas, son historias como la de Miriam. Esa chica de al lado, que crees conocer pero que nadie sabe en absoluto a qué se dedica. Ella por lo pronto no descarta encontrarse algún día con un conocido. Para ella, mostrarse al desnudo ya  no es más que rutina. Lo hace incluso mientras habla al teléfono con alguien. Personas que se relacionan aunque en realidad no se conocen; personas que no se conocen y por eso se relacionan.

Visitar el blog de Miriam (sólo mayores de 18 años).

Miriam Reyes vive una dualidad en secreto. Con 25 años, se encuentra terminando Económicas en la Universidad Complutense; unos estudios que dice compaginar con un trabajo de administrativa en una pequeña empresa en Madrid. Pero su vida de verdad no está a la vista de los demás, o al menos no sin pagar. Miriam vive del sexo en directo; y su familia y amigos no saben ni sospechan nada. Ni su nombre ni su trabajo son reales. Lo que se ve por su webcam y en su blog sí.